SOCIEDAD

El 21 tuvo clima de primavera, poca violencia y mucho gasolero

Ni las amigas vestidas de conejitas tuvieron mucho éxito vendiendo sus globos florales. La crisis se notó, pero no apagó el buen humor de un día de la primavera con sol, rock y rave. Al caer la noche hubo un éxodo de Palermo por las peleas de banditas, que igual no pasaron a mayores. Lebón cerró la noche del Certamen de rock que ganó la banda Qué.

–¿Y, se vende algo?, preguntó Página/12 a Vicki y Virginia, dos conejitas que ofrecían globos con forma de flor a un peso.
–Nada. Todos te dicen lo mismo: “Si tengo un mango es para el escabio, bebé.”
Mucha policía montada, perros uniformados con sed de morder, algún que otro mateo con su señorial caballo blanco, vino en botellas de gaseosa y un par de grupos de evangelistas enseñando en pizarrones cómo combatir el sufrimiento humano a los cientos de transeúntes que caminaban errantes, componían ayer un Palermo de Primavera más que gasolero, en torno al Rosedal y a un lago al que nadie se le animaba. “Hace calor, pero no es para tanto. Yo prefiero tomar solcito”, decía Héctor, recostado sobre el abdomen de su novia, mientras rechazaba con gesto cordial a un vendedor de pimpollos. La jornada en la Ciudad prosiguió con la edición 2002 del certamen rockero Aguante Buenos Aires en el Circuito KDT y una fiesta rave en Vélez, entre otros espectáculos. Caído el sol, las peleas y disturbios enrarecieron los paseos públicos, aunque no como para alarmarse.
–”A ver, meté la mano ahí. ¿Hay algo?”, le decía Juancho, humorista callejero, a un participante voluntario que debía revolver sin mirar un bolso, mientras lo atemorizaba con un lagarto que hacía pasar por iguana. ”¡Ay, Ay!”, exclamó de inmediato el muchacho. Y arrojó impresionado un bicho que resultó ser una pequeña serpiente de plástico.
Todos rieron. Pero en cuanto Juancho solicitó otro voluntario el público se fue silbando bajito, como quienes no quieren la cosa. Tampoco sonaron muchas monedas en el gorro del humorista. “Qué querés, no hay guita para nada”, justificaba en su huida uno de los espectadores.
El mediodía, con casi 20 grados y un sol que de a ratos se prometía radiante y luego se escondía entre nubes, encontró pocas reposeras con señoras mateando y muchas bandas de pibes jugando al fútbol o las clásicas parejitas revolcándose desinhibidas en el pasto. Al ritmo de la cumbia de Mariano Martínez, una fila de chicas preadolescentes meneaba sus caderas mientras esperaba que las promotoras de una empresa de comestibles le regalaran jugos y galletitas, siempre y cuando embocaran una pelotita de golf en un hoyo artificial. “¿Cómo voy a vender algo si estos regalan?” se quejaba Francisco desde su puesto de panchos, en la esquina de Infanta Isabel y Avenida Iraola. “¡A lo chori, hamburguesa, superpaaancho!”, insistía empecinado el vendedor, esforzando sus cuerdas vocales.
El atardecer continuó mostrando un clima primaveral en lo meteorológico. Sin embargo, con el efecto del vino, la marihuana y la crisis como trasfondo, se empezó a notar cierta pesadez en el ambiente. Las conejitas se fueron con sus pocos pesos ganados, los evangelistas levantaron sus pizarrones, las parejitas dejaron el pasto para abandonar el lago con cuatro ojos, y hasta los picados y partidos de voley fueron extinguiéndose, a medida que las peleas entre banditas atemorizaban a los presentes. “Hasta ahora no tuvimos mayores problemas, con lo que el operativo continúa con absoluta normalidad”, informaron casi al anochecer a Página/12 desde la Policía Federal.
No muy lejos de allí, en el KDT culminaba una jornada a puro rock en el marco del certamen Aguante Buenos Aires 2002. Luego de la presentación de los grupos finalistas –Polaris, La Cuesta y Qué– cerró David Lebón con un show de grandes éxitos. La banda Qué ganó la nueva edición del certamen y obtuvo 100 horas de grabación en un estudio y un contrato discográfico.
Otro punto neurálgico de la Ciudad fue el estadio de Vélez Sarsfield, en Liniers, adonde tuvo lugar la fiesta Rave –música electrónica– que el año pasado se había desarrollado en los bosques de Palermo. También se realizó desde las 9 en el Parque Sarmiento un Torneo de Voley organizado por la Dirección General de Deportes del Gobierno porteño, la Federación Argentina y la Metropolitana, que contó con la participación de la Selección Argentina de ese deporte. Y un festival de música popular en el Centro Cultural Sur, en Barracas, a beneficio del Hospital de Niños Pedro Elizalde.
Informe: Darío Nudler

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Palermo estuvo repleta, con una mayoría de muy jóvenes y algunas señoras mateando.
 
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