SOCIEDAD › ENCUBRIR EL ABUSO, HACERSE DE LA CASA Y VENGARSE DE QUIENES LO DETUVIERON

Tres móviles para el ex prefecto

Las hipótesis judiciales sobre el ex prefecto Walter Vinader analizan tres móviles posibles para tres casos diferentes. Mató a Araceli para encubrir que la había violado, planeaba hacerse de la casa de Puán y vengarse de su ex pareja y tres policías.

 Por Raúl Kollmann

Los médicos que vieron el cadáver en el descampado y quienes hicieron la autopsia de Araceli Ramos están seguros de que la chica fue abusada sexualmente. El diagnóstico definitivo lo darán los estudios histopatológicos que se mandaron a hacer, pero hay rastros de violencia en las piernas y, en especial, en los muslos. En el anterior caso en el que aparece involucrado el ex prefecto, Walter Vinader, el de la joven Verónica Celeste Fernández, en noviembre de 2012, también se verificó violación. Esto pone sobre el tapete tres móviles distintos y paralelos en el caso: el abuso sexual, la estafa para quedarse con la casa y la venganza contra los tres policías y una ex pareja que llevaron a Vinader a prisión.

En la investigación que encabezó el fiscal Enrique Velasco Cerviño y el jefe de la Bonaerense, Hugo Matzkin, había un dato que no terminaba de cerrar: ¿por qué el ex prefecto mató a Araceli? Por un lado, hay en la investigación un móvil inicial: le hizo leer, mientras él filmaba, un texto en el cual la joven decía que la culpa de su propia muerte y la de Vinader (que iba a desaparecer) era de una ex esposa suya y de tres policías que lo habían metido preso años atrás. O sea que utilizó a la chica para una venganza y después de utilizarla la mató. En esa óptica, el ex prefecto se aprovechó del poder que tenía sobre Araceli –a la que tenía secuestrada– y, de paso, abusó de ella.

La otra óptica del caso es que Vinader era un abusador sexual que se concentraba en captar chicas con determinado perfil, ofreciéndoles un trabajo y citándolas en determinado domicilio, en este caso la casa de la calle Puán. Su objetivo inicial sería el abuso sexual y luego el homicidio para tapar la violación. Como jugada secundaria de ese delito, usaba lo que podía para la venganza contra su ex mujer y los funcionarios policiales y judiciales que lo metieron preso.

En el caso anterior, el de Verónica Celeste Fernández, también hay violación de por medio e igualmente la cuestión de la venganza, porque aparentemente la mujer tenía algún vínculo con los que lo metieron preso. Dos cosas relacionan a Vinader con ese homicidio:

- El cuerpo estaba amarrado de la misma manera, en la misma posición y también con alambre, como en el caso de Araceli.

- Vinader le hizo leer a Araceli un texto para echarle la culpa de aquel homicidio a esos policías y a su ex mujer.

Un punto importante es el perfil de mujer que buscaba el ex prefecto. Por de pronto, de belleza y juventud. En segundo lugar, de cierto desarraigo, sin una relación fluida con su familia y su entorno. Alguien que no sea muy reclamada, como pasó con Verónica. En este punto es donde Vinader se equivocó: Araceli venía con altos y bajos en su relación familiar, pero dejó un papel con la dirección a la que iba a buscar el supuesto trabajo. Y eso permitió el trabajo de la Justicia y la policía.

Aquí el caso se cruza con otra historia y el otro móvil, el de Vinader estafador. Está claro que el ex prefecto se quiso quedar con la casa de Aída Amoroso, la mujer que sigue desaparecida. Como se sabe, la relación con Aída parte del hecho de que el hijo de la mujer, Emilio, estuvo preso por problemas de drogas y en la prisión conoció a Vinader. Hoy, los investigadores están convencidos de que el ex prefecto mató a Emilio, que ya estaba enfermo cuando salió de la cárcel. Será difícil probarlo porque su cuerpo fue incinerado. Pero, en cualquier caso, parece que Vinader hizo un trabajo psicológico sobre la mujer, alejándola de su familia y diciéndole que él conseguía un tratamiento mejor para sus enfermedades. Ya aislada, todo indica que la asesinó, y en su casa de Mataderos se encontró la escritura original de la casa de la calle Puán y la documentación de la pensión que cobraba. Todo indica que Vinader se iba a quedar con la casa y fraguaría la documentación para cobrar la pensión.

El interrogante más urgente a responder tiene que ver con Aída, desaparecida desde agosto. En principio, la lógica indica que debió sacar el cuerpo de la misma manera que lo hizo con el de Araceli: en remís. El testimonio de uno de los remiseros que llevó a Vinader hasta las inmediaciones del cementerio de González Catán puede será una punta clave. El hombre dijo que el ex prefecto llevaba un bulto grande, pesado, que –como en el caso de Araceli– dijo que era una antena que tenía que instalar. Los restos humanos que se encontraron serán estudiados ahora, como anticipó Página/12, por el Equipo de Antropología Forense, a pedido del fiscal Velasco Cerviño. Hay un tema inquietante: Vinader tenía todo preparado para quemar el cuerpo de Araceli, utilizando neumáticos, lo que produce una gran desintegración por el calor. Es posible que haya recurrido a esa metodología en el caso de Aída.

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En el cementerio de González Catán, la búsqueda de los restos de Aída Amoroso.
Imagen: Télam
 
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