SOCIEDAD › EL COPILOTO DEL AIRBUS ESTRELLADO EN LOS ALPES BUSCó MODOS DE SUICIDIO Y CóMO OPERABA LA PUERTA DE CABINA

Horas navegando en Internet antes de precipitarse

Andreas Lubitz, el copiloto del vuelo de Germanwings, buscó en Internet días antes de estrellar el avión modos de suicidio y cómo trabar y destrabar la cabina desde dentro. Los datos surgieron al revisar su tablet. Los investigadores encontraron la segunda caja negra. También anunciaron que ya aislaron 150 muestras de ADN y van a procesarlas.

El copiloto del Airbus A-320, Andreas Lubitz, se informó en Internet sobre diferentes modos de suicidio y acerca del cierre de las puertas de la cabina, días antes de precipitar el avión con 150 personas a bordo en los Alpes franceses. Los datos surgieron, según la fiscalía alemana que investiga el caso, tras haber incautado del domicilio del copiloto una tablet cuyo historial no había sido borrado. Las búsquedas en la web se realizaron días antes de la tragedia. Lubitz se interesó por métodos terapéuticos, sobre cómo suicidarse y del funcionamiento del mecanismo de puertas de seguridad en la cabina. Asimismo, ayer apareció la segunda caja negra cuya información podrá ayudar a esclarecer el trágico accidente. Por otro lado, autoridades francesas aislaron 150 pruebas de ADN y prometieron identificarlas a la brevedad. Concluido el rastreo de restos humanos, los equipos de rescate buscan ahora efectos personales de los pasajeros.

Un comunicado de la fiscalía de Düsseldorf anunció que Lubitz se “informó sobre maneras de suicidarse”, también sobre “puertas de cabina de mando y sus medidas de seguridad” y “métodos terapéuticos”, tras el allanamiento de uno de los domicilios del copiloto, donde se incautó una tablet. “El nombre de acceso, la correspondencia personal y los campos de búsqueda permiten concluir que la tablet fue utilizada por el copiloto en un período relevante.” El historial de Internet no había sido borrado y los investigadores pudieron acceder al listado de búsquedas realizadas “especialmente” entre el 16 y el 23 de marzo, días antes del accidente. “Al menos un día buscó durante unos cuantos minutos información sobre las puertas de las cabinas de los aviones y sus mecanismos de seguridad”, dijo la fiscalía.

Los investigadores franceses creen que el copiloto rechazó abrir la puerta de la cabina al comandante y accionó el descenso del avión “con voluntad de destruirlo” por razones que se desconocen, ya que por el momento no han encontrado documentos ni confesión alguna de un acto de este tipo. Tampoco descubrieron detalles específicos de su entorno familiar y personal o de su puesto de trabajo que puedan constituir un indicio sólido de un posible motivo. Las autoridades alemanas habían informado que Lubitz recibió tratamiento psiquiátrico antes de comenzar su carrera como piloto y que en posteriores consultas y bajas médicas no se certificó que existiera “una marcada tendencia al suicidio”.

Por su parte, Lufthansa admitió esta semana que el copiloto informó a la escuela de aviación de la compañía en Bremen que interrumpió su formación debido a una depresión, aunque la aerolínea se negó a revelar las causas. El copiloto, que se incorporó a la empresa en 2013, informó a la empresa que había sufrido un “grave episodio depresivo que cedió”, en un e-mail fechado en 2009 relacionado con la reanudación de su formación. Desde entonces se supo que recibió hace años tratamiento psicoterapéutico por “tendencias suicidas” y tenía un certificado médico de baja por enfermedad psiquiátrica que había roto y ocultado a la empresa, vigente para el día del siniestro. No obstante, Lufthansa insistió en que fue un hecho aislado y que finalmente el copiloto recibió la confirmación médica de que era “apto para volar” después de ser sometido a una serie de tests psicológicos y de aptitud.

En otro orden de cosas, la gendarmería francesa logró aislar 150 pruebas de ADN. La entrega de los cuerpos a las familias tendrá lugar tras la “validación” de las identificaciones. El trabajo de los equipos de rescate consiste ahora en “recuperar los efectos personales” de los pasajeros. Los investigadores encontraron unos 40 celulares, pero sus datos no podrán analizarse a causa de su pésimo estado.

Asimismo, los equipos de rescate hallaron la segunda caja negra (DFDR-Digital Flight Data Recorder) del avión de Germanwings, según confirmó el fiscal Brice Robin en Marsella. Esta caja contiene “500 parámetros” y datos técnicos del vuelo 4U9525, por lo que se espera que arroje nueva luz sobre el accidente. El aparato fue llevado al cuartel general de campaña situado en la localidad de Seyne-les-Alpes y será analizado en los próximos días por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) que estudia el caso. Esta segunda caja negra graba datos relevantes como el curso, la velocidad, la altura de vuelo o el ángulo de inclinación del avión.

Además, al guardar datos del GPS, obtiene información sobre el lugar exacto del accidente, algo útil en este caso, ya que los restos de la nave están desperdigados en una zona muy amplia.

El mismo día del accidente fue recuperada la primera caja negra, que guarda las conversaciones de voz en la cabina. Tras su estudio se concluyó que el copiloto se encerró en la cabina de vuelo aprovechando la salida del piloto y estrelló intencionalmente el avión.

Por otro lado, el gobierno alemán informó que revisará los sistemas de cierre de las cabinas de los aviones, además de los exámenes médicos y psicológicos que se toman a los pilotos. Se ha creado al respecto un nuevo comité de expertos en aviación que deberá analizar las consecuencias del accidente, informaron el ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt, y el presidente de la Asociación Alemana de Empresarios de la Aviación, Klaus-Peter Siegloch. En los análisis del grupo de trabajo participarán los presidentes de las compañías aéreas, así como médicos del sector de la aviación y representantes de asociaciones profesionales. “Las tareas de este grupo de trabajo están abiertas”, afirmó Siegloch, quien indicó que los nuevos resultados de las investigaciones se incorporarán al debate. “Nuestro objetivo es optimizar la seguridad aérea y revisar los estándares actuales, a la luz de la terrible tragedia. Es importante debatir extensamente sobre las ventajas e inconvenientes de posibles cambios para no poner en peligro la cadena de seguridad del tráfico aéreo. No hay que tomar conclusiones precipitadas”, alertó el ministro.

La tragedia aérea ha obligado a varias compañías aéreas en el mundo, entre ellas la franco-holandesa Air France-KLM, a instaurar la política de dos personas en la cabina de sus aviones en todo momento, tal como recomendó la Agencia Europea de Seguridad Aérea tras el siniestro. De todos modos, la política se aplica “de forma temporal, a la espera de los resultados de la investigación sobre el accidente del vuelo de Germanwings”, precisó la dirección de Air France-KLM.

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Miembros de los equipos de rescate recuperando restos del fuselaje del Airbus 320, en el lugar donde se produjo la catástrofe.
Imagen: Fotos EFE
 
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