El sacerdote Julio César Grassi, quien desde 2013 cumple una pena de 15 años por abuso sexual de menores, sumó una nueva condena, esta vez por haber pagado con dinero de la Fundación Felices los Niños el alquiler de una casaquinta a la que se mudó cuando la justicia le prohibió seguir viviendo en la sede de esa entidad en 2002. La casaquinta La Blanquita está ubicada en Hurlingham, frente al edificio de la fundación que dirigía el sacerdote. Grassi tiene además otra denuncia en curso por desviar bienes y alimentos de la Fundación hacia la Unidad 41 de Campana, en donde permanece detenido.
El Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Morón resolvió ayer la condena de Grassi por el delito de peculado, con la mínima de dos años de prisión en suspenso, que será unificada por un tribunal de aplicación a la pena que cumple desde septiembre de 2013, por la que fue imputado en 2002 acusado de abusar sexualmente a chicos bajo su custodia en las instalaciones de la Fundación Felices los Niños. Al dictar la condena, los jueces Diego Bonnano, Raquel Lafourcade y Mariela Susana Moralejo Rivera rechazaron el pedido de probation. Si bien los fiscales Javier Ghessi y Marcelo Papavero habían pedido cuatro años de prisión en virtud de las previsiones del artículo 263 del Código Penal, que fija penas de dos a diez años de prisión para la malversación de fondos públicos, el Tribunal le aplicó finalmente la pena mínima.
Esta causa tuvo su origen en 2002, cuando Grassi quedó imputado por el delito de abuso sexual en perjuicio de varios chicos que vivían con él en la Fundación Felices los Niños, y el Poder Judicial le prohibió seguir viviendo allí. Fue entonces cuando el sacerdote empezó a alquilar la casaquinta La Blanquita, de 7200 metros cuadrados y ubicada en frente del edificio de la Fundación que dirigía. A raíz de la denuncia del dueño de la quinta, Alberto Mirenda, por falta de pago de los alquileres acordados, la Justicia comenzó la investigación y determinó que Grassi había pagado los alquileres con el desvío de fondos previstos para obras de la Fundación.
La causa por abuso sexual agravado de menores de edad se inició a partir de un informe del programa televisivo emitido en octubre de 2002, que revelaba la denuncia de un joven llamado Gabriel que había sido abusado por el sacerdote años atrás. En el programa, el joven relataba en primera persona cómo habían transcurrido los hechos. Una semana más tarde, en otra emisión del programa, apareció el testimonio de otro joven, Ezequiel, que denunciaba también haber sido violado por Grassi. Ese mismo año el sacerdote fue imputado y procesado. En su defensa, denunció a Gabriel de querer extorsionarlo. En 2006 apareció la denuncia por abuso de otro chico más, de nombre Luis. 
Luego de varias idas y vueltas en el juicio, en 2009 el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón condenó a 15 años de prisión a Grassi, al haber corroborado el abuso del sacerdote hacia Gabriel en tres ocasiones. Para la condena se descartaron las otras acusaciones en perjuicio de los otros dos chicos, Ezequiel y Luis, casos por los que Grassi fue absuelto. Cuatro años más tarde, en 2013, la Suprema Corte bonaerense ratificó la pena, y el Tribunal ordenó su detención.
A las dos condenas que acumula el sacerdote se le suma una denuncia en curso por el presunto desvío de bienes y alimentos que eran parte de las donaciones que recibía la Fundación Felices los Niños hacia la Unidad 41 de Campana, en donde desde 2013 cumple la pena de 15 años, y a la que se le sumará la nueva pena por peculado.