SOCIEDAD › POLICIA SENTENCIADO EN EL CASO CORZO

Condena a 16 años

El ex inspector de la Bonaerense Cristian Solana fue condenado por el Tribunal Oral 5 de Morón a 16 años por el homicidio simple de Rodrigo Corzo, de 27 años, el 28 de junio de 2003. El tribunal encontró culpable a Solana del crimen después de que el policía disparara desde el patrullero, en el partido de Hurlingham. El proyectil ingresó por la parte trasera del vehículo de Corzo y se incrustó en la espalda del muchacho. El fiscal había pedido 20 años. El padre de la víctima se mostró disconforme con el fallo.

El hecho ocurrió el 28 de junio de 2003, cuando Corzo se dirigía a la casa de su novia con el auto de su padre y al llegar a la subida del puente Santa Rosa de la Autopista del Oeste un patrullero comenzó a perseguirlo y uno de los policías –después se demostró que fue Solana–- disparó dos veces por la ventanilla.

Una de las balas atravesó el baúl y el asiento y se incrustó en la espalda del muchacho, que murió en el acto. La querella y la fiscalía habían solicitado 20 años de prisión.

“Con esto no podemos creer en la Justicia”, denunció Narciso Corzo, padre de la víctima. “Es un caso muy transparente, hasta la misma policía se contradijo” en el juicio, sostuvo el padre. “Núñez (conducía el patrullero) dijo que Rodrigo estaba ‘limpio’”, recordó Corzo en referencia a que no estaba armado, aunque apareció un arma dentro del auto de la víctima. “Dieciséis años no van a compensar el daño que hizo Solana”, dijo Corzo. La madre de Rodrigo, Eli, dijo en llanto que “cuando se le preguntó a Solana si se arrepentía dijo que no”.

Un testigo había declarado que vio que de un patrullero salieron “dos fogonazos” contra el auto de Corzo, sin que desde éste hubiera existido agresión o motivo para el ataque. La pericia sobre el arma que le plantaron a la víctima señaló que la pistola estaba fallada y no habría podido gatillar dos veces seguidas, como aseguró que pasó Solana.

Núñez no fue imputado y sigue trabajando. En la instrucción declaró que al producirse los disparos no estaba mirando porque “como sufro de vértigo, al subir el puente de la autopista tomé coraje, cerré los ojos y aceleré”. Además de ciego, era sordo.

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