SOCIEDAD

La llamada que compromete al viudo y los peritos que lo benefician

El audio de la llamada de Carrascosa pidiendo una ambulancia detecta, por detrás, el llanto de una mujer y la voz de un misterioso hombre que jamás había sido declarado en la escena.

 Por Horacio Cecchi

La misteriosa voz de un hombre y el llanto de una mujer, bajo el telón del llamado de Carrascosa a una ambulancia, en un horario donde se suponía que en la casa del Carmel sólo se encontraba el viudo o, como mucho, la masajista Beatriz Michelini, abrió un espacio de sospechas en la causa que, si se contabilizara como se suele hacer en boxeo, podría decirse que a Carrascosa apenas lo salvó el gong. En esta ocasión, no se trató de la lectura monótona de una llamada (se hizo ayer), sino del audio mismo de esa llamada, en dos niveles: el primero, el audio normal, en el que se escucha a Carrascosa sin nervios hablar con la operadora de OSDE. Pero fue el segundo, el mismo audio mejorado digitalmente por los peritos de Gendarmería, que llegó a sorprender de tal manera a la defensa que tras la escucha pidió cuarto intermedio. En ese audio se puede oír, detrás de la voz de Carrascosa, el sollozo jadeante de una mujer (¿Michelini?) y la voz de un hombre que dice en forma poco clara lo que algunos interpretaron como “salí de aquí”.

Durante la mañana se leyó la declaración de los forenses que realizaron la autopsia al cadáver de María Marta el 2 de diciembre de 2002 y en la que se descubrió que había sido asesinada de cinco balazos. El trámite se realizó a pedido de la defensa, y se trató de lo que dijeron los peritos de la Policía Científica Carlos Flores y Hernán Moreira. Flores sostuvo que a primera vista “no había sospechas de lesiones por armas de fuego” y señaló que recién cuando retiraron el pelo y removieron la zona aparecieron a la vista “seis agujeros en el parietal izquierdo”. Moreira, por su parte, agregó que parecían “hematomas pero no heridas contusopunzantes ni mucho menos contusoperforantes”. Moreira admitió que “personas no expertas podrían no darse cuenta”. Pero los peritos también apuntaron que quienes vieron el cadáver en el primer momento “no pudieron dejar de ver la llamativa pérdida de sangre y de masa encefálica”.

Después, la audiencia continuó tan tediosa como pudo. Hasta pasado el cuarto intermedio para el almuerzo. Al retorno, el fiscal Diego Molina Pico aprovechó un espacio vacío para solicitar una escucha. Nadie se negó. El audio correspondía al primer llamado de Carrascosa solicitando la ambulancia, que el martes también pasó como prueba, pero leída. En el audio se notaba a un Carrascosa demasiado sereno para la ocasión. Este diario reprodujo ayer el diálogo con la operadora de OSDE, que inicia cuando el viudo dice: “Necesito una ambulancia urgente para una persona que se cayó en la bañadera. Se golpeó y parece como ahogada”. Después, siguieron las indicaciones para llegar al Carmel, pero en el audio se notan sorprendentemente neutras. Detrás de la voz de Carrascosa se puede escuchar un sonido lejano que da la sensación de ser la perra ladrando en la planta baja.

Pero apenas concluyó el audio, el fiscal Molina Pico se puso de pie y solicitó que se escuchara una versión mejorada digitalmente por los peritos de Gendarmería. Como se trata de la misma prueba, no hubo oposición. Y el audio resultó estremecedor por varias razones. La primera, porque lo que parecía el ladrido de la perra de los Carrascosa resultó ser el llanto en jadeos de una mujer, y junto a su voz se escuchaba la voz no identificada de un hombre, que no era Carrascosa (porque el viudo estaba hablando con la operadora). Ese hombre decía algo no demasiado inteligible y que algunos de los presentes en la sala interpretaron como “salí de aquí”.

El segundo dato que apunta a lo estremecedor en el audio es que a las 19.07, hora en que se realizó el llamado, Carrascosa dijo estar sólo con la masajista, pero no mencionó a ningún hombre, lo que ya instala un tono de sospecha o sorpresa muy alto (a tal punto que la defensa, después del audio mejorado, pidió cuarto intermedio). La pregunta es ¿quién era ese hombre, por qué no fue mencionado en la versión de Carrascosa y a quién le hablaba?

No es la única pregunta. La otra, buscaría determinar quién era la mujer que lloraba. La versión de Carrascosa menciona a la masajista. Es posible que fuera ella. ¿Es posible?

Según apuntó la guardia, la masajista llegó a las 18.55 a la puerta del Carmel. Según la imagen de seguridad, a las 18.59 se ve llegar su auto. Según la seguridad, Michelini quedó demorada en la guardia entre 20 minutos y media hora (nadie contestaba al teléfono). Según ella, 10 minutos. Suponiendo a su favor, que llegó a las 18.55 y estuvo retenida sólo cinco minutos, a las 19 debería haber empezado su trayecto con el guardia. Medido por peritos, el trayecto desde la guardia hasta la casa dura cinco minutos. Esto la ubica a unos metros de la puerta a las 19.05. Falta todavía esperar que el guardia estacione, baje, ella baje el enorme bolso y la camilla que suele llevar a las sesiones de masajes, falta acercarse a la puerta. ¿Dos minutos?

No puede ser. Serían las 19.07. A esa hora, Carrascosa estaba hablando con OSDE. El mismo dijo que Michelini ya estaba dentro. Si era Michelini, ¿cómo hizo? y por qué la masajista no habló del otro hombre. Si llegó después, la llamada pidiendo auxilio de la que había hablado la masajista parecería corresponder con la segunda llamada de Carrascosa, a las 19.18. Y suponiendo, por uno de esos extremos absurdos del pensamiento abstracto, que no hubiera sido la masajista, y válgame Dios que no es cierto, ¿quién habría sido la mujer capaz de llorar por la muerte de María Marta?

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Durante la mañana se leyeron las declaraciones de los dos peritos forenses que hicieron la autopsia.
 
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