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“Me parece bien que la Iglesia Católica haya tomado el tema con seriedad, después de taparlo por muchos años. Pero más que aplicar una política represiva, se debe pensar en tratamientos para los ofensores sexuales y, fundamentalmente, hay que aislarlos de los niños. El problema no es sólo de Estados Unidos. Acá también debe estar ocurriendo. Supongo que el hecho de que allá la Iglesia esté más separada del Estado y el catolicismo sea minoritario entre la población, debe haber contribuido a que saliera a la luz”, opinó Irene Intebi, psiquiatra infanto juvenil y especializada en el tema. Según precisó, es mínimo el porcentaje de víctimas de abuso sexual que denuncian en la Justicia. Para Intebi, el celibato no debe buscarse como causa de la existencia de centenares de curas paidófilos en la Iglesia Católica. “No tiene que ver con un sistema de creencias consensuado. Los ofensores sexuales son personas con historias o estilos de impulsividad que se refugian en la Iglesia porque saben que es un lugar de fácil accesibilidad a los chicos, más allá de que tengan vocación religiosa, pero que podrían elegir otro ámbito. De hecho, en las escuelas también hay abusadores”, aclaró la especialista.