cash

Domingo, 27 de febrero de 2005

DECLARACIONES POLITICAS Y DEFINICIONES PRACTICAS EN LA REGION

El desafío sudamericano

Los países latinoamericanos han mostrado deseos de integración pero luego varios de ellos buscan acuerdos propios con las potencias económicas. De ese modo debilitan la iniciativa de cooperación.

Por Ariela Ruiz Caro *

Es probable, que la integración política y económica de América del Sur sea todavía un sueño lejano después del anuncio, en el Cusco, de la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Es cierto, también, que ésta se sustentará en bloques subregionales que aún no han cubierto sus propias expectativas de creación y que, además, tienen posiciones divergentes entre sí en diversos ámbitos de las negociaciones internacionales. Sin embargo, hay una realidad ineludible que subyace en la decisión de impulsar este proyecto: sólo la integración y una voz común en los foros internacionales permitirá incidir en el diseño de las políticas globales que garanticen contenidos más justos y favorables para la región. Los unen, además de lazos culturales e históricos, problemas sociales y económicos comunes.
La historia más reciente de la unión sudamericana data de la primera cumbre de presidentes de América del Sur realizada en Brasilia en julio de 2000. En aquella oportunidad, los presidentes definieron, como objetivo prioritario, hacer de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Comunidad Andina “la espina dorsal de América del Sur como espacio ampliado”. La idea era “fortalecer la capacidad negociadora sudamericana en otros procesos de negociación, particularmente el ALCA”, bajo el supuesto de que una América del Sur integrada económicamente, reduciría los costos de una liberalización con Estados Unidos, Europa y Asia.
Estas ideas fueron pronto empañadas por la política “práctica” de los gobiernos. Poco tiempo después de la Cumbre de Brasilia, Chile reinició negociaciones para un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Al cabo de un año, en junio de 2001, se planteó en el Mercosur iniciar negociaciones con Estados Unidos, fuera del ALCA, en el marco del denominado acuerdo Rose Garden suscripto por éste y los cuatro países en 1991. Argentina y Uruguay presionaron a sus socios para activar dicho acuerdo –que un incómodo Brasil aceptó– para adelantar dichas negociaciones.
La propuesta del Mercosur no prosperó por las complejas circunstancias políticas y económicas en el Cono Sur, acentuadas por la explosión de la crisis argentina en diciembre de ese año. En aquel escenario, la segunda Cumbre de presidentes sudamericanos realizada en Guayaquil, en julio del 2002, fue menos ambiciosa que la primera, cuando entonces se hablaba de avanzar hacia unos “Estados Unidos Sudamericanos”.
Los cambios de gobierno en Argentina, después de la caída de Fernando de la Rúa, determinaron un giro en la geopolítica de la región. El país se plegó a la tradicional posición brasileña y encontró coincidencias con el gobierno venezolano. Distanciado de sus socios andinos en su estrategia de inserción internacional, particularmente con respecto a la negociación que realizan tres países de la Comunidad Andina para lograr un TLC con Estados Unidos, Venezuela se encuentra más vinculada al Mercosur.
En estas circunstancias, y luego de haberse protocolizado el acuerdo de libre comercio entre la Comunidad Andina y el Mercosur el pasado 18 de octubre, se realiza la tercera cumbre presidencial de Sudamérica. El anuncio de crear la Comunidad Sudamericana de Naciones es un gesto político importante que sólo tiene posibilidades de consolidarse si la población y los dirigentes políticos asumen una identidad sudamericana, y actúan en consecuencia. Ejercer la ciudadanía como sudamericanos podría ser un medio de prevenir e impedir que los gobiernos socios firmen Tratados Internacionales con potencias industrializadas en los que se ponga en riesgo el patrimonio regional o la soberanía, como aquellos vinculados a la biodiversidad, cultura o educación. Por eso, la construcción y fortalecimiento de esta identidad en el imaginario colectivo es, quizás, el mayor desafío.

* Economista peruana, ex funcionaria de la Comunidad Andina.

Compartir: 

Twitter

Los presidentes se reúnen en Cumbres, pero en muchas ocasiones, son más palabras que hechos.

Integración

• “Es probable, que la integración política y económica de América del Sur sea todavía un sueño lejano después del anuncio, en el Cusco, de la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones”.

• “Sólo la integración y una voz común en los foros internacionales permitirá incidir en el diseño de las políticas globales que garanticen contenidos más justos y favorables para la región”.

• “La historia más reciente de la unión sudamericana data
de la primera cumbre de presidentes de América del Sur realizada en Brasilia en julio
de 2000”.

• “Ejercer la ciudadanía como sudamericanos podría ser un medio de prevenir e impedir que los gobiernos socios firmen Tratados Internacionales con potencias industrializadas”.

 
CASH
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.