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Domingo, 25 de mayo de 2014

NEUQUéN, VACA MUERTA Y LAS PETROLERAS

Lobby y liberalismo

Tensión entre el interés nacional y el provincial. El papel de YPF estatal y las empresas estales provinciales. Explotación de hidrocarburos no convencionales y el objetivo estratégico de alcanzar la soberanía energética.

 Por Vladimir L. Cares *

La extracción de los hidrocarburos no convencionales en la Cuenca Neuquina avanza rápidamente. YPF cuenta con 161 pozos en producción, de los que obtiene cerca de 20 mil barriles equivalentes de petróleo por día. Las expectativas respecto de la explotación integral de las formaciones geológicas Vaca Muerta (shale oil/gas), Lajas (tight gas), Mulichinco (tight oil/gas) o Los Molles y Agrio (shale oil/gas) son muchísimo más ambiciosas e implican necesariamente realizar grandes inversiones. Entonces, acuerdos futuros de YPF con otras compañías del sector devienen imprescindibles para hacer económicamente viable la producción de petróleo y gas no convencional. Por ello, no es menor la decisión que tome la provincia de Neuquén en términos de leyes que regulen los proyectos técnicos específicos, siempre teniendo presente que la explotación de los hidrocarburos no convencionales forma parte de un objetivo estratégico a largo plazo: alcanzar la soberanía energética, tal cual lo señala la ley nacional 26.741, norma en la cual también se decidió la expropiación de YPF.

La centralidad de YPF en este tema no niega la presencia ni el protagonismo que puedan llegar a tener en el futuro del sector petrolero las empresas públicas locales, como es el caso de Gas y Petróleo Neuquén (GyP). En este sentido, apostar por espacios de colaboración y complementaridad se torna imprescindible. Por ello, ha sido percibido como un sinsentido la disputa reciente entre YPF y las autoridades neuquinas, a partir de la difusión pública de un anteproyecto de ley que establecía las pautas y los plazos de las concesiones de las áreas productivas. El texto de la norma propuesta remitía claramente a un posicionamiento hegemónico de GyP en desmedro de YPF. Afortunadamente, las diferencias y malos entendidos se fueron solucionando con el transcurrir de los días y en principio las aristas más ríspidas del conflicto estarían superadas.

Para entender las posibles causas que están en la raíz de las divergencias, se torna necesario analizar el marco doctrinario en materia económica sustentado por las autoridades políticas de la provincia. En este sentido, es iluminadora la lectura del artículo publicado por el principal autor del anteproyecto, el ministro de Energía de Neuquén y presidente de GyP, Guillermo Coco, en el suplemento Energía del diario Río Negro (“De espectadores a actores principales”, 26 de abril de 2014), en el que traza la visión del partido gobernante –el Movimiento Popular Neuquino– respecto del aprovechamiento del recurso no convencional. Coco manifiesta su convencimiento de que el futuro de Neuquén está directamente ligado al aprovechamiento de los recursos naturales. En la búsqueda de sostenes teóricos que avalen su punto de vista, el ministro Coco menciona a referentes de la fisiocracia (François Quesnay y Pierre du Pont de Nemours) y a Adam Smith, el prócer del liberalismo económico.

Los fisiócratas, recordemos, afirmaban que el sistema económico funcionaba mediante leyes naturales, por lo que no era necesaria la intervención de los gobiernos, una postura que es sintetizada en la expresión laissez faire (dejar hacer). Consideraban, además, que el único sector generador de excedente económico y por lo tanto de riqueza era el agrícola. En el caso de Smith, destacado hombre de la Ilustración escocesa del siglo XVIII, es conocido principalmente por su obra Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. En ella, Smith establece las principales características del credo liberal, su fe en el mercado guiado por la mítica mano invisible, su creencia en la existencia de ventajas comparativas en la economía internacional, su apuesta por el librecomercio y su convicción de que una especialización sectorial en la producción de manufacturas es fundamental para que una nación progrese de manera sostenida.

Más allá de las coincidencias o diferencias que puedan señalarse, los fisiócratas y Smith conforman una parte fundamental e insustituible de la tradición liberal.

Es la elaboración de políticas nacionales integrales las que traerían prosperidad y bienestar a los habitantes de una nación. Sin embargo, Coco no acuerda con esto. Para el ministro, lo sustantivo pasa por adscribir a una difusa idea de neuquinidad, a la que se le asigna un valor supremo. Pero la identidad de un país no se construye como una suma mecánica de identidades regionales. Lo que da fortaleza es el conjunto, no las partes por separado. Esto es clave para poder enfrentar adecuadamente los intereses sectoriales, en particular los más poderosos, sobre todo a la hora de negociar.

Ofreciendo un cóctel que se supone atractivo, en el que confluyen localismo, liberalismo y Vaca Muerta, el ministro Coco junto a funcionarios y legisladores, en representación de la provincia de Neuquén, ha salido a convocar recientemente en Estados Unidos a distintas empresas a fin de transformarlas en socias para el desarrollo de los recursos no convencionales. El lugar elegido para ello fue Houston, Texas, en donde importantes compañías petroleras y de inversión (Shell, Exxon, Chevron, Andarko Petroleum, IHS, ITG Investment, entre otras) se acercaron a fin de conocer las propuestas neuquinas.

Un tema recurrente para el mundo empresario es el reclamo permanente por la seguridad jurídica de sus inversiones en los países en que operan. Sería saludable poder conocer las herramientas con que cuenta este sector para conseguir sus objetivos. Uno de los más utilizados es el poder de lobby sobre agencias gubernamentales, legislaturas y funcionarios. Un lobby muy influyente en los Estados Unidos es ALEC (American Legislation Exchange Council, www.alec.org), que tiene como tarea acercar a autoridades y congresistas los puntos de vista de las grandes empresas. Entre los temas más frecuentados por ALEC está el orientar el perfil y contenido de la legislación sobre la producción de energía, en particular la de hidrocarburos no convencionales. Así, ALEC lleva adelante en cada uno de los estados petroleros de la Unión su prédica sintetizada en el lema de la organización: “Gobiernos acotados, mercados libres, federalismo”. Por consiguiente, sus recomendaciones a fin de guiar la política legislativa respecto del gas y petróleo no convencionales en Estados Unidos apuntan a disminuir la influencia del gobierno federal, en beneficio de las administraciones locales. Por ello, buscan evitar la regulación federal de la fractura hidráulica, ya que consideran que la misma sumará pesadas e innecesarias intervenciones y requerimientos regulatorios a la perforación y terminación de petróleo y gas no convencional. Además, ALEC considera adecuado dar soporte a la jurisdicción continuada de los estados provinciales para conservar la regulación de la producción. Por tanto, ALEC sostiene que hay que impulsar aquellos procesos regulatorios a escala provincial describiendo “en detalle los beneficios de desarrollo de los recursos en los estados, (alentando) prácticas de desarrollo de recursos energéticos responsables y equilibradas, continuando con la jurisdicción de los estados provinciales de regular apropiadamente la producción de petróleo y gas en sus circunstancias geológicas y geográficas únicas”. La experiencia norteamericana da cuenta del papel de estos lobistas: más allá de la defensa verbal de las autonomías provinciales, el objetivo buscado es encontrar interlocutores de las empresas que sean más permeables a sus requerimientos.

De las empresas que hacen sostenimiento de las actividades de ALEC (Exxon, Chevron, Shell, Amoco Corporation, BP America, ConocoPhilips, EnCana, entre otras), algunas han participado de la reunión de Houston con el ministro Coco. Esto demuestra lo siguiente: la mancomunidad de intereses e ideologías traspasa las fronteras nacionales. Un estado-nación mínimo, la exaltación de las autonomías regionales, legislaciones market-friendly y unas ideas afines a un rancio liberalismo del siglo XVIII no son sólo patrimonio de lobistas a sueldo. También son sostenidas por algunos funcionarios locales para los cuales las políticas de corte liberal, que tanto daño han ocasionado a nuestro país, no son todavía parte del pasado

* Ingeniero en petróleo, Facultad de Ingeniería, U. N. del Comahue.

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Imagen: Bernardino Avila
 
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