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Domingo, 27 de diciembre de 2015

SITUACIóN ECONóMICA Y RESULTADO ELECTORAL

Patrón de consumo

 Por Diego Rubinzal

La importancia y densidad conceptual de Carlos Marx está fuera de discusión. Los escritos del filósofo alemán son lectura obligatoria para todos aquellos que intenten comprender la lógica de funcionamiento del sistema capitalista. Los aportes teóricos de Marx son resaltados incluso por círculos intelectuales situados en las antípodas ideológicas. Sin perjuicio de eso, la profecía no era el punto fuerte del autor de El Capital. En el célebre Manifiesto Comunista, Marx sostiene que “el desarrollo de la gran industria socava bajo los pies de la burguesía las bases sobre las que ésta produce y se apropia de lo producido. La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables”. Ese pronóstico, como se sabe, permanece incumplido.

La alusión a los propios sepultureros remite a lo que está aconteciendo en América latina. La derrota del kirchnerismo en Argentina, la ofensiva contra Dilma Rousseff a pesar de la aplicación de un plan económico ortodoxo, el retroceso chavista en las elecciones legislativas venezolanas, son síntomas de la restauración conservadora. La sostenida mejora en las condiciones de vida materiales de las mayorías populares no alcanzó para constituir un bloque social que sostenga la continuidad de políticas redistributivas.

El interrogante que atormenta al “populismo” es ¿cómo fue posible que amplios sectores votaran en contra de sus intereses?. ¿Es posible que el “populismo” haya producido sus propios sepultureros? En ese sentido, el director de Página/12, Ernesto Tiffenberg, destaca que en estos años lo extraordinario se incorporó a lo cotidiano. “Aunque el país arrastra viejos problemas y enfrenta nuevos, se hizo normal tener trabajo y normal discutir los sueldos en paritarias. Normal la Asignación por Hijo y normal la jubilación universal y ajustable. Normal la recuperación de derechos sociales y personalísimos y normal la posibilidad de defenderlos. Normal apostar a la educación, la ciencia y la cultura y normal el acceso gratuito a todas ellas. Por eso lo extraordinario devino ordinario (con su inevitable costo electoral)”, agrega Tiffenberg en su artículo “Cimientos”.

El secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación ecuatoriano, René Ramirez, aportó un dato interesante en el Foro por la Emancipación y la Igualdad realizado este año en el Teatro Cervantes. Las encuestas revelaban que, al inicio del gobierno de Rafael Correa, la ciudadanía consideraba que con 540 dólares mensuales podía vivir dignamente. El salario promedio rondaba los 520 dólares en ese momento. En la actualidad, el salario promedio se duplicó pero los ciudadanos pretenden ganar mucho más (alrededor de 1500 dólares).

“En otras palabras, están mucho más disconformes. Conocemos esta paradoja, y la queja frente a la ingratitud que ella expresaría forma parte del rosario de lamentos de los dirigentes oficialistas argentinos. Pero es que no es una cuestión de ingratitud ni un asunto que tenga que ver con los valores de las personas, los grupos o las clases, sino un problema estructural”, razona Eduardo Rinesi en Sobre la revolución, los partidos, el Estado, y el futuro. Seis apuntes breves para pensar la coyuntura. El ex rector de la Universidad de General Sarmiento apunta a cierta lógica que imprime la sociedad de consumo en la subjetividad ciudadana. Rinesi reconoce al consumo popular como motor de la economía y elemento de dignificación, democratización y justicia. “Pero en algún momento tenemos que parar para pensar qué sociedad estructuralmente condenada a generar insatisfacción y estructuralmente inviable estamos cimentando de este modo. ¿Cuántos autos más vamos a seguir poniendo a hacernos la vida imposible en nuestras ciudades? ¿Cuánto petróleo más vamos a tener que seguir sacándoles a las piedras para alimentar a todos esos autos? ¿Cuántos celulares vamos a seguir promoviendo que una misma persona compre por año?”, se pregunta Rinesi.

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@diegorubinzal

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