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Domingo, 10 de febrero de 2002

EL BAúL DE MANUEL

BaúL I y II

Por M. Fernandez Lopez

Desbancarizar

Para unos en el banco el dinero está más seguro que en casa. Para otros, al banco se llevan cheques o pagarés muy diversos y se convierten en dinero fresco. Para otros, son fuentes de recursos para producir o consumir por montos mayores que la disponibilidad inmediata. En suma, instituciones que reciben depósitos, por los que son deudoras, a distinto plazo (a la vista, de ahorro, a plazo fijo); y otorgan préstamos, de los que son acreedoras, también a plazos varios (adelantos en cuenta corriente, préstamos personales, para consumo o producción). Podría pensarse que un préstamo a corto plazo, que espera recuperar más rápido, el banco debiera darlo con fondos colocados en depósitos a corto plazo, y hacer lo propio con los préstamos a largo plazo. Ello es erróneo. Un esquimal, cuando entrega su mujer para que la disfrute un visitante, al cabo de un tiempo recibe de vuelta la misma mujer, acaso algo más contenta. Pero el dinero en cada transacción “se consume”, en el sentido que quien lo entrega lo pierde de vista. Si la transacción es un depósito bancario, jamás el depositante puede esperar que al cabo de un tiempo el banco le devuelva el mismo billete que le entregó inicialmente. La deuda del banco se salda devolviendo una cantidad de dinero igual, no los billetes originales. Todas las piezas monetarias son intercambiables entre sí, o fungibles, término que viene de debate sobre la usura, en la antigua Roma. Por ello, toda pieza monetaria que ingresa al banco va a la misma bolsa que respalda sus préstamos o los retiros de depósitos. El salario, por su naturaleza, pasa en su totalidad y en un solo acto, del empleador al bolsillo del empleado, ya se pague en efectivo o con cajero automático. En noviembre ocurrió el default bancario, que se ocultó. El febril Cavallo pensaba: “éste es mi fin”. Y así como respaldó la reconversión de la deuda con la recaudación tributaria, ideó respaldar la deuda de los bancos con los salarios del país, bancarizándolos. Pero ¿cómo comer y no usar el salario? Fijó en $1000 lo gastable en el mes, en 4 cuotas de 250. El primer retiro dejaba en la bolsa del banco 75% de mil, el segundo 50%, etc., además del excedente sobre mil. El resultado se vio: lo que les pasa a los bancos le pasa al salario. Una sana política bancaria impone no solo permitir el retiro del salario íntegro, sino desbancarizar el salario, hasta que se pueda volver a confiar en los bancos.

Raúl Prebisch

Nació en San Miguel de Tucumán, un 1º de abril. Inició a los 17 el doctorado en Ciencias Económicas (UBA), que no concluyó por acceder a un cargo docente. En 1919-20 leyó a Marx y siguió a Juan B. Justo y Augusto Bunge. Colaboró con Alejandro Bunge. Se diplomó de contador público y luego recibió doctorados honorarios. Viajó a Australia y Nueva Zelanda (1923-4) para observar el impuesto a los réditos, que implantaría en 1932. En 1925-7, se lo designó vicedirector nacional de Estadística. En 1927 organizó la Oficina de Investigaciones Económicas del Banco de la Nación, que condujo hasta 1935. Bajo José Félix Uriburu estudió la viabilidad de un banco central. En 1932 fue invitado por la Sociedad de Naciones a la Comisión preparatoria de la Conferencia Económica Mundial. En 1933 fue la figura técnica del convenio Roca-Runciman, firmado el 1º de mayo. Allí conoció las propuestas de Keynes sobre política expansiva, que aplicó en noviembre de 1933 en el primer plan keynesiano del país, con respaldo de los ministros Pinedo y Duhau. Diseñó el Banco Central en 1934 por encargo de Pinedo, y fue su primer gerente general, de 1935 a 1943. En ese lapso organizó la investigación económica, ideó la primera política anticíclica, propuso un modelo del ciclo económico argentino, elaboró un plan de reactivación basado en los eslabonamientos entre sectores productivos, inició la medición del ingreso nacional y organizó un sistema de capacitación de funcionarios en Harvard. Luego de la revolución de 1943, sin haber presentado su renuncia, ella le fue aceptada en septiembre. Su salida le llevó a conocer América Latina y sus problemas. Su pensamiento abandonó los grandes agregados de Keynes y abrazó una visión estructural. Elaboró el enfoque centro-periferia. Profesor adjunto (UBA) desde 1925 y titular desde 1930, fue obligado a renunciar en 1948 por orden del presidente Perón al decano Pascali, por negarse a aportar al Monumento al Descamisado y a opinar sobre el Plan Quinquenal. Invitado por la ONU, en 1949 se integró a la Comisión Económica para América Latina (1948). Su estudio El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas fijó la tesis Prebisch-Singer y la llevó a la Secretaría de la CEPAL en 1950 (hasta los 62, edad jubilatoria en la ONU). En 1963-9 dirigió la UNCTAD y luego el ILPES, en Santiago de Chile. Fue propuesto al Premio Nobel en Economía.

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