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“Debe crecer la productividad”

ERNESTO KRITZ
economista
SEL

“La caída del costo laboral posterior a la devaluación se explica casi exclusivamente por el cambio en los precios relativos y no por mejoras en la productividad. Eso quiere decir que la competitividad de la economía está basada mucho más en salarios bajos que en mejoras productivas. Cuando uno compara la evolución de la masa salarial con la evolución del PIB los salarios se han recuperado, pero muy por detrás del nivel de actividad. Una parte de la brecha es reconstrucción de la rentabilidad empresaria y la otra parte se la quedó el Estado por la vía del aumento de la presión tributaria. Esto se puede revertir sólo si la productividad crece sostenidamente, porque si no es un juego de suma cero donde el aumento de los salarios recorta la rentabilidad y la inversión. Va a ser pura puja distributiva. El aumento de la productividad no garantiza una mejora en los salarios, pero es una condición necesaria. La inflación del primer trimestre muestra que no hay otra opción. Llega un punto en que si aumentan los salarios y no aumenta la productividad, los empresarios aumentan los precios.”

“Defienden ganancias extraordinarias”

CLAUDIO LOZANO
economista
CTA

“Quienes afirman que no se puede incrementar salarios sin que haya aumentos de la productividad, defienden las ganancias extraordinarias de unas pocas empresas, congelan la distribución del ingreso actual, el tipo de mercado interno y, por lo tanto, el actual perfil productivo. Las empresas formadoras de precios son las que menos excusas tienen para transformar el incremento salarial en incremento de precios, ya que disponen de un excedente importante acumulado en los últimos años. Donde pueden surgir problemas es en las pequeñas y medianas empresas y en las regiones más atrasadas del país, lo cual implica que cualquier política de redistribución del ingreso suponga un replanteo integral que requiere desconcentración económica y territorial. En la actualidad, la posibilidad que tienen muy pocas empresas de transformar en ganancias extraordinarias su poder diferencial de mercado, la regresividad distributiva y la disponibilidad monopólica de los recursos naturales afirma condiciones espurias de competitividad, deteriora la tasa de inversión y pone a la Argentina en una condición de estancamiento estructural.”

“Se debe avanzar de a poco”

EDUARDO CURIA
economista
CASE

“La recuperación salarial se debe encuadrar en un esquema que contemple la evolución de la productividad y la competitividad. Este modelo, a diferencia del neoclásico, no necesita que bajen los salarios para aumentar la ocupación. Se puede admitir que aumente la ocupación y los salarios. Sin embargo, se tiene que mantener cierto equilibrio para que eso suceda. La elasticidad empleo/producto cayó del 1,2 a 0,4 por ciento. Eso significa que, en la medida en que los aumentos de salarios no se encuadren en un planteo de aumento por productividad van a afectar la generación de empleo. Además, las presiones salariales provocan inflación porque los empresarios defienden su rentabilidad golpeando sobre los precios. El aumento de la producción se debe distribuir de manera tal que se mejore la distribución del ingreso paulatinamente. Están los acelerados que dicen que la mejora distributiva es un precedente, pero yo digo que se debe avanzar de a poco porque si no al final se perjudica el proceso de acumulación y volvemos al punto de partida.”

“Existe margen para subir salarios”

MIGUEL ZANABRIA
Economista de la Universidad de Quilmes

“La productividad de la industria, medida como resultado de la comparación entre la evolución del Producto y del empleo, aumentó después de 2001, pero el poder adquisitivo de los salarios no la acompañó porque ese incremento se destinó fundamentalmente a financiar la inversión. Esa situación se debe resolver porque el trabajador está haciendo un esfuerzo, pero el beneficio no se comparte equitativamente. Si los salarios siguen creciendo menos que la productividad, va a haber un problema a largo plazo porque no va a haber una demanda suficiente para la producción. A nivel agregado, si todos aumentan los salarios se generaría una mayor demanda y una mayor productividad, pero eso va contra la lógica del empresario individual que piensa el aumento de salario como una suba de costos. Hay margen para aumentar salarios, pero se necesita al Estado como coordinador, tal como lo hizo cuando se impulsaron los ajustes por decreto. Los empresarios no quieren aumentos por decreto. Hablan de subas nominales con relación a la productividad de cada sector. Pero eso implica consolidar la caída del salario real.”