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¿Está habiendo una transferencia de ingresos extraordinarios desde los consumidores al campo?
–La rentabilidad de la agricultura aumentó muy fuerte este año; ahora también la de la ganadería. En términos históricos debe ser de las más altas. Es cierto que luego de la devaluación se está produciendo una importante transferencia de ingresos, fundamentalmente hacia los dueños de campos. Los que arriendan tierra se quedan con sólo una parte de esta nueva renta extraordinaria, porque deben pagar en producto por el alquiler. En granos este sistema se lleva el 25 por ciento de la renta y en ganadería el 50 por ciento.
¿Habría que aumentar los derechos de exportación?
–Las retenciones son un impuesto que afecta a la producción. En realidad sería mejor que el Estado se apropie de una mayor renta cobrando como corresponde el Impuesto a las Ganancias. Es aceptable que se hayan implementado en este caso como una medicina de rápido efecto. Había que asegurarle la alimentación a la población. Pero hay que tener cuidado, no sería bueno profundizar ese camino. Y es importante que se tenga presente que deben ser de carácter temporario.
¿Por qué están disconformes los productores con semejante renta?
–Porque se acostumbraron a pensar en dólares. Y en esa moneda la utilidad cayó. Además, creían que tenían campos que valían grandes cantidades de dólares y ahora cuestan la mitad. Por eso, en vez de festejar, se quejan.
¿Va a caer el área sembrada en la próxima campaña como dicen?
–No creo. Ya se sembró el 90 por ciento del trigo, que es el grano que menos margen está dejando. Y están apostando muy fuerte a la soja. Algunos pueden pensar en tomar la ganancia de este año y mandarla toda afuera. Pero la mayoría va a invertir en su campo.