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Domingo, 26 de octubre de 2003

LA DEUDA EXTERNA Y EL ACUERDO CON EL FONDO

Con la camiseta puesta

Qué opinan sobre la propuesta de renegociación de la deuda pública que difundió el Gobierno?
R.F.: –Como argentino uno tiene que decir que está bien empezar la negociación ofertando una quita del 75 por ciento. La ventaja nuestra es que a los acreedores internacionales no los representa ningún gobierno ni ninguna institución multilateral. Eso no ha sido producto del populismo norteamericano sino de las críticas que el Partido Republicano hizo a las políticas de intervención de los organismos multilaterales frente a las crisis en la década del ‘90. En esa coyuntura tuvimos la curiosa situación de poder firmar un acuerdo con el FMI sin tener un acuerdo con los acreedores. Es la primera vez que ocurre y nos ha beneficiado.
M.A.B.: –Partiendo de la premisa de que todos tenemos la camiseta argentina, mi impresión es que la estrategia de minimizar lo que se les pague a los acreedores es un error. Cuando uno busca ejemplos internacionales ve que Chile y Perú siguieron caminos diferentes y claramente la estrategia amigable de Chile fue mejor que la de Perú. Lo que los países tienen que hacer es minimizar las transferencias netas al exterior, no el pago específico a los acreedores. El problema de la Argentina es que las transferencias netas al exterior son causadas básicamente por los argentinos que ahorran y se quieren llevar la plata afuera. En el 2002, el 20 por ciento del PIB lo transferimos al exterior. Este año se va a ir el 10 por ciento. Por lo tanto, lo que tengo que hacer es generar credibilidad para que el ahorrista local se quede. La reestructuración de la deuda es funcional al riesgo que el ahorrista local tiene. Por eso apuesta al deporte nacional, que no es el fútbol sino comprar verdes.
¿Una estrategia de negociación dura con los acreedores puede llevar a la Argentina a terminar como el Perú de Alan García?
R.F.: –No, la Argentina ya renegoció con los organismos multilaterales. Les va a pagar en tiempo y forma...
M.A.B.: –En realidad, no le vamos a pagar. Vamos a renovar el capital lo máximo que podamos...
R.F.: –Estamos pagando los intereses pactados. Por algo el Fondo aprobó el acuerdo...
M.A.B.: –Pero, Roberto, lo aprobó transitoriamente por el 2004 y si se llegan a poner de acuerdo puede llegar al 2006. Pero la Argentina estáusando para la reestructuración la hipótesis de que hasta el 2014 no les paga capital a los organismos internacionales.
R.F.: –Lo que había que hacer se hizo y se hizo bien. Yo no voy a criticar lo que fue uno de los pilares de la estabilización. Haber despejado ese tema ha sido crucial para estabilizar el mercado de cambio y aminorar la fuga de capitales. La situación a mediados del 2002 era un infierno. En la negociación con el Fondo, Roberto Lavagna se manejó muy bien.
M.A.B.: –Roberto, tuvimos dos stand by transitorios. Estamos mejor con acuerdo...
R.F.: –Es que el Fondo no sabe qué hacer con la Argentina.
M.A.B.: –Políticamente, les torcieron el brazo a los técnicos del Fondo en los dos acuerdos.
Más allá del acuerdo con el Fondo, ¿ustedes creen que la oferta hecha por el gobierno argentino a los acreedores privados es viable?
M.A.B.: –Mi impresión es que vamos a una negociación demorada, con no más de 50 por ciento de probabilidades de que termine en el 2004. La reestructuración para ser exitosa tiene que contar con la adhesión del 90 por ciento de los acreedores. A lo mejor con un pago cash uno puede acercar las posiciones. El objetivo tiene que ser llegar a un acuerdo para volver a ser un país normal.
R.F.: –Lo que señala Miguel es un punto importante. Si hay que hacer un pago para facilitar la negociación, no hagamos una cuestión simbólica de eso como si fuera una entrega nacional. Estamos hablando de plata.

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