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Sábado, 5 de noviembre de 2011

TEATRO › LEONARDO. TRABAJO PRáCTICO Nº 1, EN CIUDAD CULTURAL KONEX

Los engranajes de un genio universal

Bajo la coordinación de Gerardo Hochman, un grupo de titiriteros, acróbatas y músicos se mete en la piel de alumnos que indagan en el universo ecléctico de Leonardo da Vinci. El resultado es una obra con gran carga visual y contenido expresivo.

 Por Paula Sabatés

No sólo pintó La Gioconda y La Ultima Cena. Tampoco fue solamente un pintor. Leonardo da Vinci fue además un excéntrico anatomista, arquitecto, botánico, ingeniero e inventor, entre otros tantísimos oficios, que dejó un legado mucho más amplio que un cuadro colgado en el museo más famoso del mundo. Para ampliar la visión moderna que se tiene de este artista renacentista que unió arte y ciencia, un grupo de estudiantes de la Unidad Académica de las Artes de la Universidad Nacional de San Martín se propuso, a modo de trabajo práctico, preparar una investigación sobre el universo de Da Vinci. El resultado derivó en Leonardo. Trabajo práctico Nº 1, espectáculo que hasta el 13 de noviembre interpreta en Ciudad Cultural Konex la compañía La Arena, bajo la coordinación del dramaturgo y director Gerardo Hochman.

En la obra, y como un guiño al proceso creador de la misma, un grupo de jóvenes universitarios prepara una investigación sobre Da Vinci. Representados por cinco acróbatas, tres titiriteros y tres músicos, los alumnos van descubriendo las reflexiones, la producción y los aspectos menos conocidos de la personalidad del artista a través de escenas de gran carga visual y contenido expresivo, donde el uso de proyecciones de video cobra un especial significado poético. Además, cuando termina la pieza, la compañía invita al público a degustar un plato de pastas (¡Leonardo también tenía un restaurante con el pintor italiano Sandro Botticelli e inventó la máquina para estirar espaguetis!), haciendo que, además de lo visual y lo musical, el gusto intervenga en la puesta.

“No es un espectáculo de circo ni de títeres. Si bien el cuerpo se usa de manera acrobática y hay un muñeco, no hay ningún número propio de esas disciplinas. Se trata más bien de un teatro resuelto con el cuerpo y con los objetos, donde hay humor, emoción y partes muy crudas que tienen que ver con el cuerpo”, reflexiona Hochman.

–¿Cómo cree que se refleja el trabajo de Da Vinci en su puesta?

–Creo que la obra se apoya en tres columnas fundamentales del trabajo de Leonardo. En primer lugar, está todo ese tema de la investigación del cuerpo e incluso del organismo, porque hay partes donde se reflexiona sobre el lugar en donde se alojan algunas cosas que uno sabe que parten del cuerpo pero nada más, como la lujuria, la sed, el hambre. Luego se les da lugar a los inventos de Leonardo, que nosotros relacionamos con los objetos de circo, como la bicicleta y la máquina de volar, que usamos en escena. Por último, incluimos todo su lado culinario, lo que escribió sobre recetas y comportamientos correctos para tener en la mesa. Y por eso incluimos la degustación de pastas del final.

–Se le da muy poco lugar a su obra pictórica, que es su faceta más conocida. ¿Por qué?

–Porque durante las investigaciones sobre el personaje descubrí que todos los estudios que hacía Leonardo sobre las proporciones y la eficiencia del cuerpo y sobre cómo funcionan los movimientos se conectaban mucho más con el trabajo que nosotros venimos haciendo con el cuerpo. Porque, aunque sin explicitarlo como él lo hacía, nuestro trabajo físico y acrobático también explora lugares donde aterrizar, distancias de apoyo de las extremidades y dibujos que deben descubrir los cuerpos en el aire.

–¿Siente que estuvo condicionado por la estética renacentista en lo que refiere a escenografía, vestuario y musicalización?

–Sí, aunque no lo sentimos como una limitación, sino como una inspiración. Toda la estética está elaborada con signos contemporáneos y a la vez con un paisaje histórico. La música en vivo está compuesta por una soprano que canta en italiano, un músico que toca la viola da gamba y otro que toca la mandolina, ambos instrumentos propios del Renacimiento. Pero también hay una computadora en escena, por lo cual sonoramente se da una mixtura que lleva a la época pero que a la vez está tamizado con sonidos contemporáneos. En cuanto al vestuario hay un camino parecido porque es un diseño totalmente contemporáneo, justo para jóvenes universitarios de hoy, pero con detalles de la moda del Renacimiento. Y la escenografía, si bien en una primera mirada pareciera ser una reconstrucción de algunos proyectos de Leonardo, en realidad es una escenografía de metal, que está procesada con materiales actuales.

–Los intérpretes representan a estudiantes universitarios que investigaron sobre Da Vinci, tal como ocurrió durante el proceso creador. ¿Por qué decidió encarar el trabajo de ese modo?

–Como la producción del espectáculo es de la Universidad Nacional de San Martín, enseguida aparecieron estos personajes que eran ellos mismos, estudiantes universitarios con la tarea de preparar un trabajo sobre Leonardo. En la obra se ve la noche previa a la presentación. Como se representa un ensayo, no todas las escenas están armadas de manera muy cerrada, sino que buscamos mostrar lo que les sucedió a estos estudiantes cuando se acercaron y compartieron el material, y sobre todo cuando descubrieron las cosas que les interesaron y las pusieron en funcionamiento.

–¿La manera de decir el texto, de forma recitada, tiene que ver con la situación de presentación de la que habla?

–Sí. De hecho no hay diálogos, porque el texto está trabajado de manera expositiva como en un trabajo práctico, de frente hacia un jurado. Los estudiantes leen frases que les llaman la atención y que quieren compartir con el público. Y luego esas frases y esos conceptos les van entrando en el cuerpo y ahí surge un lenguaje que es más de coreografía, en la cual se comportan como los engranajes de un gran ingenio.

–¿Por qué el público tiene que moverse por la sala para ver las escenas?

–Porque son escenas muy marcadas y cada una se hace en un rincón diferente. El espectáculo funciona como una feria, donde hay que ir buscando las atracciones para ver. Y también porque nos interesaba lograr la máxima cercanía con el público y pensábamos que si no les dábamos todo servido en bandeja se les iba a despertar la curiosidad.

* Leonardo. Trabajo práctico Nº 1 se exhibe los sábados, a las 18.30, y los domingos, a las 19.30, en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, Ciudad de Buenos Aires.

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Hochman subraya que buscó un teatro “resuelto con el cuerpo y con los objetos”.
Imagen: Pablo Piovano
 
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