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Martes, 6 de agosto de 2013

CULTURA › III CONGRESO INTERNACIONAL ARTES EN CRUCE EN LA UBA

Un gran espacio de reflexión

El CIAC repasará las transformaciones sociopolíticas, estéticas y culturales del último medio siglo en la Argentina.

 Por María Daniela Yaccar

Es enorme el listado de actividades del III Congreso Internacional Artes en Cruce (CIAC), una iniciativa de la carrera de Artes de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Lo es porque no pasa por alto ninguna disciplina y porque repasa distintas aristas de la creación: la estética, la social y, ante todo, la histórica. El CIAC es un espacio de reflexión y de diálogo que reunirá, desde hoy y hasta el sábado, a artistas, investigadores e intelectuales, nacionales e internacionales, y a la comunidad, para pensar las artes. Se propone una intersección entre los saberes del campo académico, la investigación y la enseñanza en la materia, tanto en los niveles de grado como de posgrado.

Este año, el lema del encuentro –que es bienal– es “Los espacios de la memoria, memorias del porvenir”, ya que invita a hacer una revisión histórica de las distintas disciplinas artísticas (cine, teatro, plástica, música y literatura). Además, “el congreso se propone pensar la historia”, desliza Jorge Dubatti, docente universitario, crítico, historiador teatral y coordinador del área de teatro del CIAC. “Sobre todo pensarla hacia el futuro. El congreso tiene una fuerte marca de futuridad, sobre todo porque alumnos y egresados participan de una manera muy fuerte. El congreso es de los jóvenes”, concluye. Una amplia variedad de temas será abordada en mesas, plenarios, conferencias, entrevistas abiertas y presentaciones de libros. Por otra parte habrá obras teatrales, danza y música. Ayer, Luis Felipe Noé y Eduardo “Tato” Pavlovsky estuvieron en la apertura oficial. En los próximos días participarán Federico Luppi, Norman Briski, Raúl Serrano y Graciela Borges. Una de las actividades destacadas será la entrega de un Doctorado Honoris Causa a la familia de Leonardo Favio.

En esta ocasión, el CIAC se propondrá repasar las transformaciones sociopolíticas y culturales de los últimos cincuenta años. Esta tercera edición es la más grande desde el surgimiento del encuentro, puesto que coincide con el 50º aniversario de la carrera de Artes de la UBA. “Queremos hacer una memoria de la carrera”, apunta Ricardo Manetti, director de Artes. “Entre 1963 y 2013 han ocurrido muchos acontecimientos que transformaron a la universidad y al país. La realidad del ’63 difiere de la de 2013. Hay palabras que hubieran sido impensables, como ‘desaparecido’, ‘trans’, ‘matrimonio igualitario’. Todos estos hechos están ligados a la construcción del campo artístico”, explica. La mirada histórica que propone esta edición del CIAC se manifiesta, también, en la elección de las sedes: la principal es el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, que funciona en la ex ESMA. También habrá actividades en el Centro Cultural de la Cooperación –nacido tras la crisis de 2001– y el Centro Cultural Francisco “Paco” Urondo.

“En la selección de los espacios hay una toma de posición, respecto de pensar los treinta años de post-dictadura mirando hacia el futuro”, recalca Dubatti, para quien el factor económico también es crucial para pensar el arte y la cultura: “Es impresionante el crecimiento que la cultura argentina ha ganado, en términos de PBI, en cine, teatro, literatura y música. Es fuerte. Eso habla de la integración de lo artístico a las fuerzas productivas de la Argentina. Recoloca al arte de un lugar más aislado a uno protagónico”.

Entre los múltiples propósitos del congreso también está la revisión del plan de estudios de la carrera de Artes, que nació en los ‘60 como un desprendimiento de Historia. Primero se llamó Historia de las Artes. Manetti traza una cronología hasta llegar a la actualidad. “Durante la primavera camporista se modificó el ámbito universitario, ya que empezó a mostrar un interés grande por el pensamiento latinoamericano y el argentino. Eso quedó parado en los años terribles de oscurantismo y desapariciones. En el ’85, la carrera pasa a llamarse Artes y se divide en tres orientaciones (música, plástica y artes combinadas), incorporando formas de la cultura mediática y popular”, repasa el director. El CIAC debe servir, también, para revisar el plan de estudios actual, “porque los jóvenes de hoy son mucho más jóvenes que el programa. El congreso nos permite pensar nuevos paradigmas en el campo artístico”, cierra Manetti.

Otra de las intenciones de los organizadores del CIAC es que la investigación abrace a la comunidad, que no quede en un salón en el que un par de estudiosos debaten sobre el campo artístico. Desde ayer, la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA está artísticamente intervenida. “Más que un congreso, éste es un festival”, define Manetti. “Los congresos tienen que abrirse a otras perspectivas. Los grupos de estudio tienen que estar, pero también es importante plantear un encuentro con los que producen arte. La carrera de Artes trabaja en el campo teórico, pero nada puede hacer esa disciplina si no existen los artistas. Y es clave el contacto con la comunidad”, recalca Manetti.

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Norman Briski, uno de los participantes del encuentro.
 
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