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Lunes, 8 de diciembre de 2014

CULTURA › EL CIERRE DE LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE GUADALAJARA

“La palabra escrita es una ventana abierta a toda mirada”

Las palabras de Teresa Parodi fueron uno de los posibles corolarios a un encuentro que dejó sensaciones de plenitud, aun con el dolor de los estudiantes desaparecidos asomando en cada actividad. Se superó la cantidad de asistentes de 2013.

 Por Silvina Friera

Página/12 En México

Desde Guadalajara

“Cuando Argentina y México están juntos, Latinoamérica se abraza, se funde y avanza.” Raúl Padilla López invoca esta reflexión de Alfonso Reyes a la hora de trazar el balance de la 28ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), acompañado por la embajadora Magdalena Faillace, directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, responsable del programa literario y artístico que desplegó el país como invitado de honor. Después de nueve intensos días, con las emociones a flor de piel por los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero –los auténticos protagonistas de esta edición en mesas y marchas dentro y fuera de la feria–, más de 767 mil personas recorrieron el predio de la Expo para disfrutar de un diverso programa literario que contó con la presentación de 650 autores provenientes de 32 países, 1945 editoriales y más de 20 mil profesionales del libro que hicieron negocios por 41 millones de dólares. El 95 por ciento de los asistentes –comentó Padilla López, presidente de la FIL– compró al menos un libro. Teresa Parodi, la ministra de Cultura, participó de la ceremonia de traspaso al Reino Unido, próximo invitado de honor en 2015. “En estos días difíciles que enlutan al pueblo mexicano, nos sumamos al deseo de desterrar las acciones violentas que dañan y destruyen irremediablemente. Que la palabra ‘desaparecido’ nunca más sea pronunciada entre nosotros. Que los gobernantes de esta querida tierra mexicana den con los responsables de esa violencia y que la paz vuelva garantizada por la Justicia. Nunca más un corazón roto por intentar un mundo mejor. Que la imaginación y la memoria de la que Borges nos hablaba nos empuje hacia el futuro con renovada esperanza”, auguró Parodi.

Disfónica y feliz

El italiano Claudio Magris –ganador del premio FIL de Literatura 2014–, el nicaragüense Ernesto Cardenal, el francés Thomas Piketty, los españoles Arturo Pérez Reverte y Ray Loriga, la brasileña Nélida Piñon y el nicaragüense Sergio Ramírez son algunos de los principales escritores que desfilaron por las salas de la Expo. “Esta FIL fue escenario para la discusión de los problemas que atraviesan a nuestra sociedad”, evaluó Padilla López en referencia a los estudiantes desaparecidos, y mencionó además la importancia que tuvo la reunión de Estela de Carlotto con los padres y familiares de los estudiantes de Ayotzinapa. “Disfónica y feliz”, así resumió Faillace el estado en que se encontraba luego de trabajar durante más de un año y medio en el programa literario, cultural y artístico, que incluyó homenajes a Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Juan Gelman y Leopoldo Marechal. “Quisimos traer actividades y programas que no hubiéramos desarrollado en ninguna feria anterior: 46 mesas redondas con 55 escritores, todos con contenidos originales. Trajimos también 30 intelectuales y académicos que nos acompañaron en los foros, personalidades de la talla de Eduardo Rinesi, Eugenio Zaffaroni y Horacio González”, enumeró Faillace, que ponderó la pluralidad de voces que suscitó polémicas entre los escritores como la ocurrida en la mesa sobre la herida de Malvinas en la literatura argentina reciente. El mural que Miguel Rep hizo en el pabellón será donado al gobierno mexicano, anticipó Faillace, “para retribuir todo el afecto y la generosidad recibidos durante el exilio y la dictadura”. La directora de Asuntos Culturales destacó el éxito de los espectáculos en la explanada. Diego Frenkel y Dread Mar I convocaron a 4 mil jóvenes el viernes por la noche. Los Enanitos Verdes literalmente la rompieron el sábado, con más de 5 mil personas.

Patrias enlazadas

La ministra de Cultura habló en representación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que por recomendación médica tuvo que cancelar su visita a la FIL. “Todo encuentro de esta naturaleza es un acontecimiento intelectual del que se sale siempre enriquecido. Las patrias espejan su luz en las culturas que las caracterizan; las raíces de los pueblos de esas patrias se integran, se entrelazan, se proyectan a través de todos los caminos que sus culturas tienden”, dijo la ministra de Cultura ante los dos representantes británicos que estuvieron en la ceremonia que llaman “Cambio de Estafeta”: Justin McKenzie Smith, encargado de negocios de la embajada británica, y Lena Milosevic, directora en México del British Council. La ministra recordó que ambos países tienen una larga historia recorrida. “En el pasado bien cercano sentimos vivamente el acompañamiento de México cuando salimos a defender nuestra soberanía, tras la firme decisión de nuestra Presidenta de no ceder ni un solo paso al hostigamiento y la avaricia de los fondos buitre, que no reconocen patria ni soberanía. En el pasado más lejano nos abrió un hueco en su corazón para recibir a los argentinos expulsados al destierro por la dictadura militar que sojuzgaba a nuestra nación. Nuestros pueblos se abrazaron y tejieron lazos imborrables que hasta hoy marcan un hito en nuestra memoria colectiva. De ese abrazo fecundo nacieron los argenmex, que reivindican este vínculo que los unió para siempre a México, que es desde entonces su segunda patria. Los argenmex, vivan acá o allá, son el producto de la solidaridad del pueblo mexicano, al que le debemos un agradecimiento sin límites”, subrayó Parodi, quien decidió leer un pequeño fragmento de un texto de Julieta Ulanovsky: “La primera vez que me enamoré fue en México. Llegué como una nena y me hice mujer. Mi primer contacto con la noción de patria, de frontera, fue en México”.

“‘La palabra escrita es una ventana abierta a todas las miradas. Escribir en sí mismo es un acto de libertad’, afirmaba José Revueltas”, expresó Parodi en la sala Juan Rulfo. “El mundo del libro afronta enormes desafíos ante el avance de las nuevas tecnologías y la dinámica de concentración extrema del mercado editorial, que pone en peligro la diversidad y también la posibilidad de producir libros sin solamente pensar en ganancia absoluta. El Estado debe tener un rol protector y reparador”, planteó la ministra, y agregó que es de “importancia cultural y política” que Gran Bretaña sea el próximo invitado oficial de esta feria donde las culturas dialogan. “Ese diálogo se cristaliza en la alta valoración que ambos países tienen de la literatura del otro. Sabemos que los pueblos necesitan dirimir los temas pendientes con la paz y el diálogo. La Feria del Libro de Guadalajara es uno de los tribunales máximos de la palabra literaria, teatral y poética; por eso quizá sea también el ámbito más preciso y privilegiado para decir las palabras que en estos tiempos que vivimos necesitamos y merecemos oír.”

Un remolino de viento

Nunca vio algo así. Claudia Piñeiro todavía lo cuenta con el asombro chispeando en la mirada. Por los Ecos de la FIL, un programa en el que los escritores son invitados a hablar con los alumnos de diferentes escuelas del estado de Jalisco, le tocó visitar la preparatoria de Tapalpa, ubicada en el camino rulfiano, muy cerca de uno de los pueblitos que se disputa el nacimiento del autor de Pedro Páramo. “Cuando llegué al lugar, se formó un remolino de viento que parecía muy de (Juan) Rulfo. El director de la preparatoria, a medida que hablaba, sacaba el tema de los 43 y los chicos también. Sin duda, los protagonistas de esta edición son los 43 estudiantes desaparecidos de distintas maneras. El lunes pasado fue por el hecho de las marchas en todo el país; pero también en las intervenciones en las que estuvo Estela con el padre de uno de los chicos. Casi todos llevamos el pin o alguna cosa colgando que tenga que ver con los 43”, analiza la autora de Las viudas de los jueves. “Todas las conferencias que se dieron en el pabellón, a las que asistí como público, estaban llenas. Hubo charlas interesantísimas que dieron para mucho debate, por ejemplo sobre lo que fue editar en el exilio con Alberto Díaz, Guillermo Schavelzon, Carlos Díaz y Ricardo Nudelman. Esta fue preciosa porque además no sólo se hablaba del trabajo, de la edición, de la literatura, sino de la integración entre los dos países. Acá es el único lugar en el que hay una palabra para nombrar a los argentinos que se exiliaron. En España o en Francia son los exiliados, pero en México son los argenmex y el que volvió a la Argentina o el que se quedó acá se sigue considerando argenmex. Que el uso del lenguaje haya creado esa palabra indica una integración diferente. Y eso se vio en las charlas.”

Sergio Olguín está impresionado por la “gran avidez” del público local que siguió las mesas programadas tanto en el pabellón argentino como en las salas. “Me pareció muy provechoso para el caso de los escritores que tenemos libros publicados en México, porque es la única oportunidad de estar en contacto con nuestros lectores. Aunque salgan nuestros libros, las editoriales mexicanas no nos invitan”, asegura el escritor que tiene cuatro libros publicados en México: Oscura monótona sangre, La fragilidad de los cuerpos, El equipo de los sueños y Las extranjeras. Olguín visitó una escuela de Jalostotitlan en un pueblo muy tradicional, alejado de Guadalajara. “El tema de la charla fue qué era ser escritor, un tema que te pone en contacto con gente que no es la que concurre a una feria del libro, pero que a su vez siente cierta fascinación ante el mundo de la literatura y de los escritores, sobre todo si es extranjero. En la escuela me preguntaron a qué le tenía miedo. Me han preguntado muchas cosas cuando doy charlas, pero es la primera vez que me preguntan por el miedo”, confiesa el escritor a Página/12. “El miedo es lo más natural del mundo, no hay que dejarse llevar por aquellos que dicen que no hay que tener miedo. Lo importante es que ese miedo no nos paralice. Resultaría muy fácil para mí decirles a esos chicos que ‘no tengan miedo’, porque yo me vuelvo a mi país y ellos se quedan y tienen que luchar contra ese miedo para vencer cosas más terribles. En un país donde ha habido en los últimos años miles de muertos y desaparecidos, se notó el hartazgo. Estos asesinatos no son unos números más. Los 43 estudiantes desaparecidos fue el límite: hasta acá llegamos en silencio, hasta acá llegamos sin protestar.”

Coincide Ana María Shua que los protagonistas de esta edición han sido los 43 estudiantes de Ayotzinapa que faltan. “El país entero está en pie de lucha. Los estudiantes desaparecidos son un símbolo del drama que está viviendo México”, plantea la autora de Fenómeno de circo, recientemente galardonada con el Premio Nacional de Cuento. “Estoy muy contenta y orgullosa del desempeño de la delegación argentina. Al mismo tiempo no me extraña, porque son todos escritores de alta calidad, de manera que no han dado ninguna sorpresa. Tuvimos mucho público mexicano y eso fue muy lindo. Yo participé de los Ecos de la FIL en una preparatoria y estuve con unos 80 chicos de entre 18 y 20 años con los cuales mantuve un diálogo muy interesante.” Carlos Gamerro advierte que es un alivio que se haya convertido en bandera el reclamo por los estudiantes desaparecidos. “Por la experiencia argentina, tengo cierta fe en el hartazgo como categoría política”, señala el autor de Las islas. “Cuando dicen que en la Argentina después de la dictadura no hubo ningún tipo de venganzas personales, tiene que ver con una toma de conciencia colectiva de que ése no es el camino, y que ya había habido una especie de lógica de la venganza de los militares durante la dictadura. Acá hay una cultura de ‘la solución final’. Un taxista que me llevó hasta la feria me dijo que la única solución es desaparecer a los criminales, con total tranquilidad. En el libro de la programación de la FIL había una charla que tenía que ver con la masacre de Tlatelolco en la que se leía ‘trágico enfrentamiento’. Si todavía están conceptualizando este episodio como ‘trágico enfrentamiento’, hay una conciencia que se expresa a la ligera, casi sin pensarlo. Cuando tanto en sectores de la población como en las autoridades políticas todavía impera la idea de que si los matás a todos, solucionás el problema, un día matan a un criminal, otro día matan a estudiantes, otro día matan a guerrilleros y otro día matan a dirigentes obreros, como pasó en la Argentina.”

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El “cambio de estafeta” a Gran Bretaña, país invitado de 2015, propició reflexiones sobre cultura y política.
 
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