espectaculos

Miércoles, 2 de diciembre de 2015

CULTURA › SE ANUNCIARON LOS PREMIOS NACIONALES QUE OTORGA EL MINISTERIO DE CULTURA

Galardones que ayudan a la circulación

Hoy a las 19, en la Sala Argetina del Centro Cultural Kirchner, se distinguirán quince obras en los rubros “Libro de poesía”, “Texto dramático”, “Ensayo político”, “Ensayo psicológico” y “Tango y folklore para la producción artística 2011–2014”.

 Por Silvina Friera

La intensidad de un poema es como un golpe. Las huellas de la lectura o la escucha de canciones se imprimen en la diversa experiencia de la representación que cada uno atesora. Quince obras recibirán hoy a las 19 los Premios Nacionales que otorga el Ministerio de Cultura de la Nación en las categorías Libro de poesía, Texto dramático, Ensayo político, Ensayo psicológico y Tango y folklore para la producción artística 2011-2014. El primer premio es de 50.000 pesos y una pensión vitalicia al momento de jubilarse, equivalente a cinco jubilaciones mínimas; el segundo está dotado de 30.000 pesos y el tercero, de 17.000. En Libro de poesía los premiados son Jorge Aulicino, con Libro del engaño y del desengaño; Jorge Leónidas Escudero, con Atisbos; y Hugo Padeletti, con Osaturas: 1969–2008. Los ganadores de Texto dramático son el recientemente fallecido Eduardo “Tato” Pavlovsky por Asuntos pendientes; Ricardo Bartís por La máquina idiota; y Javier Daulte por Personitas. En Ensayo político los reconocimientos corresponden a Pilar Calveira con Violencias de Estado: la guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen como medios de control global; a Mario Rapoport con Bolchevique de salón; y a Roberto Gargarella con La sala de máquinas de la constitución. Dos siglos de constitucionalismo en América Latina. Los premiados en Ensayo psicológico son Omar Acha por Crónica sentimental de la Argentina peronista: sexo, inconsciente e ideología; Fabián Schejtman por Sinthome, ensayos de clínica psicoanalítica nodal; y Marcelo Percia por Inconformidad. Arte Política Psicoanálisis. En Tango y Folklore se reconoce a Carlos Moscardini con “Suburbio”; Juan Quintero con “Hermanos”; y Lisandro Martín Baum con “De Madera”.

Acha (1971) cuenta a Página/12 que estaba convencido de que a Crónica sentimental de la Argentina peronista (Prometeo) le esperaba “una recepción marginal en el público lector, o en todo caso una moderada circulación universitaria”. “Como primer libro de historia argentina con una fuerte carga teórica psicoanalítica, de fondo marxista y ordenado alrededor de las cuestiones de género y sexualidad, quedaba a destiempo de la lectura historiadora tradicional. Pero también de una comprensión psicoanalítica con poca historia que predomina, me parece, en ámbitos ‘psi’ muy marcados por cierta lectura de Lacan. Tal vez el premio facilite una mayor circulación y le haga justicia. No digo a su valor. Sobre eso por supuesto no me corresponde opinar. Me refiero a su apuesta intelectual, filosófica y política. Quizás incluso ayude a que lo lea la izquierda, con cuya concepción pre–freudiana del sujeto el libro intenta debatir”, plantea el historiador y ensayista, autor de Los muchachos peronistas, La nueva generación intelectual y El sexo de la historia, entre otros títulos. ¿Qué desafíos o qué “responsabilidad” implica ganar un premio Nacional? “Creo que el premio es retrospectivo. Corresponde a una obra ya publicada. Por lo tanto no hay una responsabilidad a futuro. Se supone que se ha aportado una ‘obra’ a la cultura nacional”, responde Acha. “Es extraño, pero acabo de darme cuenta de que el texto ya no podría ser cambiado. Queda canonizado y cristalizado. Quien obtiene un premio pasa a convertirse en un ‘autor’, cosa no evidente en nuestra cultura del tuit y del post en Facebook. Se me ocurre que en todo caso, puesto que todo libro es un cuerpo libre, un desafío es no quedar apresado por el premio e intentar pensar todo de nuevo. Es decir, seguir pensando”.

Hay menciones en todos los rubros. En Libro de poesía la recibe Leopoldo Castilla con Tiempos de Europa; Horacio Zabaljáuregui con América; y Niní Bernardello con Agua florida; y también son reconocidas Paula Jiménez España por Paisaje alrededor y Alicia Genovese por Aguas. En Texto dramático las menciones son para Mariano Pensotti con Cineastas; Romina Paula con Fauna; y Matías Feldman con Hacia dónde caen las cosas; además de reconocimientos especiales a Walter Jakob y Agustín Mendilaharzu por La edad de oro; y Laura Fernández, Elisa Carricajo, Pilar Gamboa, Valeria Correa y Laura Paredes por Museo. Obtienen menciones especiales en Ensayo psicológico Enrique Carpintero con El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser; Silvia Mulder con Levi-Strauss <> Lacan: Genealogía del registro simbólico; y Mauro Vallejo con La seducción freudiana: (1895–1897). Un ensayo de genética textual. En Ensayo político tienen menciones especiales Claudia Hilb por Usos del pasado. Qué hacemos hoy con los setenta; Diego Fernández Peychaux y Hugo E. Biagini por El neoliberalismo y la ética del más fuerte; y Norberto Galasso por Jorge Luis Borges, un intelectual en el laberinto semicolonial. En Tango y folklore, finalmente, los mencionados son Daniel Ruggiero por “Osvaldo y Osvaldo”; Susy Shock por “Con mi carro voy”; y Mario Esteban por “Fausto criollo”; y se reconoce también a Pablo Javier Fauaz con “Quien bese tus huellas”.

A Aulicino (1949) siempre le pareció que los premios Nacionales distinguen más una trayectoria que un libro o una obra. “El jurado y el ministerio actuaron con un gran pluralismo; es decir las elecciones que hicieron, el resto de los libros más las menciones, muestran una gran pluralidad estética y política incluso. Y eso hay que señalarlo y destacarlo. Es un premio que tiene un peso simbólico muy importante y me pone bien recibirlo”, reconoce el poeta y traductor, autor de Poeta antiguo, Almas en movimiento, Hostias y Cierta dureza en la sintaxis, entre muchos otros títulos. “Libro del engaño y del desengaño está dedicado a una parte de la historia de mi vida y la historia de país. Creo que ahí hago la narración de una experiencia generacional en forma muy lírica y fragmentaria. No se puede pedir algo exhaustivo, ¿no? Pero hay una especie de decepción por un proyecto perdido. Y más que proyecto te diría un mundo, porque no era sólo la Argentina y lo que habíamos pasado acá en la década del 70, sino lo que vino después: la caída del mundo socialista. Eso para mí tuvo un impacto cultural profundo que todavía no se terminó de entender. Lo que vino después es el trasfondo del libro. No sé si es el peor o el mejor libro que escribí, pero tiene un contenido que me interesa que el premio lo resalte”.

¿El premio ayuda a que un libro de poesía asome la cabeza más allá del circuito de circulación y lectura más restringido de la poesía? “Lo amplía un poco”, advierte Aulicino. “En este circuito hay lectores eventuales y lectores más regulares que casi siempre son los propios autores de poesía. Hay lectores que entran y salen. En un primer momento un premio puede hacer que los lectores eventuales se concentren un poco en un autor, pero no creo que lo engrandezca mucho más. La obra de un poeta no es muy leída por el conjunto de los lectores de libros. Pero la lectura de un solo poema es muy intensa; es equivalente a haber leído una novela porque está todo ahí en un solo golpe y opera mucho más tiempo y de manera muy distinta a la narrativa. La narrativa deja su huella profunda pero no por la trama, sino por alguna otra cosa que nos queda ahí para siempre. Yo me acuerdo siempre de la imagen de La isla del tesoro que es el barco cuando anda al garete y aparece detrás de una roca con todas las velas desplegadas. Robert Louis Stevenson no pensaba que los lectores debían guardar esa imagen. No sé si escribió la novela para eso. A veces es muy aleatorio lo que te queda. El poema es un golpe muy breve, pero muy intenso. Cada poema es una experiencia. Yo también leo la poesía a los saltos. No me siento a leer un libro ni la obra de un poeta: voy, vuelvo, entro en uno, en otro... La lectura de poesía es como un vermú”.

* Los Premios Nacionales se entregarán a las 19 en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151).

Compartir: 

Twitter

“Es un premio que tiene un peso simbólico muy importante”, dice Jorge Aulicino, premiado en Poesía.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.