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Jueves, 12 de febrero de 2009

Zapato roto, sin dueño

“De boliche en boliche”, “Estoy hecho un demonio”, “Otra vez en la vía”: inevitables recuerdos asociados a las décadas del 60 y 70. O “Zapatos rotos”. O “Vuelvo a naufragar”. O “Súbete a mi barco”. Todos ellos, grandes éxitos, hits, o como se los llamara entonces, de un hombre llamado Francisco Brydon Smith o, como se lo conocía por aquella época, Francis Smith, su nombre artístico. Fue el inventor de Los Náufragos y una especie de productor del grupo, además de autor de muchos de aquellos hits y/o grandes éxitos. Murió ayer, después de diez años de diálisis y sin llegar a concretar el trasplante, pese a estar en la lista de espera. Hoy será sepultado en el cementerio de la Chacarita, en el Panteón de Sadaic. Smith compuso más de 300 canciones y sólo en el año 1970 vendió más de un millón de discos. Fue uno de los iniciadores del rock nacional, pero el éxito rotundo le llegó hacia fines de los ‘60, cuando comenzó a producir a Los Náufragos. Fue allí precisamente desde donde surgieron sus temas más conocidos. En 1972 tuvo una incursión en el cine, con la película Todos los pecados del mundo, a la que después agregó Estoy hecho un demonio, donde actuó junto a Juan Carlos Dual y fue una musicalización de su popular tema. También fue productor del grupo Los Angeles de Smith, donde actuaba su esposa de ese momento, Sandra Smith, junto con las hermanas Alicia y Mariel Scola. Luego de Los Náufragos llegó Safari, otro grupo que vendió millones. Recientemente, en Isidoro, la película, los personajes animados les dieron nueva vida a sus canciones. “Yo en mi casa y ella en el bar”, “Dime linda chiquilina”, “Quedate piola, Vicente”: más nombres de la cosecha de FS.

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