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Jueves, 18 de septiembre de 2014

FALSTAFF, DE VERDI, SEGúN ARTURO GAMA

Tradicional, pero sin sentido

 Por Diego Fischerman

Falstaff es una ópera atípica. Escrita por Verdi cuando ya estaba retirado, por propio placer y sin imposiciones de editores o empresarios, tiene la particularidad de unir las dificultades de una comedia (la ligereza, el ritmo) con las de las grandes óperas serias, en particular una escritura compleja, donde la orquesta está lejos de limitarse a un papel de mero acompañante y en la que abundan los pasajes con el contrapunto más complejo. Es, en ese sentido, uno de los títulos más difíciles de montar y en esta nueva presentación el Teatro Colón le hace los honores con un elenco excepcional, comenzando por el fantástico Ambroggio Maestri, uno de los mejores Falstaff del presente.

De línea clara, fraseo exacto, afinación impecable y bellísimo timbre, este barítono nacido en Pavia demostró, además, notables dotes de comediante. Barbara Frittoli, una exquisita soprano milanesa, es, junto a él, una Alice Ford de méritos notables. El grupo de las mujeres se completa con Paula Almerares en una Nanetta impecable, tan precisa en lo vocal como fresca en lo escénico, y Elisabetta Fiorillo, en una Mrs. Quickly de voz poderosa y graves de gran presencia. Entre los protagonistas, también Emanuele D’Aguanno, un tenor italiano con buenos agudos y timbre cristalino, fue más que correcto en el papel de Fenton y Leonardo Estévez compuso un muy buen Mr. Ford. El Coro Estable del Colón tuvo, en la función del estreno, un desempeño correcto y la orquesta sonó convincente y tuvo varios momentos de gran nivel. Roberto Paternostro dirigió en general con corrección, aunque no mostró demasiada atención a los planos, no sólo a los internos de la orquesta, sino a su relación con los cantantes, y perdió absolutamente el control en los pasajes contrapuntísticos más intrincados. Allí se produjeron desajustes atroces entre orquesta y cantantes, por un lado, y entre los mismos cantantes, por el otro. A pesar de ello, lo musical fue, sin duda, el punto fuerte de este Falstaff.

La puesta, sin otra idea que la del final, en que mientras cantan la genial fuga de cierre (“todo en el mundo es burla...”) los intérpretes se sacan sus vestimentas teatrales y se demaquillan, navega en una mediocridad indigna de un teatro como el Colón. El Dr. Caius (decadente pretendiente de Nanetta) y Bardolfo y Pistola (los asistentes de Falstaff) naufragan casi todo el tiempo sin marcaciones claras ni acciones escénicas trascendentes. Eso en los momentos mejores. En los otros, abundan en morisquetas y saltitos tomados de lo peor y más estereotipado del teatro infantil. Y si hiciera falta una prueba alcanzaría con la comprobación de que las únicas risas del público (al fin y al cabo se trata de una comedia) se produjeron por el texto de Boito y por la escritura orquestal de Verdi, que se las ingenió para producir más de un momento hilarante sin otros medios que los propiamente musicales.

La concepción del mexicano Arturo Gama brilla por su opacidad, por la falta de comprensión de la complejidad de su personaje principal y por innecesarias redundancias, como hacer que un personaje agite su bolsa con monedas al unísono con la música cuando el chiste, con tintineo incluido, ya había sido realizado por Verdi. Sus criaturas aparecen libradas a sus propios méritos y experiencias, sin marcaciones claras ni intenciones definidas. Los protagonistas, todos ellos de dilatada experiencia, logran que la sangre (o el aburrimiento) no llegue al río. La puesta, en su conjunto, aporta una rara virtud. En la polémica entre quienes defienden las miradas escénicas más tradicionales y los que apuestan por un teatro más osado, Gama ejemplifica como pocos que no es por allí por donde pasa la discusión. Y que aun la más tradicional y conservadora de las puestas puede carecer absolutamente de sentido.

8-FALSTAFF

Opera de Giuseppe Verdi, con libreto de Arrigo Boito, basado en Las alegres comadres de Windsor y fragmentos de Enrique IV, de William Shakespeare.

Dirección Musical: Roberto Paternostro.

Dirección de Escena: Arturo Gama.

Diseño de Escenografía e Iluminación: Juan Carlos Greco.

Diseño de Vestuario: Aníbal Lápiz.

Orquesta Estable del Teatro Colón.

Coro Estable del Teatro Colón (dirigido por Miguel Martínez).

Reparto: Ambrogio Maestri, Fabián Veloz, Bárbara Frittoli, Paula Almerares, Elisabetta Fiorillo, Emanuele D’Aguanno, Guadalupe Barrientos, Sergio Spina, Juan Borja y Gustavo Gibert,

Teatro Colón: martes 16.

Nuevas funciones: mañana, sábado 20 (con otro elenco), domingo 21 y martes 23 (con Leonardo Estévez en lugar de Fabián Veloz, en el papel de Mr. Ford).

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