Miércoles, 14 de noviembre de 2007 | Hoy
ENTREVISTA A GUSTAVO LOPEZ
El flamante presidente del directorio del Sistema Nacional de Medios Públicos dice que “es una gran oportunidad para desarrollar contenidos bajo la tríada de diversidad cultural, calidad y pluralidad de opiniones”.
Por Emanuel Respighi
Puede que para algunos se trate de una medida que no traerá modificaciones significativas en el manejo de Canal 7 y Radio Nacional, pero la institucionalización del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) es para Gustavo López, flamante presidente del directorio del organismo, un paso firme dado para la normalización de los medios estatales y la consolidación de sus contenidos y objetivos. “El sistema se creó en 2001, pero desde esa fecha hasta hoy sólo funcionó como tal seis meses. El nombramiento de un directorio abre una gran oportunidad para desarrollar contenidos bajo la tríada de diversidad cultural, calidad y pluralidad de opiniones. Ese trípode será la base para la construcción de ciudadanía, tanto desde la pantalla de Canal 7 como desde los micrófonos de Radio Nacional”, explica el funcionario a Página/12.
Contando en su haber con una extensa experiencia en la función pública vinculada a la cultura (entre 1999 y 2001 fue interventor del Comité Federal de Radiodifusión y, entre 2003 y 2006, ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires), López encabezará el directorio del SNMP junto a Juan Ross y un tercero aún no designado (todo indica que sería Oscar González, secretario general del Partido Socialista). La reinstitucionalización del sistema que aglutina a Canal 7 y Radio Nacional, tras la intervención de Ricardo Palacio, vuelve a poner en el tapete el rol de los medios públicos en el país. “Los medios estatales deben ofrecer lo que los privados no ofrecen. El interés comercial debe ser reemplazado por el interés social”, subraya el presidente del SNMP. “Palacio había hecho una interesante tarea de reequipamiento, necesaria para el canal y la radio. Vamos a profundizar esa concepción sobre los medios públicos”, analiza López.
–¿O sea que la normalización del SNMP marca el comienzo de un segundo estadío en el que, superado el desafío técnico, ahora el foco estará puesto en el artístico?
–Más que en los contenidos, yo diría en la institucionalización del sistema. Radio Nacional tiene 70 años y Canal 7, 56, pero nunca fueron considerados como medios de un sistema público. Tal vez sí estatal, pero no como público en el sentido de que es de todos. En cambio, por ejemplo, Radio Netherland de Holanda, con 60 años de vida, fue concebido como un sistema estatal desde su creación. La institucionalización servirá para delinear, aglutinar y potenciar objetivos comunes entre la TV y la radio.
–Entonces, según su opinión, el problema de los medios públicos argentinos no recae en el sistema, sino en que no estaba implementado...
–El sistema es muy joven. Nuestro trabajo está enfocado en crear conciencia de lo público. Lo público no es de un sector o grupo de personas: es de todos. Y otros creen, por el contrario, que lo público no es de nadie. Lo que vaya a salir al aire o las acciones que se hagan, entonces, tienen que estar pensadas en función del interés de todos: diversidad cultural, pluralidad de opinión y calidad de realización.
–¿Pero el hecho de que el directorio sea designado por el presidente de la Nación no atenta contra esa idea de pluralidad?
–Esa es la normativa que tenemos según el decreto de 2001: un directorio formado por tres representantes del Poder Ejecutivo. Le corresponde al Congreso proponer un esquema diferente. Lo que hizo Néstor Kirchner fue normalizar el sistema de acuerdo con el marco jurídico actual.
–Que no es el que usted había presentado en el proyecto de Ley de radiodifusión de 2001, donde proponía un directorio conformado por tres representantes del Poder Ejecutivo y dos del cuerpo legislativo.
–Ese proyecto se presentó pero el Congreso de ese entonces no lo trató. Y los posteriores tampoco. Les corresponde a la Secretaría de Medios o al Congreso fijar políticas de comunicación. Mientras, la responsabilidad nuestra a cargo del sistema es llevar políticas públicas: diversidad cultural, pluralidad de opinión y calidad. Y sería bueno que en el futuro el Poder Ejecutivo o el Congreso terminen resolviendo una política de Estado. Es lo ideal. Pero es un proceso que no tiene que ver con oficialismo vs. oposición, sino de entender que lo público es de todos.
–¿Cuáles son los objetivos que se propone en su nueva función?
–Uno es seguir con el reequipamiento del canal y la radio. Otra tarea es continuar abriendo repetidoras para que el canal se vea en todo el país por aire. Por otro lado, al ser el 7 y Nacional grandes productoras de contenidos culturales, nos proponemos pensar la posibilidad de exportar esos contenidos. Incluso, producir contenidos artísticos para otros soportes, como discos o videos que sirvan como puente para la promoción de artistas. Y la idea es que cuando las condiciones técnicas lo permitan haya producción del interior del país en la pantalla o en la radio.
–¿Y cómo se trasladan esos objetivos teóricos a la práctica de un canal y una radio asociados a lo gubernamental y no a lo estatal?
–Trabajando cotidianamente con la gente que forma parte del SNMP y con los trabajadores del canal y la radio. El SNMP debe sólo delinear objetivos: la manera de llevarlos a la práctica se debatirá con todas las partes. La idea inicial es profundizar los contenidos que se vinieron desarrollando. Tal vez los mayores cambios de programación se van a notar en la programación de la radio, mientras que la televisiva se va a notar en abril de 2008. Pero no habrá ruptura sino evolución.
–¿Cómo piensa trabajar con el SAT y la Utpba, los gremios que conviven –no de la mejor manera– en Canal 7?
–Con el diálogo. Me reuní con el SAT y tenemos el mismo pensamiento sobre los medios públicos. Y me imagino que también coincidiremos con la Utpba. Eso ayudará a mejor los objetivos artísticos y sociales del canal.
–¿Y cómo ve el complejo abordaje periodístico del Gobierno y la oposición?
–No voy a entrar en la polémica de si la oposición salió en el canal el 45 por ciento y el oficialismo el 45 por ciento. Nuestra intención es conformar una radio y una televisión públicas. Mientras no exista un directorio múltiple como el que tienen las grandes cadenas nacionales públicas del mundo, conformado por representantes del Ejecutivo, el Legislativo e incluso la ciudadanía, nos corresponde esta tarea a nosotros. Es necesario debatir y consensuar qué significan los medios públicos y su rol. Es un problema afín a los medios estatales de América latina. Tendremos que corregir los errores si es que hay errores. Espero que este país defina políticas comunicacionales. Pero no sólo corresponde al Gobierno hacerlo, sino también a la oposición y a los privados. Los privados piden mejor calidad de nuestras instituciones, pero tratan de que no se hable nunca de la Ley de Radiodifusión.
–El problema es que aquí no existió nunca una política comunicacional.
–Nunca se desarrolló una política por un período de tiempo destacado. La más clara y nefasta fue la que llevaron los militares, que tomaron a los medios como un problema de “seguridad nacional”. La Ley de Radiodifusión de 1972 habla de “defensa nacional”, “teatro de operaciones”, como si se estuviera en guerra. Y la de 1980 está basada en la doctrina de la seguridad nacional, en el enemigo interno. Sólo hubo una política comunicacional pública con los militares. Y eso, además de nefasto, resultó terrible para el desarrollo de los medios públicos en el país.
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