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Lunes, 13 de enero de 2014

SERIES › EL ESTRENO DE TRUE DETECTIVE POR LA SEñAL HBO

Tras los pasos de un asesino

El nuevo drama detectivesco de HBO da la chance de ver a dos grandes como Matthew McConaughey y Woody Harrelson en un gran momento de sus carreras, interpretando a dos policías marcados por la tortuosa investigación del asesinato de una prostituta.

 Por Federico Lisica

Ayer, con el estreno de True Detective (va por HBO los domingos a las 23, con múltiples repeticiones) se dio un hecho tan inusual como provechoso. Acceder a las performances de Matthew McConaughey y Woody Harrelson en el tope de sus carreras actorales desde un producto televisivo que propulsa aquello que vienen entregando en la pantalla grande.

Basta ver al primero en El lobo de Wall Street en el que quizá sea uno de los grandes momentos del último film de Martin Scorsese (y actúa contadísimos minutos): su rol es el de un corredor de bolsa desaforado, canchero, místico, que mientras toma cocaína y martinis, invoca mantras chamánicos. Lo mismo puede decirse de otras actuaciones un tanto retorcidas como el asesino a sueldo que interpretó en Killer Joe (William Friedkin, 2011), el prófugo de Mud (Jeff Nichols, 2012), su stripper en Magic Mike (Steven Soderbergh, 2012) y el cowboy con HIV que trafica medicamentos en la aún inédita Dallas Buyers Club (Jean-Marc Vallée, 2013) por la que ha sido nominado a los Globo de Oro y, se supone, será uno de los candidatos a vencer en la próxima entrega de los Oscar. Liza Minnelli ha dicho que si la Academia no lo premiaba por su último tour de force (que tiene los alicientes de estar basado en un caso real, el tópico que toma y el hecho de que bajó más de veinte kilos), le regalaría su propia estatuilla. Son todas caracterizaciones, vale aclarar, en las que el tejano no entierra su pasado de ex golden boy sino todo lo contrario: lo enseña como cicatrices sin cauterizar.

Lo mismo sucede con Harrelson, también oriundo de ese estado sureño, en esta producción original de HBO con la que sigue profundizando con sus roles brillantemente patéticos desde hace un buen tiempo a esta parte, como los que asumió para sus interpretaciones en Zombieland (Ruben Fleischer, 2009) o Siete psicópatas (Martin McDonagh, 2012). “Esta es la tercera vez que trabajamos juntos y es la primera en la que no es en una comedia y por eso estoy tan excitado”, le dijo McConaughey a la prensa de su país. “La cosa con Woody es que somos amigos: si él comienza algo, yo lo termino. Tomamos la energía el uno del otro, fue bueno para las comedias Ed TV y Surfer Dude, y es bueno para nuestra relación”, añadió el actor. En True Detective, si bien ambos interpretan a un dúo de investigadores, hay poco del compañerismo típico de las entregas de parejas desparejas pues, como señaló McConaughey, “ambos personajes son diametralmente opuestos, desde todo punto de vista”.

True Detective (que tuvo su primera emisión en la Argentina casi en simultáneo con la de Estados Unidos) tiene como punto de partida la muerte en Louisiana de una prostituta a manos, presuntamente, de un asesino serial. La investigación cae en manos de Rust Cohle (McConaughey) y Martin Hart (Harrelson), y terminará marcándolos por el resto de sus vidas profesionales y personales. La entrega, dirigida por Cary Fukunaga, apela al flashback para enseñar cuando desentrañaban juntos el hecho hacia 1995, y en un presente situado en 2012, en el que se decide reabrir el caso. Cohle será el alocado y sagaz, Hart el familiero y protocolar. En la serie, vaya regalo para el espectador, se explica que algunos elementos se le ocultaron a la ciudadanía por la atrocidad del crimen, los mismos que uno puede visualizar en toda su deformidad. Especialmente el cuerpo del delito reconvertido en una escultura con incrustaciones de animales. Un asco similar producen los posibles culpables. Cohle y Hart, por su parte, quedaron devastados por haber visto demasiado: la transformación física y mental de los actores impacta. Se nota que su guionista y creador, Nic Pizzolatto, ha reescrito algunos capítulos de The Killing, otra serie sobre un homicidio salvaje e irresoluto, con la que True Detective tiene varios puntos en común.

De clima vaporoso, pero con permanentes explosiones, con una puesta en escena al natural, aunque sin despojarse de fotografías viscerales, la ficción ahonda el lado oscuro de la buena conciencia americana. El sur profundo, con su cultura, sus rednecks y strip-clubs, es otro de los protagonistas de la ficción. En definitiva, se trata de una ficción de alta calidad técnica y artística, una buena costumbre de estos tiempos televisivos. La serie es sólo de ocho capítulos y ya tiene confirmada una segunda temporada bajo el formato de “Antología”, como impuso American Horror Story (Fox). Es decir, volverá con otro caso, otro elenco y otra historia, pero manteniendo el sello que recién comienza a develarse. ¿Cuál es? El de los detectives en cuestión. Lo dijo el mismo McConaughey: “El misterio sobre el asesinato sigue siendo el paso que siguen estos tipos, pero la historia real es comprender quiénes son estos dos sujetos y quiénes no son”.

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Los dos policías, diametralmente diferentes, llevan la investigación en dos épocas distintas.
 
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