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Lunes, 1 de septiembre de 2008

MUSICA › LA ORQUESTA EL ARRANQUE Y SU FLAMANTE CD

“El tango es un objeto vivo”

Ignacio Varchausky, director y contrabajista de la agrupación, trabaja siempre desde la tradición del género, pero con una mirada actual. Quizá por eso el disco, Nuevos, propone un repertorio creado en su totalidad por compositores contemporáneos.

 Por Andrés Valenzuela

“Tiene lo que nos parece que es lo mejor de la tradición, pero con una mirada actual”, define Ignacio Varchausky, director y contrabajista de la orquesta El Arranque, al CD Nuevos, que acaban de publicar. “Creo que lo que pasa cuando escuchás al grupo –sigue explicando– es que es muy fuerte la presencia de la tradición tanguera, pero fresca y absolutamente honesta, no hay una cuestión de representación de algo que fue, ni de algo que es tan moderno que no se escribió.”

La placa es fruto de 12 años de evolución del grupo y del impacto que sufrió hace cuatro tras la salida de su anterior disco (Maestros), cuando tres integrantes históricos dejaron la orquesta. En total, 16 temas dedicados a la nueva generación de compositores de tango, que conforman un tríptico con dos álbumes anteriores de El Arranque: Clásicos y Maestros. Si en el primero recorrían temas fundacionales del género y en el segundo versionaban las composiciones de la generación intermedia, Nuevos se propone mostrar canciones propias y ajenas de los últimos años, en un guiño colaborador con los colegas.

La cuestión del intercambio con otros tangueros es fundamental para el grupo, según cuenta Varchausky. “En el tango se perdió la poca tradición que existía de interactuar con los colegas”, explica. “Mirá Maestros, ¿quién le toca un tema a Marconi? Nadie”, lamenta.

“Si hablamos de los compositores de hoy, es peor: Ramiro Gallo, Sonia Possetti, Andrés Linetzky, son unos fenómenos, superprestigiosos, tienen sus grupos, graban sus discos, viajan, pero decime quién les toca un tema. Nadie.” El contrabajista llama a mirar otros géneros “como la música popular brasileña o el folklore argentino en los que hay una constante interacción entre los artistas”. En este disco, ocho de los 16 temas son de compositores ajenos al grupo, como Linetzky, Juan Quintero, Ramiro Boero, Gallo, Abel Rogantini, Possetti y Jorge Drexler. A éstos hay que sumar los trabajos de los integrantes de El Arranque, como Camilo Ferrero, Martín Vázquez, Ariel Rodríguez y el propio Varchausky.

–Igual ustedes no son exactamente “nuevos”.

–Se llama Nuevos pero también es como una burla. Mirá los anteriores: cuando el disco era Clásicos jugaba como si nosotros fuésemos clásicos... ¡imberbes! En Maestros también, con nosotros en tapa, cuando los verdaderos maestros estaban adentro con nosotros, aunque también planteaba la pregunta de por qué no podemos serlo nosotros también. Y ahora, ¿qué? ¿Somos los nuevitos del tango? ¿Los eternos jóvenes?

Nuevos es enérgico. La cualidad melancólica que caracteriza al género es un murmullo suave, aunque inevitablemente presente en los compases que parecen irse uno encima del otro, ansiosos por sonar. Descripción que parece ajustarse a lo que opina Varchausky (orgulloso del resultado) de la producción del grupo que integra. “La melancolía es uno de los elementos constitutivos de la identidad argentina, es indiscutible e inevitable en el tango su presencia, pero uno trata de que no se transforme en el motor de lo que hace. Yo diría que el disco tiene un espíritu celebratorio respecto a por fin poder mostrar el trabajo, y celebratorio también de los colegas”, manifiesta.

El disco viene en dos ediciones: una, la común, con la cajita de acrílico y el librito con la letra de los tres temas cantados y los créditos. La otra, una edición deluxe, suma a la cajita de cartón un juego de mesa completo hecho por Pablo Cabrera que incluye figuritas troqueladas, un tablero, instrucciones y un dado minúsculo.

–¿Por qué un juego?

–La idea del juego surge de la necesidad de poder contar cosas en este momento de reflexión del grupo tras más de doce años tocando juntos. En este tiempo la escena del tango cambió mucho, nosotros como grupo cambiamos y también lo hicimos como individuos. Toda esta acumulación y reflexión obligada nos entusiasma a contar otras cosas, a compartir estos puntos de vista. En las propuestas gráficas que acompañan nuestros discos ya veníamos desarrollando cosas conceptuales bastante fuertes, y se nos ocurrió que era divertido plantear las problemáticas que atraviesa un grupo de jóvenes que decide dedicarse a este género, que puede ser maravilloso pero también cruel, donde hay muchos preconceptos y reglas preestablecidas que pueden ser duras por momentos y muy conservadoras si uno no las sabe digerir.

El juego, suerte de cruza entre el Carrera de Mente y el Juego de la Oca, lleva a nóveles músicos de tango por un recorrido incierto en el que abundan las peripecias y avatares del destino (“No hay piano, se suspende el show”, “Nueva gira europea”), muchos inspirados en la propia historia del grupo.

También hay casillas de preguntas o para completar letras de tango, con tres niveles de dificultad. “Las difíciles realmente lo son, y es una forma de cuestionar esta cosa de que en el tango se espera que seas un experto, y si no lo sos no lo podés disfrutar, o estás afuera y no pertenecés a la familia. Esto no es así”, se indigna Varchausky. “Hasta el tanguero más conocedor y supuestamente experto se va a encontrar con cosas que no sabe, datos muy oscuros”, sonríe ahora con picardía.

Pero también hay otras, en las que quien cae en esa casilla pierde el turno. Todas ellas apuntan a contradicciones internas del género. “Si Gardel nació en Francia y ‘La Cumparsita’ la compuso un uruguayo, ¿el tango es argentino? Se queda pensando, pierde el turno”, plantea una. “¿A qué edad se deja de ser joven en el tango?” o “¿Se puede disfrutar del tango antes de los 30?”, piensa otra. “¿Hay músicos de tango gays?”, se plantea en otra. “Hasta la marina de EE.UU. los acepta, pero en el tango no hay, o no lo sabemos, y pareciera que es lo peor que te puede pasar”, critica el contrabajista. “Estas casillas son las más fuertes porque cuestionan estas problemáticas ideológicas”, afirma.

–¿Qué recepción esperan en el ambiente?

–Por ahí viene un tanguero y dice que es una tontería. No que no le gusta, que no me importaría, sino que es una boludez, una pérdida de tiempo, que no tiene nada que ver con el tango. Pero a mi me gusta ver el tango como un arte dentro de la historia del arte. Si se lo mira como algo absolutamente cerrado y evocativo está muerto. Toda nuestra propuesta, desde el repertorio nuevo a un desarrollo gráfico como este tiene que ver con observarlo como un objeto vivo.

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“En el tango se perdió la poca tradición que existía de interactuar con los colegas”, sostiene Varchausky.
Imagen: Bernardino Avila
 
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