espectaculos

Viernes, 5 de junio de 2009

MUSICA › ALFREDO “TAPE” RUBIN PRESENTA SU NUEVO DISCO

“Hacer tango es algo natural”

En su biografía se mezclan el rock, el folklore y el 2x4: “De pibe no hacía distinción entre gustos”, dice este milonguero que, mañana en el CAFF, mostrará las canciones de Lujo Total junto a Las Guitarras de Puente Alsina.

Rubín junto a Mariano Heler y Adrián Lacruz: otra manera de encarar el tango.

Alfredo Rubín está podrido de que le pregunten por “Tape”, su apodo. “Cada uno lo pregunta una vez, pero para mí son todos”, ironiza. Y entonces improvisa un llamativo múltiple choice, en el que todas las respuestas pueden ser correctas. O lo contrario: A) Un antepasado –tío– orillero y pendenciero de Uruguay: el Tape Olmedo. B): Un episodio confuso en la milonga Regina, donde termina borracho y rodeado por 54 milongueras que lo bautizan así; C) La aparición de un misterioso ser en 1984, que le pone igual; D) Su obsesión por el walkman desde chico. “Si es necesario, puedo improvisar cuatro o cinco más”, se ríe. Como fuere, cada posibilidad rumbea bien para descifrarlo: puede, por el abordaje lunfardo –aunque actual– de sus textos, que el pendenciero Olmedo haya existido y sea su tío; también, que las milongueras no hayan resistido ante el encanto de un tipo forrado en milongas; o que ese ser misterioso le haya aparecido en algunos de los tantos viajes que hizo por el país “a dedo y con mochila”; o que haya agotado la duración útil del walkman, escuchando a Deep Purple; Gardel, Angel Vargas, Julio Sosa (los ídolos de sus padres); Moris; The Who o Brahms. “De pibe no hacía distinción entre gustos”, tira.

De esa mezcla temprana y luego resignificada está hecho su cancionero: el de Reina Noche, disco debut con Las Guitarras de Puente Alsina (Mariano Heler + Adrián Lacruz) o el de Lujo Total, flamante trabajo que presentará mañana en el CAFF (Sánchez de Bustamante 764), con el mismo par violero. “Tengo tres vertientes: el rock, el folklore y el tango. Incluso, llevo miles de kilómetros recorridos por el país, con una mochila y una guitarra, tocando folklore por las provincias. Pero siempre sentí que tenía que volver a Buenos Aires: el tango es mío y, cuando me metí en él, parecía raro tocarlo. Eran fines de los ‘80 y era más normal juntar figuritas o tocar rockabilly que meterte en el género, pero descubrí que estaba en una ciudad mítica que nosotros, por vivir en ella, tomamos como una porquería. Buenos Aires es como una meca para mucha gente... todo cerraba, porque nací acá, soy recontraporteño. Hacer tango es algo natural”, dice. Tape en rec, entonces: Rubín es, como su devenir indica, un renovador del tango canción de los más lúcidos. Un tipo que escribe y toca en tiempo presente, sin esquivar el pasado. “Escribo así porque tengo adentro el Buenos Aires que camino ahora, y porque soy un profundo lector de las letras viejas. Muchas de mis historias están dentro del género, pero tienen señales del mundo de hoy”, redunda.

–“Calle”, el tema en que aborda un día denso de 1976, puede ser la más referencial en este sentido, un punto de inflexión que enlaza pasado y presente: facho, garca, clase media, mugre lengua, playa vuelos, pibes muertos, cura ciego, carne risa, tele sexo...

–Bueno, yo soy lector de En la Masmédula de Oliverio Girondo y eso me pegó, de ahí las sílabas sueltas, las fotos tiradas así. Además, hay que ver que cuando el tango se desenvolvía naturalmente, antes que se lo elimine de la vida de la ciudad, tomaba elementos de todas las culturas del mundo: los músicos estudiaban técnicas clásicas y después las aplicaban al tango; los poetas leían a Rubén Darío, Dostoievski o Víctor Hugo, y después lo aplicaban al tango. Escuchaban todo y lo procesaban en su máquina tanguera.

–Sintomática la tapa. ¿Qué le representa ese grafitti (Lujo Total) estampado en una tapera sin techo?

–Bueno. Estaba caminando por un pueblito de Catamarca y vi la pintada. Me cagué de risa y me pareció tan espectacular que dije ‘ésta es la tapa’. Me pasaron muchas cosas al mismo tiempo... me pareció tierno, decadente, poético, metafórico. No sé, el lujo total puede estar en cualquier parte... un lugar sin techo donde alguien puede ir con unos vinos, una mina o los amigos. Sin techo se ven las estrellas... no es necesario tener tarjeta de crédito para sentir que hay lujo en tu vida.

–Después lo transformó en el título en una de las milongas instrumentales.

–La hicimos con Lacruz. Yo tenía la primera parte de un motivo de milonga, pero no se me ocurría cómo continuar... entonces se la tiré a Adrián y le pegó un muy buen motivo. El clima, incluso, puede dar para pensar en un lujo total. Esto para el tema, para el disco pienso que Lujo total tiene una unidad. La idea es expandir, tratar de meter elementos que, procesados a través de la guitarra criolla, entran en una máquina que lo banca.

–¿El concepto del disco es similar al de Reina noche, o se desprende?

–Depende. Al dejar un poco la noche de Buenos Aires no me podría haber salido un disco como ese, que todo el tiempo está girando sobre milongas y cosas de la noche. Lujo total es más heterogéneo, más temático. En realidad, el único tema que podría tener que ver es “Milonguera de ley”... no lo terminé a tiempo. No sé, el hecho de no transitar las milongas como antes es una cuestión, porque el acento de mis canciones anteriores está puesto en la mística milonguera.

–Bien, pero ¿por qué “Tape”?

–(Risas) Yo qué sé... poné la del tío pendenciero.

Compartir: 

Twitter

 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.