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Viernes, 5 de julio de 2013

MUSICA › HORACIO BANEGAS Y EL LANZAMIENTO DE SU DOBLE CD Y DVD

“Compromiso con la chacarera”

Hace quince años que vive en Buenos Aires, pero su corazón está en Santiago. Tiene inconfundibles raíces en el folklore, pero acaba de llenar un reducto rockero como el Teatro de Flores. Y hoy entiende que el mejor camino es la labor independiente.

Quince años lleva Horacio Banegas viviendo fuera de Santiago del Estero. De esa provincia donde nació hace casi sesenta y empezó a diseñar las bases de su arte: primero junto a su hermano Coco, después como parte del grupo Los Tobas y, de allí en más, a caballo de un derrotero que lo llevó a congeniar con Alfredo Abalos, Sixto Palavecino, Jacinto Piedra, Elpidio Herrera o Juan Saavedra. Santiagueñidad al palo, para empezar. “Vivir en Buenos Aires no es ningún condicionante para mí. Sí, es cierto que como ser humano duermo, como y hago mis necesidades aquí, pero mi alma está en Santiago”, resuelve, rápido de reflejos, mientras pica trozos de queso y salame en su casa de Valentín Alsina. “Nunca le he cantado con añoranza a Santiago, porque no la añoro... mi pago está conmigo, y la gente también”, redondea.

El marco geográfico de residencia resulta apenas un detalle, entonces. No es barrera para que este guitarrista, compositor y cantante siga desarrollando un estilo. Que le siga imprimiendo a la chacarera un carácter experimental, cuidado e innovador, sin atentar contra su memoria. El terreno quedó férreamente marcado desde que en aquel maravilloso disco que fue Inmediaciones definió su identidad en pocas palabras (“Soy el presente, soy la memoria, soy el ayer, el que vuelve a renacer en el hoy”) e incorporó una estética acorde al mandato: formato eléctrico, vuelo, clímax, concepto, poesía, ondas quechuas y un amplio uso de recursos, sin que la chacarera esquive su impronta.

De ahí que El color de la chacarera, el CD y DVD doble que Banegas presentará hoy en el Teatro Sha (Sarmiento 2255) venga a marcar un paso más en la batalla. Registrado ante unas dos mil personas paradas y encendidas en el Teatro de Flores en septiembre del año pasado, y adobado con las presencias de Raly Barrionuevo, el Dúo Coplanacu, Mario Alvarez Quiroga, Orellana-Lucca y Jorge Rojas, el material de 150 minutos resulta una acabada síntesis de santiagueñidad musical vista con ojos de rebelde que, en el planeta Banegas, no significa más que el punto seguido de un futuro abierto. “Trato de testimoniar la manera subjetiva que tenemos nosotros de mirar la música hoy, porque consideramos que no pertenecemos a la generación del bombo y la guitarra, que es de la época de 40 años para atrás. Nos situamos en el hoy, con un sonido potente y eléctrico, porque la idea es marcar una referencia musical de nuestro tiempo... todo esto es experimentación, que es lo que siempre me ha seducido hacer”, define Banegas, en un plural que incluye a los músicos que giran en torno de su órbita: Walter Costas, en batería y bombo leguero; Cristian “Mono” Banegas en guitarras y bajo de seis cuerda, y Jana Banegas, en guitarras. “Sangre joven, sí”, se ríe.

El color de la chacarera, cuyo nombre repite el de un disco en estudio publicado en 2006, viene acompañado por un librito con 24 páginas poblado por fotos del recital y una lámina que reproduce los comentarios de sus seguidores en un muro de Facebook. “Lo hicimos así en homenaje a ellos porque la verdad es que pudimos llenar el teatro de Flores gracias a la publicidad por las redes sociales, etiqueta a etiqueta”, detalla, mientras con una mano alza una copa de vino tinto y con la otra señala el porqué del comentario que aparece primero en la lista. “Este es un muchacho fan de Nirvana y Pantera que nos sigue a todas partes y que pedía por favor tener un material tangible. Fue el primer mensaje que entró, pidiéndonos que grabáramos en este formato..., hay un público que necesita tener el disco en sus manos y la información para seguir mirando entre líneas, de la misma manera que miramos nosotros nuestra estética”, señala Banegas.

Otra arista que coincide con el carácter intrépido y libre que Banegas le imprime a su obra es, precisamente, la necesidad de una independencia editorial. El color de la chacarera es el primer material que el santiagueño publica bajo sello propio (Ciudad Desierta), cuyo logo –un tronco de árbol cortado al medio– representa la tala indiscriminada del quebracho en Santiago. “Siempre he tratado de manejarme como un artista independiente, pero venía produciendo, grabando y armando todo para distribuir a compañías discográficas, y caí en que los tiempos de ellas hoy son desastrosos. Ni siquiera te pueden ayudar a difundir el disco, por eso he decidido fundar mi sello y no esperar a que alguien haga algo por mis discos, porque las compañías siempre miran la parte comercial, y nosotros la artística. Es decir que todo ese sueño que tenía de ser un artista independiente lo estoy cumpliendo plenamente ahora.”

La obra total de Banegas hasta hoy está poblada por giros estéticos, coartadas sorpresivas y variables de riesgo, cuyas razones de ser interpelan a la chacarera. La enriquecen. Primero fue a través de El color de la chacarera –en estudio–, donde Banegas pasea por la idiosincrasia del santiagueño. Luego mediante el alucinante Inmediaciones, obra en la que el compositor investiga los desplazamientos rítmicos del género a través de la historia, un camino que continuará mediante dos discos a publicarse en breve: uno centrado en el tratamiento de la voz en el género y el otro en la palabra y los instrumentos. “Tratamos de repensar la santiagueñidad cada vez que encaramos un nuevo disco”, señala.

–¿Y dónde está el límite? ¿Existe?

–No. Esto es prueba y error. Seguimos investigando y seguimos comprometidos desde nuestra visión como músicos, porque esto no se trata de vender canciones ni discos, sino de marcar una referencia nuestra en este tiempo, y que sirva de guía a los que vienen, para arrancar con algo nuevo y bucear más allá. La chacarera merece que uno se comprometa y no que se anteponga como el personaje famoso, porque la idea es trabajar en favor de una música muy querida por la gente en todo el país.

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“Caí en que hoy los tiempos de las compañías discográficas son desastrosos”, dice Banegas.
 
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