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Sábado, 8 de julio de 2006

MUSICA › EL OPERATIVO RETORNO DE CALLEJEROS

Entre gallos y medianoche, un retorno con un final abrupto

Callejeros reapareció en un show de Jóvenes Pordioseros, cuyo manager fue golpeado por la seguridad de El Teatro de Flores. Hubo aplausos y abucheos.

 Por Cristian Vitale

El retorno de Callejeros a las arenas del rock post-Cromañón terminó como era de prever: en un escándalo que incluyó discusiones, trompadas y respuestas encontradas por parte del público y familiares de víctimas. El jueves por la noche, durante la presentación del disco Sangre, de Jóvenes Pordioseros, en El Teatro de Flores, el Pato Fontanet y su banda subieron a escena invitados por sus colegas. Alcanzaron a tocar dos canciones y provocaron un enfrentamiento boxístico de proporciones entre el encargado del local, Fernando Beneveña, y el manager de los Pordioseros, Christian Nicolini, que terminó en el hospital. “Por el momento, no vamos a hacer declaraciones”, dijo el herido a Página/12.

La gente de MTS Management –la empresa encargada de regentear El Teatro– también optó por el silencio. Este diario llamó a las oficinas, intentando obtener alguna declaración: “Todos los días a las 11 de la mañana están por acá; son las 17 y no han venido. Los celulares son personales y no estoy autorizada a darlos”, dijo, seca, la recepcionista. Ambos extremos del conflicto, entonces, amagaron “formalizar” posiciones a través de un comunicado prometido durante toda la tarde del viernes, pero que nunca llegó. Según trascendidos, la gente encargada del lugar no estaba enterada de que los JP iban a invitar a Callejeros a subir al escenario. Las sospechas comenzaron cuando alguien advirtió que los nombres de los integrantes del grupo de Villa Celina figuraban en la lista de invitados. En apariencia, Nicolini le había pedido autorización al organizador para concretar la idea, pero éste se negó y, al ver que Pordioseros desobedecía el arreglo, reaccionó primero insultando a Nicolini, luego cortando el sonido del show y al final embistiendo al manager sobre Rivadavia. La trifulca –no se sabe cuántos fueron los que agredieron al manager– terminó con Nicolini muy golpeado en el Hospital Piñero. Allí se le hicieron varias radiografías para determinar la gravedad de los hematomas y le dieron el alta, cerca de la madrugada.

Callejeros subió a escena casi al principio del recital –autodenominado por los Jóvenes como “un ensayo abierto”–, que concluyó mucho antes de lo previsto. Tocaron dos canciones (“Imposible” y “Prohibido”), después –con la atmósfera densa– subió Juanse, cantante de Ratones Paranoicos como invitado, hizo un par de canciones con Pordioseros hasta que Chori, el baterista, se enteró de que le estaban pegando a Nicolini en la calle. La noticia llegó a oídos de Toti, Pedi y Sikus –los demás integrantes del grupo–, que suspendieron el show a 65 minutos de haber comenzado y se dirigieron al lugar de los hechos. “Mucha gente silbó cuando vio al Pato Fontanet cantando”, contó a este diario Alberto, fan de Pordioseros. “Yo participé de esa sensación, fue algo inesperado y juro que cuando los vi se me cruzaron los muertos de Cromañón.” Paula, que también fue a ver a Pordioseros, admitió, en cambio, la emoción que le causó ver a Callejeros por primera vez luego de la tragedia del 30 de diciembre de 2004. “No sé cómo explicarlo, pero algo me hizo cosquillas en la panza cuando escuché ‘Prohibido’. No sé si estuvieron bien o mal, pero a mí me provocó una sensación de felicidad.”

En la tarde de ayer, las reacciones entre los familiares de las víctimas de Cromañón se dividieron de una manera ya conocida: hubo quienes condenaron abiertamente el regreso en secreto, y quienes exhibieron su apoyo. “Si quieren tocar, tienen todo el derecho: la Justicia no se los impide, más allá de lo que yo piense”, dijo Mercedes Blanco, madre de Lautaro, una de las 194 víctimas fatales. “Algunos de los chicos necesitan escucharlos, algunos dicen que quieren que termine aquel recital inconcluso, para darle un final a aquel hecho, para que ellos puedan sentir que siguen viviendo. Comprendo los sentimientos de los papás que están en contra, por eso es importante que ninguno de nosotros nos tomemos como enemigos por pensar distinto”, explicó Blanco. El abogado José Iglesias, uno de los padres más críticos tanto de la banda como de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad, consideró que Callejeros “demuestra con su aparición la inmoralidad con la que se han manejado siempre, incluso antes de Cromañón. Mi opinión, como la de un gran grupo de familiares, es un rechazo a la reaparición, y más aún de la manera en que lo hicieron, no avisando siquiera al dueño del predio e intentando utilizar a los chicos. Así se revela la índole inmoral del grupo, que en su momento lucró con la muerte de los chicos sacando un disco al triple de su valor”.

Callejeros, a su modo, también terció en las discusiones: un allegado a la banda no identificado se preocupó por aclarar a la agencia Télam que “es mentira que hayan abucheado al grupo”.

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Jóvenes Pordioseros, una invitación con escándalo.
 
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