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Sábado, 26 de julio de 2014

MUSICA › MAÑANA, UN MERECIDO TRIBUTO A JOSE IGNACIO RODRIGUEZ, EL “CHANGO”

Un homenaje para aquel “niño grande”

La Universidad Nacional de Córdoba, provincia adoptiva del folklorista, será escenario de un encuentro que repasará su vida y en el que participarán varios referentes de la música popular. “Dejó composiciones de una profundidad muy grande”, dice su hija.

 Por María Daniela Yaccar

Además de su propia creación, el Chango apadrinó y acompañó a varias agrupaciones folklóricas.

“En la orquesta que apunta la sierra, allá en la quebrada Las Rosas, nació una niña de cara morena, de una primavera borracha de sol.” La niña de cara morena, hija de Lidia Haydée Margarita Lay –más conocida como La Gringa– y del Chango Rodríguez, se llamó Claudia. Nació en 1973 y ahora se emociona al pensar en esa canción: “Papá me dejó una zamba hermosa”, le dice a Página/12 desde Córdoba. Se emociona aún más cuando habla del homenaje que se le hará a su padre mañana, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación y el Plan Igualdad Cultural, en la Universidad Nacional de Córdoba. “Papá es una figura gigante, emblemática, del folklore argentino. Dejó composiciones de una profundidad muy grande”, define su hija. A cien años del nacimiento del autor de esa célebre belleza llamada “Luna cautiva”, figuras de la música popular realizarán un concierto tributo. Participarán Peteco y Homero Carabajal, el dúo Coplanacu, el dúo Orozco-Barrientos, Horacio Fontova y los locales Pablo Lozano y Mery Murúa. La entrada será libre, y el show tendrá lugar en la Sala de las Américas de la UNC (ubicada en Valparaíso y Rogelio Martínez). “Es un homenaje muy merecido”, sostiene Claudia, artista plástica y esposa de un investigador y archivólogo que acaba de terminar un libro dedicado al Chango. “Me siento contenta, emocionada. Se lo merece por el gran cancionero que ha dejado para las nuevas generaciones”, dice.

Claudia tenía dos años cuando el cantautor murió en 1975. “El poco tiempo que estuve con él fue hermoso. Tuvimos una relación muy profunda. Mi madre, después, me inculcó ese amor: el amor que ya sentía por él se profundizó aún más”, expresa la mujer. “Mi papá le cantaba a su tierra. Era un cantor popular. En sus letras, su poesía y su música supo plasmar aquello que veía. Tuvo esa gran virtud: plasmar costumbres y paisajes. Además, era un gran visionario. Le puso bajo, batería y órgano al folklore, y muchos decían que eso no era folklore... quebró lo tradicional para volcar el género a la juventud. El decía que no se podía seguir con el pañuelito”, describe.

José Ignacio Rodríguez nació en La Rioja el 31 de julio de 1914 y era cordobés por adopción. Muchas de sus composiciones están dedicadas al barrio Alberdi; durante años vivió con su madre en la calle Chubut 34. Cuando escribió su primera canción tenía catorce años: “Vidala de la copla” que, según cuenta la leyenda, surgió de un sueño. Uno de sus aspectos característicos es que inventó ritmos, como el taquirari de fuego. En los ‘40 viajó a Bolivia y Perú, y esos paisajes nutrieron su música. “Mi inquietud se proyecta en la creación de una música popular bailable y de nuevos ritmos que atraigan a la juventud, tomando siempre como punto de partida a la más típica expresión argentina, el folklore”, dijo en una entrevista.

“Era un niño grande, con una gran sensibilidad”, sostiene Claudia. “Aquí en casa era alegre, hacía bromas. Era muy cariñoso con mi mamá, conmigo también. Me había enseñado a desatarle los cordones de los zapatos y sacárselos. Cuando terminaba de comer, hacía su siesta y yo lo seguía. El se sentaba en la cama y yo le desataba los cordones y le sacaba los zapatos. Y cuando iba al centro... ¡iba en pijama! Tenía esas cosas. Se sentaba afuera, yo estaba en el cochecito, y cuando se daba cuenta de que yo tenía sueño, leía y con el pie me hamacaba para que me durmiera.” Su hija cuenta que siempre llevaba a alguien a comer a la casa, y que no le avisaba a La Gringa, que tenía que agregar más comida a la olla.

Pablo Lozano, músico cordobés que participará del homenaje, no llegó a conocerlo, pero sí fue muy amigo de La Gringa, quien falleció en 2008. “Lo fundamental del Chango es que nació del pueblo y fue un autodidacta. Era alguien que tenía un instinto natural, una verdadera vocación. Un elegido que pudo desarrollar su talento de manera maravillosa. Fue uno de los grandes autores y dentro del folklore pintó una realidad urbana. Era un poeta y un investigador de ritmos”, define. En Córdoba muchos grupos nacieron bajo el ala del Chango, como Los 4 de Córdoba, Los de Alberdi o Los del Suquía. “No sólo les daba sus canciones, se involucraba, los aconsejaba, según los artistas me han contado.”

“Debe haber sido un hombre apasionado y temperamental. En un momento de su vida, eso le costó caro. Tuvo problemas muy serios, que tuvo que pagar siendo privado de su libertad”, continúa Lozano. Junto a otras 59 canciones, “Luna cautiva” nació en la cárcel de San Martín, donde el Chango estuvo preso cuatro años por homicidio, desde 1963 hasta 1967. El yerno del Chango, Fernando Sánchez, escribió un libro que incluye una investigación sobre el episodio, Chango Rodríguez. La historia que no se contó que será presentado el 31 de julio. “El libro termina con el mito. Hubo cuatro imputados por aquel hecho. Y el Chango fue condenado a doce años por homicidio simple. Onganía lo indultó, lo liberó porque emparentaba al folklore con el nacionalismo. Pero el Chango era peronista de Perón, a diferencia de La Gringa, que era radical”, explica Sánchez.

Mucho no quiere contar porque el libro aún no se publicó; pero allí están todos los detalles. Hubo una riña y pasó lo que pasó: el que murió era un amigo del Chango. “Fue por un chiste. Fue un accidente en medio de una pelea”, dice Sánchez, y agrega que el libro va más allá de ese hecho y bucea en otros temas, en cuatro capítulos: el segundo habla de su importancia como artista, del movimiento folklórico cordobés; el tercero, de cómo era el Chango como persona; y el cuarto se llama “Revisionismo del folklore renovador, modernista”. Allí, el autor ahonda en la competencia que siempre existió entre Rodríguez, Juan Falú y Atahualpa Yupanqui. El libro será presentado el jueves en el Paseo del Buen Pastor, a las 16.30.

Durante el concierto en la universidad, se proyectará material fotográfico y videos en pantalla gigante. El evento será transmitido en vivo por 360 TV y por www.igualdadcultural.gob.ar. El homenaje lo organizan la cartera encabezada por Teresa Parodi y el Plan Nacional Igualdad Cultural –iniciativa de Cultura y Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios–. Pero habrá otros homenajes. El miércoles a las 17, artistas locales tocarán en la casa del folklorista de Chubut 34, donde se ubicará una placa de reconocimiento. Participarán, entre otros, el Grupo Suyai, Los de Alberdi, Los de Córdoba, Penke Pereyra, Lucho “Petete” Avila (humorista), artistas y alumnos del Instituto Aborigen de Cultura de Córdoba. El jueves, día del natalicio, también habrá actividades. Por la mañana, y en sesión del Concejo Deliberante, el organismo le otorgará un Beneplácito, y a las 12.30 en el cementerio San Jerónimo se descubrirá una placa en su panteón. A la 21.30, en el Teatro del Libertador San Martín habrá otro concierto.

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