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Sábado, 30 de mayo de 2015

MUSICA › EL CORO CUMPA PRESENTARA HOY SU DISCO CARTAS DE ABRIL

Expresión popular y colectiva

La agrupación coral de la Universidad de las Madres se presentará en el Club Atlético Banco Nación, Vicente López. “Soy un convencido de que las canciones se resignifican y por eso se las puede reubicar en otros contextos”, dice su director, Javier Zentner.

 Por Cristian Vitale

“No puede ser que no tengamos un coro”, dijo María Gutman, una Madre. Y el coro se hizo. Con Inés Vázquez –secretaria académica de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo por junio de 2007– como médium, Javier Zentner transformó tal deseo en acto. Convocó gente. Seleccionó. Ensayó duro y parejo. Debutó dos años después en el Cervantes, con el espectáculo Madres... una vida, y luego llegó a Cartas de abril, el disco debut que el Coro Cumpa mostrará este sábado 30 de mayo, junto a Vicente Feliú y la cantautora argentina Paula Ferré, en el Club Atlético Banco Nación (Zufriátegui 1251, Vicente López). “El objeto es cantar algunas piezas de nuestro disco y, por supuesto, integrarnos a las propuestas de Feliú y Ferré”, explica el director, compositor, docente e intérprete, cuyo pasado lo vincula al Quinteto Clave, el Cuarteto Zupay y las agrupaciones corales La Maroma, Croma y Valovi. “El corpus del cancionero que tenemos para mostrar es parte del que se estuvo elaborando en América latina desde los años ’70 hasta hoy. Y que va a contramarcha de lo que sucede en general, porque la verdad es que no entiendo que una canción dure la temporada de lanzamiento y luego se olvide. Debe existir un sedimento histórico y cultural”, desarrolla Zentner, que también dirige el Grupo Vocal de los Pueblos.

Cartas de abril contempla, dicho está, el traspaso a coro de temas clave del cancionero popular, combinados con narraciones de Liliana Daunes. Textos relacionados con ocho abriles de entre los últimos cuarenta –uno cada cinco años– y piezas relacionadas con ellos: “Madre de Madres”, de Víctor Heredia, con las Pascuas de abril de 1987, por caso; “Canción de Alicia en el país”, de Charly García, con los “malos aires” de abril de 1997; o “Canción para un niño de la calle”, de Armando Tejada Gómez, con la crisis que pegaba duro en abril de 2002. “Soy un convencido de que las canciones se resignifican y por eso se las puede reubicar en otros contextos. Además, llevo cuarenta años con la música y jamás he sido prejuicioso con otras estéticas. Pertenezco a una generación que ha vinculado la música popular con los coros, y eso da este disco”, explica Zentner sobre el trabajo en que participan nueve sopranos y contraltos, siete tenores y bajos, y un trío instrumental formado por Leonardo Medero en teclado, Andrés Dulcet en bajo eléctrico y Camilo Zentner en batería.

“Considero al coro como un instrumento idóneo para interpretar casi todo tipo de música. Soy partidario de tomar riesgos estéticos”, refrenda el director y el link directo es, claro, la versión de “Canción de Alicia en el país”, que Seru Giran grabó en su forma original en Bicicleta, disco de 1980. “¿Cómo hacer para que ‘Alicia...’ se cante en un coro y no se desnaturalice? Bueno, hay material que se puede hacer a capella y hay material en el que vale la pena incorporar instrumentos, porque el coro se asienta en ellos y porque es necesario que se entienda cuál es el lenguaje en el que estamos hablando. Es el caso de ‘Alicia...’”, sentencia Zentner, que a menudo toma té con las Madres, da talleres de música coral en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza y milita en la Asociación de Directores de Coro de la República Argentina.

–Tal vez la estética del Cumpa contrapese con cierta “solemnidad” que el imaginario les atribuye a los coros...

–Sí, porque esa solemnidad es una proyección del imaginario. Pregunto: cuando la gente escucha la hinchada de Nueva Chicago, ¿ve algo solemne? No, ¿no? Entonces, ¿por qué no asumir ese canto común como la expresión popular de un coro? El coro no tiene que ser necesariamente solemne. Por eso incluimos una rapera en el Cumpa, una rapera que baila. Y, además, el coro es un instrumento. Es cierto que hay algunas músicas que si vos querés pasar a ese instrumento estás en riesgo de caer en el ridículo, pero tengo la suerte de que mis arreglos de músicas de Piazzolla hechas para coro se cantan muy gustosamente, por ejemplo, y los coros agradecen cantar Piazzolla, porque él no escribió para coro. Es que el coro no es solamente el de la iglesia o el que lleva el nombre de un ex presidente norteamericano.

–Tal vez grupos como Quilapayún o Huerque Mapu hayan contribuido, en décadas pasadas, a impregnar lo coral de ese halo solemne, también. O entre solemne y militante, mejor dicho.

–Y los grupos vocales estamos garpando todavía esa factura, porque en los años ’70 fue muy fuerte la presencia militante de los grupos vocales. En ese momento de efervescencia social y política en toda Latinoamérica, los grupos vocales eran los que decían que había que hacer la revolución y hay como un resabio del inconsciente cultural que lo sigue asociando así. Pero hoy la idea no es esa sino la de compartir y generar emoción, sin negar los aportes que vienen de aquellos grupos, claro.

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El coro que dirige Javier Zentner compartirá concierto con Vicente Feliú y Paula Ferré.
Imagen: Pablo Piovano
 
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