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Viernes, 22 de abril de 2016

MUSICA › EL FESTIVAL TANGO CONTEMPO SE REALIZARA ENTRE HOY Y EL DOMINGO EN CAFE VINILO

Postal de las nuevas estéticas del 2x4

La camada de tangueros que hizo sus primeras armas en la década del 90 y que hoy ofician como maestros y referentes para los más jóvenes es la que se mostrará en este encuentro. Entre otros, estarán Pablo Mainetti, César Angeleri, Sonia Possetti, Ramiro Gallo y Julio Pane.

 Por Andrés Valenzuela

Contempo busca facilitar ese trayecto a los nuevos escuchas y espectadores.
Imagen: Sandra Cartasso.

Quien quiera trazar un panorama exhaustivo del tango actual puede enloquecer ante la magnitud de la tarea. Hoy, el género recorre desde las leyendas que perviven desde la época de las grandes orquestas hasta los pequeñísimos grupos de jóvenes sub 30 que se incorporaron al lenguaje tanguero después de transitar por otros palos musicales. Pero entre una generación cuasi mítica y otra que recién asoma la nariz, hay toda una camada de extensísima trayectoria, que hizo sus primeras armas en la década del 90 y cuyos integrantes hoy ofician como maestros y referentes para los más jóvenes. Estos músicos protagonizan el 1º Festival Tango Contempo, que se realizará entre hoy y el domingo en el Café Vinilo (Gorriti 3780), cada jornada desde las 21. Por el escenario transitarán gente como Pablo Mainetti, César Angeleri, Sonia Possetti, Ramiro Gallo, Nicolás Ledesma, Damián Bolotín, Ignacio Varchausky con su orquesta El Arranque, y el enorme Julio Pane, quien abrirá el festival y oficiará de puente entre las distintas generaciones de músicos.

Tras la organización del festival está la gente de Tango Contempo, que renovó su alianza con Café Vinilo, donde supo hacer un extensísimo ciclo (alrededor de 150 fechas en tres años) dedicado al género. Contempo data de 2009 y se erigió como referente de la autogestión tanguera, que hoy es la marca de producción de prácticamente toda la escena. “Cuando empezamos, eran tantas las propuestas para canalizar que el ciclo se terminó haciendo todas las semanas”, recuerda Esteban Falabella, de Contempo. “Pero ese mismo proceso fue cambiando la escena de Buenos Aires: se empezó a ver más autogestión, más propuestas, y ya no tenía tanto sentido sostener el ciclo en sí mismo como sí ganar espacios para las estéticas nuevas del tango”, señala. “Ahora, la idea es generar momentos de encuentro que condensen una posible foto de lo que está pasando en la ciudad”, propone. Por eso, cada fecha agrupará a referentes del circuito, gente “con trayectoria de décadas y estética propia”.

Para los propios protagonistas, esta reaparición de Contempo en el circuito tanguero supone una gran noticia. “Estamos en un momento en que el tango no tiene una gran convocatoria de gente y eso condiciona un poco la actualidad, porque lleva a autogestionarse”, evalúa Mainetti, quien destaca la necesidad de generar espacios y convocatorias además de preocuparse por lo estrictamente musical. Esto, advierte, implica ciertas dificultades para proyectos más ambiciosos: “Si tengo la fantasía de armar una orquesta de catorce personas, voy a pensarlo varias veces”, apunta. Su propia generación vio cómo el mercado se transformaba. Ese mismo mercado, que ya no era el de la época de oro, cambió muchísimo de los 90 a esta parte. Mainetti destaca la menor cantidad de espacios para tocar, el cambio de relevancia del disco (o CD) y la aparición de grupos más chicos como medida para apuntalar la supervivencia de los distintos proyectos musicales. “No condiciona tanto la estética, pero sí desde dónde uno habla”, considera.

“Uno no estudia para productor, eso lo va aprendiendo con los años de trabajo”, cuenta su compañero Angeleri. “Uno estudia para tocar bien un instrumento, pero la época cambia y ahora, además de eso y tocar bien el género, tiene que aprender a moverse y trabajar”, reflexiona. El percibe el cambio de signo también en sus alumnos del conservatorio Manuel de Falla. La dupla, sin embargo, no plantea la cuestión en son de queja, sino como mero estado de situación. “Es la canción con la que nos tocó bailar”, puntualiza Mainetti. La clave del asunto, coinciden, es cómo llevar a la gente a la sala. “Una vez que el público se sienta ante el escenario, la música funciona”, asegura Falabella. “Pero como no sale de un productor o alguien del oficio, los músicos tenemos que dar forma al público nuevo para que conecte”, afirma.

Así, Contempo busca facilitar ese trayecto a los nuevos escuchas y espectadores. Y juntar músicos y orquestas de buen nivel resulta tan fundamental como conseguir un buen referente. “Fala y sus compañeros de Contempo construyeron una inercia en el público, que cierta gente vaya a lo que hacen porque ya saben que va a haber algo bueno”, evalúa Mainetti, y recuerda que en el extenso ciclo original sobre el que Contempo erigió su reputación muchas veces el espectador se acercaba aun sin saber quién tocaba, sólo para descubrir algún músico nuevo. “Si sos un grupo nada más, salir a pechearla solo es muy difícil, la cosa es juntándonos”, celebra Falabella. “Por eso, Contempo capaz permite a la gente tener un lugar de referencia y le resulta más fácil que tener que ir artista por artista para conocerlos”, reflexiona.

La ocasión también es buena para trazar un panorama estético sobre el sector. Mainetti se reconoce parte de una generación que disfrutó a Piazzolla, pero que no se vio “seducida directamente” por él. “A nosotros nos impactó, nos influyó más, una serie de indicadores que nos ponían en relación con los anteriores: Berlingieri, Garello, Pane, Balcarce, Pugliese, Troilo”, y sigue enumerando, y suma los coqueteos de algunos contemporáneos con el jazz y otras músicas. “Lo que veo en las nuevas generaciones es que viene con una formación instrumental fantástica y una teórico-práctica de la música; ahí veo un vínculo a un trabajo arqueológico que recupera capas todavía anteriores del tango y las planta en esta nueva realidad, un neo años 30, 40 y 50”, define. Para Falabella, la cuestión pasa por el conocimiento. “Si conocés un poco a los grandes maestros, vas a apreciar el tango contemporáneo, ahora si ese canal de información está cortado, te va a costar más entrarle. Ahora no es tan fácil, ya no está en la calle ni tan a flor de piel”. Será cuestión, entonces, de acercarse y escuchar.

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