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Miércoles, 1 de junio de 2016

MUSICA › TRAS LA CESIóN DE DERECHOS DE MUSIC HALL, AVANZAN ALGUNOS PROYECTOS DE REEDICIONES

“Recuperar el catálogo significa mucho”

Gustavo Santaolalla es uno de los músicos que celebrará el rescate realizado por el Inamu con el relanzamiento de obras largamente perdidas de Arco Iris. “Esto le hace un bien enorme a los músicos, ojalá lo aprovechen”, dice Billy Bond.

Luchado y hecho. Logrado. Luego de ir tanto hasta el fin, parte del fin llegó. Tras recuperar la totalidad del catálogo de Music Hall, el Instituto Nacional de la Música dio un paso más en la batalla al entregar licencias a unos cien de ellos, muchos de los cuales son trascendentales para la historia de la música popular argentina. ¿Qué significa esto? Que esas obras, a partir de ahora, podrán ser reeditadas por sus intérpretes principales, o por sus herederos, sin el dique infranqueable que implicaron las trabas judiciales tras el quiebre de la compañía, en 1993. “Recuperar el catálogo de Arco Iris de Music Hall es algo que, en un momento, llegué a pensar que nunca iba a ocurrir. Luego de muchos años y múltiples intentos en vano por diferentes vías había aceptado que toda esa obra, no solo la de Arco Iris si no también la de tantos artistas argentinos, quedaría quién sabe hasta cuando en esa especie de limbo inalcanzable en la que se encontraba”, introduce Gustavo Santaolalla, uno de los grandes beneficiados por el logro del Inamu, dado que podrá editar –de hecho lo hará– los mejores discos de la banda, mientras él estuvo: Sudamérica o el regreso a la aurora, Inti Raymi, Tiempo de resurrección, los dos volúmenes de Agitor Lucens V y el compilado Mañana campestre.

“Es realmente destacable la tarea que ha llevado a cabo el Inamu que finalmente, con la liberación de todo ese catálogo, ha permitido que nuestra música, nuestro trabajo de tantos años, llegue a su principal destinatario: el público. Es loable también que la propiedad de esos títulos esté en manos de los artistas, de los creadores de esas obras”, refrenda el músico y productor sobre las primeras licencias que alcanzaron también los primeros ocho discos de León Gieco; veinte obras de Eduardo Falú; los siete volúmenes de Pappo’s Blues, el primero de Seru Giran y La Grasa de las Capitales; todos los trabajos de Miguel Cantilo en la época de Pedro y Pablo y Punch –más algunos de su trayecto solista–, Nayla de David Lebón, y los dos del Dúo Fantasía, que representan apenas una partecita de los mil quinientos trabajos que recuperó el Instituto. O sea, todos los que estuvieron en un freezer judicial durante veintidós años y que, por tal razón, no podían ser recuperados y usufructuados por sus mismísimos creadores. “Luego de tantos años de haber sido privados de regalías y de no haber podido conectar con el público a través de nuestros trabajos, el hecho de darnos la propiedad de los masters a nosotros, los artistas, es una gran forma de restitución. Para Arco Iris, como dije, recuperar este catálogo significa mucho, dado que salvo nuestro primer álbum y algunos sencillos, el grueso de nuestra carrera discográfica estaba en Music Hall. Así, obras como Mañana Campestre o la ópera Sudamérica o el regreso a la aurora habían sido inalcanzables, excepto a través de alguna edición pirata de muy mala calidad”, sigue Santaolalla, que prevé editar los discos en vinilo, en CD y también en formato digital. “Esta recuperación significa para artistas y público volver a tener en las manos y en los oídos un fragmento muy importante de nuestra historia, un catálogo que captura en tiempo y espacio gran parte de nuestro patrimonio, de nuestra identidad cultural”, sostiene el músico ante Página/12.

Otro músico que se manifiesta a este diario es Billy Bond, que también tiene en mente reeditar en vinilo todos los discos recuperados de La Pesada, entre ellos los famosos cuatro volúmenes –incluida la operita Tontos, que en realidad es el Volumen 3–, y ya entabló conversaciones con Oscar López Ruiz, ex guitarrista de uno de los quintetos de Piazzolla y actual productor, para dar con el objetivo. “En mi caso, estoy muy agradecido al Inamu por su laburo y su conquista. Creo que de todas maneras esos derechos que recuperaron ya no me pertenecen, porque son una especie de patrimonio nacional. Ahora estamos trabajando para conseguir una mínima calidad en la reedición de esos discos, porque las matrices fueron extraviadas”, detalla Bond. “Considero que esto le hace un bien enorme a los músicos, pero estaría bueno que lo sepan aprovechar, porque difícilmente un músico lo sepa; en general, apenas saben administrar sus carreras, aunque haya obvias excepciones en algunos que aprendieron a hacerlo, como el Inamu, que hizo su parte con trabajo, sudor y lágrimas”, admitió, crítico como es habitual, el ex catalizador de La Pesada.

Por otra parte, el Inamu informó que no solo no va a percibir monto alguno sobre la explotación económica del material, sino que todo ingreso –ya sea de reediciones en formatos físicos o digitales, inclusiones en propagandas, en películas o en obras de otro tipo– lo cobrarán los músicos. El organismo solo se reserva el derecho de percibir los importes que se liquiden por Comunicación Pública en las sociedades de gestión colectiva que representan a los productores fonográficos. La recaudación será destinada al programa “Mi Primer Disco”, cuyo objeto, como su nombre indica, es fomentar la primera producción discográfica de distintos solistas o agrupaciones musicales argentinas. Además, el Instituto ya está recorriendo las rutas argentinas con el fin de encontrar herederos de las obras que ya tienen su licencia, y las que están por venir. Entre ellas, trabajos de Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Leopoldo Federico, Nito Mestre, y músicos emblemáticos del chamamé como Tránsito Cocomarola, Roberto Galarza e Isaco Abitbol.

“Estamos recibiendo llamados de diferentes músicos de todo el país que alguna vez grabaron para Music Hall, todos viendo la posibilidad de hacer reediciones. También estamos a punto de realizar las escuchas y traspasos de las cintas originales de grandes discos, entre los que se destacan los de Piazzolla, de Los Gatos Salvajes, y de grandes del chamamé, entre otros”, ratifica Rodrigo García Olmedo, director de Prensa y Comunicación del Instituto.

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Santaolalla y Bond son dos de los músicos que encaran reediciones, pero hay más proyectos.
 
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