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Viernes, 25 de enero de 2008

MUSICA › VICTOR HEREDIA, JORGE FANDERMOLE Y PEDRO AZNAR, JUNTOS EN COSQUIN

“Hay que ser auténticos”

Los cantautores, que se admiran mutuamente, prepararon para mañana un encuentro atípico. Cruzarán sus canciones en trío y en dúos, para luego centrarse en el repertorio yupanquiano.

 Por Karina Micheletto

Desde Cosquín

Cosquín avanza y va mostrando lo mejor y lo peor de sí. Mientras el balance final va empezando a tomar forma, la programación todavía guarda momentos que se esperan con expectativa. Algunos artistas proponen o aceptan preparar un espectáculo diferente para su actuación en Cosquín, una forma de honrar un escenario especial en más de un sentido. Es el caso de la presentación que prepara Víctor Heredia para mañana: decidió llamar para que participen junto con él a Jorge Fandermole y a Pedro Aznar, pero no como invitados circunstanciales, sino para mostrar un set en el que cruzarán sus canciones en dúos y en tríos. Una forma de acercar al universo festivalero música que encuentra su ámbito más natural en otros escenarios, en un gesto que se agradece.

“La idea es hacer una mezcla del repertorio, juntarnos a través de nuestras canciones. Estuvimos ensayando en Buenos Aires y estoy feliz con el resultado. Voy a cantar con músicos maravillosos, dos de los creadores más exquisitos de este país”, se entusiasma Heredia. “Vamos a incluir dos canciones de Jorge que para mí son increíbles: ‘Cuando’ y ‘Sueñero’. También la milonga ‘El gaucho’, con la que Pedro retoma a Borges. Y los tres juntos vamos a hacer ‘Razón de vivir’, ‘Ojos de cielo’, y luego nos centraremos en Atahualpa Yupanqui.”

El acento puesto en las canciones del autor de “El arriero”, en un homenaje en este año yupanquiano (el próximo 31 de enero se cumplen 100 años de su nacimiento), hará que se retomen un par de temas preparados para el disco Los hermanos, en el que Víctor Heredia convocó a músicos de orígenes diversos para musicalizar poemas yupanquianos. Así podrá escucharse “El adiós”, musicalizado por Heredia, y con música de Aznar “Romance de la luna tucumana”, que en el disco canta Mercedes Sosa.

No es la primera vez que estos tres cantautores se reúnen en un escenario: cuando Aznar presentó su trabajo sobre Jorge Luis Borges en el Colón, Heredia estuvo de invitado; cuando Heredia hizo su primer estadio Ferro, con Taki Ongoy, en 1985, fue invitado Fandermole, por ejemplo. Tampoco es la primera vez para ninguno en Cosquín: Heredia es una suerte de clásico de las últimas ediciones; Aznar vino primero como invitado de Suna Rocha y luego con su banda en 2004; Fandermole estuvo el año pasado y el anteaño, después de haber debutado en esta plaza como invitado de Peteco.

–¿Qué puntos de contacto habilitan un encuentro como este?

Víctor Heredia: –Ante todo, yo promoví el encuentro desde la admiración. Pedro y Jorge son dos músicos sustanciales, por su actualidad y por el aporte que han hecho al repertorio popular. Yo los siento como los músicos más importantes después de nuestra generación, lo de la Trova Rosarina, con Jorge a la cabeza, es excepcional, y Pedro, de Serú en adelante, y con toda su actividad como solista, ha demostrado largamente ser uno de los mejores músicos de este país. Así que cuando me preguntaron con quiénes me gustaría actuar en Cosquín, inmediatamente pensé en ellos, porque siento una profunda admiración por lo que hacen.

Jorge Fandermole: –Creo que lo que tenemos en común tiene que ver con la seriedad con que cada uno enfrenta lo que hace. Conozco desde hace años la gran dedicación de ambos al trabajo, y por otro lado, en lo personal, la enorme generosidad que ha tenido Víctor para conmigo. Admiro la forma en que ha hecho evolucionar su forma de expresión, logrando un lenguaje fuertemente implantado en la sensibilidad colectiva. Desde el momento en que me invitó a compartir esto, siento un enorme orgullo, es un honor y no dejo de agradecerlo. Además, dispuso un par de temas de cada uno para armar a dúo y trío, eso es compartir la música en los hechos concretos.

Pedro Aznar: –El principal punto de contacto entre nosotros tres es el foco puesto en la canción y en la composición. Los tres somos cultores de la canción como un medio de expresión, y los tres buscamos un lenguaje popular para expresarnos por ese medio. Y por suerte podemos compartir un escenario, algo para lo que no siempre están dadas las condiciones.

–¿Cuál es la experiencia personal que ha tenido cada uno con Cosquín?

V. H.: –Siempre es gratificante, como artista y también como público. En realidad, lo más interesante de Cosquín como hecho artístico no somos los que ya tenemos un lugar, sino la apertura que hace el festival hacia algunos grupos que recién empiezan. Eso es muy interesante, porque foguea a artistas que todavía no están acostumbrados a cantar en un escenario de tanta convocatoria. Y también ayuda a ver que no todo lo nuevo es original, que hay cosas nuevas muy viejas. Los chicos tienen que empezar a preocuparse por ser auténticos, por no repetir propuestas anteriores. Está mal que yo lo diga, pero algunos deberían preocuparse por utilizar ese escenario como lo utilizamos en alguna oportunidad los que hoy somos clásicos, para imponer un punto de vista nuevo, original.

J. F.: –Como muchos, yo tengo la sensación de que este escenario tiene una impronta festivalera fuertemente condicionada por los números del día. Pero a mí me ha tocado compartir noches muy propicias, porque en ambas las propuestas tenían una cierta coherencia, donde lo que yo podía llevar estaba dentro de un contexto lógico: estuve en la misma noche que Juan Falú, por ejemplo, el año pasado con el Dúo Salteño, en noches relativamente tranquilas.

P. A.: –Conmigo ocurrió algo similar. La experiencia fue buenísima, excelente, la gente me recibió con mucho cariño, fue un momento especial y feliz. Todos se quedaron sorprendidos por el recibimiento que tuve, y yo también. Para mí fue una alegría y un honor haber tocado en Cosquín, y ahora vuelve a serlo.

–¿Lo sienten como un escenario especial?

J. F.: –Para mí es un escenario especial por una cuestión sencilla: yo tengo una experiencia festivalera mínima, y aquí tengo la sensación de sentirme medio como un bicho raro. Probablemente por esta cuestión de que el clima festivalero tiene que ver con cierto fervor de palmas, que no se condice con mi propuesta. Digamos que no son los ambientes donde suelo estar más cómodo, prefiero los escenarios donde la gente indefectiblemente va a escuchar. Así que un festival siempre significa un reto, y más Cosquín, que es el que tiene más tradición. Yo siempre fui muy bien recibido, según me dijeron.

–¿Cómo según le dijeron?

J. F.: –Es que desde ahí arriba no se percibe mucho, al menos yo no puedo. Tiene que ver con esta cosa vertiginosa del modo en que uno entra y sale de ese escenario: entrás sin probar, con todo enchufado, terminás, giró el escenario y chau, no tenés tiempo para darte cuenta de nada. Bueno, así lo viví yo, supongo que algunos tendrán tiempo para sentirlo más. Como dije, no son los lugares donde suelo estar más cómodo. Pero me encanta estar ahí.

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Heredia, Aznar y Fandermole, una feliz coincidencia para la anteúltima luna coscoína.
Imagen: Leandro Teysseire
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