espectaculos

Miércoles, 31 de enero de 2007

LITERATURA › UN HOMENAJE A OSVALDO SORIANO EN CIPOLLETTI

Hasta las peras escucharon

 Por NICOLAS VISNEVETSKY
Desde Cipolletti

Caía la tarde en el patio de la casa de la calle Mengelle en la que Soriano vivió parte de su adolescencia, y un grupo de vecinos desplegaban sus reposeras, dispuestos a recordar a Osvaldo. La época en la que Soriano vivió en esta ciudad del Alto Valle es retratada en varios de sus textos como el “Far West”, un sitio donde, algunas décadas atrás, las calles de tierra y el silbido del viento se mezclaban con el trabajo de los galpones de empaque y los domingos de fútbol que ofrecía la liga Confluencia, en la cual Soriano fue partícipe. El patio de la casa donde enterró a su perro, la puerta desde donde su madre Eugenia lo llamaba y su Rosebud cualunque transmitían la sensación de estar sumergidos en algún relato de Soriano. En este recordatorio se recorrió parte de la vida de este hincha del Ciclón, sus esperanzas y sus sueños, su trabajo como periodista y su exilio. Gracias al archivo se lo escuchó varias veces desde los parlantes que los vecinos montaron, se lo vibró en su patio, en su salsa, con la palabra más viva que nunca.

Fue armonioso, una experiencia colectiva que no se olvidará. Cuando se instaló la noche se fueron acercando vecinos, contemporáneos de Soriano, que lo recuerdan con su moto, dando vueltas por la ciudad. Un solo detalle de la tarde sirve para recrear ese mundo-Soriano, con esa mezcla de magia y azar que fueron apareciendo a lo largo de sus años: mientras se desarrollaba la reunión, las peras del Rosebud se iban cayendo una tras otras ayudadas por la brisita patagónica, como quien quiere decir presente sin interrumpir el convite.

Compartir: 

Twitter

La casa de Soriano.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.