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Jueves, 3 de noviembre de 2016

CINE › COMIENZA LA DéCIMA EDICIóN DE LA MUESTRA DE DOCUMENTALISTAS DE ARGENTINA

En el momento de levantar las voces

Desde hoy y hasta el miércoles próximo en el Gaumont, el encuentro no solo exhibirá preestrenos de todo el país: los directores del DOCA se proponen llamar la atención sobre la avanzada neoliberal y su situación frente al Incaa.

No salieron de un repollo. Los documentalistas reunidos en DOCA se sienten parte “de una genealogía” que enlazan con cineastas militantes como Fernando Birri, Raymundo Gleyzer, Juan Sapire, Jorge Sanjines o Gerardo Vallejo, entre otros. Y lo demostrarán a partir de hoy y hasta el próximo miércoles en la décima muestra de la organización, que coincide también con la primera década de existencia del colectivo. Las funciones serán en el cine Gaumont Incaa Km 0 (Av. Rivadavia 1635) y tendrán una réplica a menor escala hacia fin de mes en Tigre (del 24 al 27 la Casa de las Culturas de ese partido bonaerense).

Si el lema de la primera muestra era “Una idea, una cámara”, el actual declara “Nuestro cine es un acto político”. Una forma de plantar bandera y resistir el embate neoliberal no sólo en la Argentina, sino también en el resto del continente. “Entendemos que en la región hay un resurgimiento de las políticas represivas en lo social y neoliberales en lo económico que son muy similares a las establecidas hace 40 años por las dictaduras en toda América latina”, señala a Página/12 Ximena González, vicepresidenta de Documentalistas de Argentina. “Si nos organizamos hace diez años fue a partir de entendernos a los documentalistas como sujetos políticos, y a partir de eso entender que teníamos derechos ganados sobre la producción y la exhibición de cine en nuestro país”, explica. Desde DOCA señalan que la mitad de la producción cinematográfica nacional corresponde a documentales.

Por eso, en la muestra de este año habrá preestrenos de cintas filmadas lejos de la urbe porteña: Santiago del Estero, Tucumán y Misiones también aparecen retratadas en los documentales de esta edición. En esa misma línea se encuadra uno de los debates que se darán la Muestra. El sábado invitaron a las secciones regionales de DOCA y a otras asociaciones de documentalistas para debatir la situación del rubro y reclamar atención por parte del Incaa. “Es necesaria la unidad del sector en este contexto donde frente a un nuevo plan de fomento del cine, del que no se conocen detalles, del que sólo se anunciaron lineamientos generales, donde todas las asociaciones de documentalistas presentaron proyectos y no fueron recibidos”, plantea González. El objetivo es que desde el Instituto abran las puertas para retomar el diálogo que desde DOCA aseguran cortado desde mayo, “a pesar de los reiterados pedidos”. El argumento desde DOCA y otros espacios de documentalistas es que “si los documentales somos el 50 por ciento del cine nacional, tenemos legitimidad para hablar de las condiciones en las cuales podemos producir y exhibir el cine”. La otra actividad especial de este año será la presentación del libro Un cine hacia el socialismo, del Grupo Revbelando Imágenes, un compilado de artículos que pasa revista a la producción del Grupo Cine de la Base, un colectivo de cineastas militantes vinculados al PRT–ERP durante la década del setenta.

La doble vuelta histórica –la vinculación con el pasado documentalista argentino y con las páginas oscuras de la política latinoamericana– explica también el foco puesto en la producción del resto del continente. Habrá películas de Ecuador (Alfaro Vive Carajo), Venezuela (Juntera), Brasil (Vozerío), Uruguay (Chau pelado) y Chile (Memorandum, un cortometraje). “Nos pensamos a diez años de nuestra primera muestra, pero también proponemos pensar esto a 40 años del Plan Cóndor y de un resurgimiento de esas políticas en la región, por eso no quisimos limitarnos a exhibir nuestras películas sino inscribir nuestra producción en un marco latinoamericano, con otras realidades con sus particularidades locales, pero que no están aisladas del contexto”, analiza la vicepresidenta del conjunto.

La muestra de este año tiene una única película por fuera del continente: Merci Patron! (¡Gracias patrón!), de Francois Ruffin. “Es un inusitado éxito en Francia”, cuenta González. “Tiene un tratamiento muy simpático e innovador para contar las luchas obreras”, destaca.

En cuanto a las películas argentinas, habrá algunos reestrenos y varios preestrenos. Por las pantallas del Gaumont circularán la versión extendida de Inacayal (de Myriam Angueira, sobre el cacique que resistió la Conquista del Desierto y terminó en el Museo de Ciencias Naturales), Carne propia (de Alberto Romero, sobre la producción agropecuaria, con la participación de Arnaldo André como “voz” del toro que oficia de conductor), Pegar la vuelta (de Nacho Garassino, sobre la cantante de blues María Luz Carballo), Sala Alberdi (de Micaela Tisminetzky, sobre la toma en el Centro Cultural General San Martín), Pañuelos para la historia (de Alejandro Haddad y Nicolás Valentini, sobre el encuentro entre la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y las Madres de la Paz, de la Turquía kurda), Cuba santa (de Alejandra Guzzo, sobre la yoruba, o “santería” cubana), Escuelavida (de Silvina Estévez, sobre un método de enseñanza alternativo en una escuela secundaria), la serie Todavía sangra (sobre la represión en los ingenios tucumanos), Ni un pibe menos (de Antonio Manco, sobre la experiencia comunitaria en Zavaleta tras el asesinato de Kevin Molina), Birrilata: una vuelta en tren (de Lorena Yenni, con un diálogo montado entre George Mélies y Fernando Birri), KM 674: voltear a Obregón (de Jorge Osvaldo Fenoglio, sobre la masacre a cinco cooperativistas en 1974), La noche que quedó grabada (de Mascaró Cine y Jorge Senno, sobre un recital de Jorge Senno), Soy tambor (de Mónica Simoncini, Cecilia Ruiz y Santiago Masip, sobre la comunidad afro en Argentina), El crazy Che (de Nicolás Iacouzzi y Pablo Chehebar, sobre un doble agente de la CIA y la inteligencia cubana), El futuro llegó (del Grupo de Cine Insurgente, sobre la historia de la ciudad Ingeniero White), y Murales: el principio de las cosas (de Francisco Matiozzi Molinas, sobre un grupo de ex presos políticos que pinta murales). Además, antes de cada película se proyectarán documentales, muchos de ellos aportados por alumnos de la Academia de Cine Leonardo Favio y otros por el Departamento de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba.

Para González, se trata de “una programación que pone en relación desde diferentes temáticas y tratamientos muy diversos, todo un panorama del documental nacional y latinoamericano”.

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Ni un pibe menos, de Antonio Manco, sobre la experiencia comunitaria en Zavaleta tras el asesinato de Kevin Molina.
 
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