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Viernes, 14 de octubre de 2005

CINE › DOS NUEVOS FILMS DE ROSA VON PRAUNHEIM EN EL DOCBSAS

Contra las buenas conciencias

En Hombres, héroes y nazis gays y Una vida en vano, el director alemán, la voz más potente del movimiento gay de Berlín, se mete en la compleja relación entre nazismo, fetichismo y cultura gay.

 Por Julián Gorodischer

Las criaturas del documental Hombres, héroes y nazis gays, del cineasta alemán Rosa von Praunheim, son “hombres que establecieron el mito de la masculinidad y el nacionalismo –definió el propio director–, que discriminaron a locas y mujeres y propagaron el antisemitismo”. Pero no son sólo eso: habitan una zona en la que el superhombre se arrepiente y se confiesa atrapado por el fetichismo del uniforme militar, dice que por las noches lame botas o se deja escupir, o se desliza por “toboganes de semen” en un parque de atracciones sólo para “calenturas” no convencionales. El de Von Praunheim es un territorio que ataca a todas las buenas conciencias por igual: la del bien pensante de izquierda que podría horrorizarse por el respeto con que el director expone la biografía del nazi gay... la del conservador de derecha que podrá asquearse del costado oscuro de sus “prohombres alemanes”.
Rosa von Praunheim es el gusano que escarba en la podredumbre de la manzana, desentrañando las vidas de arrepentidos salidos del régimen, de ex neonazis concientizados, de supermachos que se autodefinen como mariquitas, allí donde el sentido se construye de acuerdo a paradojas: nada es lo que parece donde la ley de previsibilidades sucumbe ante el diabético discapacitado que creyó fervientemente en la superioridad aria. El que los retrata es un demoledor de mitos: su documental militante no elige la estrategia de la confrontación, ni va al choque, ni se dedica a una investigación periodística de tipo clásico. Deja, simplemente, que ellos hablen, que exhiban sus contradicciones, como las del ex líder neonazi que se ríe ante el recuerdo de su pasado en las filas del movimiento o las del gordito que descubre que lo único que le queda de sus convicciones de derecha es el fetichismo de las botas, los trajes militares y el sexo dramatizado.
Rosa von Praunheim avanza y llega cada vez más lejos: Hombres... comienza haciendo foco en historias individuales de alemanes anónimos, de los tantos gays y bisexuales que pueblan los movimientos neonazis..., pero desolemniza la prédica del arrepentido con escenas que parecen salidas de un documental liviano sobre prácticas sexuales extrañas (del tipo Real Sex), acompañando a los fetichistas del pisotón con bota militar o los S/M que disfrutan reproduciendo la tortura del oficial ante el judío. Nunca baja línea: Von Praunheim se dedica a escuchar con una atención flotante, como un entrevistador borrado que deja la cámara fija y para la oreja, a conciencia de que dejará salir lo peor de ellos mismos. Y seguro de que en el conjunto de tantas confesiones, arrepentimientos, fisuras que se abren cuando el ex nazi cuenta su flirt homosexual o se reconoce atraído por sus pares rapados heterosexuales, se encuentra la estacada más brutal contra un régimen, una que hiere sus certezas por fuera de la polémica o el debate de ideas.
Hasta aquí, Hombres... elige el tono probado de la historia individual o del caso que atestigua y magnetiza por el dramatismo de su desarrollo y su final (apogeo y caída). Pero Von Praunheim decide ir cada vez más lejos y, de pronto, su relato vira hacia el rigor de la investigación archivística-documental: explora el pasado de los líderes nazis de la Segunda Guerra, desde el fusilado Ernst Rohm hasta el ideólogo nazi Albert Speer, incluyendo al propio Adolf Hitler (según la controvertida teoría del investigador Lothar Machtan) y a todos atribuye el mismo deseo por otros hombres, y endilga el origen de la simbología fetichista leather, involucrando –en un crescendo que se construye a modo de una genealogía de nazis gays– al líder austríaco Haider. El demoledor de mitos desconoce la mordaza moral: no calla ni siquiera a conciencia de que las buenas conciencias podrían acusarlo de estar vaciando la tragedia, de reconvertirla en el gran baúl de las sexualidades reprimidas o en el objeto de deseo de una impresionante cantidad de fetichistas actuales. Su mejor defensa: la conciencia explicitada de que no quedarán, bajo la mirada de Von Praunheim, zonas restringidas. Y de que, en el pastiche, se encuentran también su propia historia personal y la de sus ancestros, las miserabilidades de su propia comunidad sexual y de sus enemigos (la homofobia y bestialidad del régimen), compartiendo la escena con la figura del nazi gay que ahuyenta visiones maniqueístas o divisiones entre condenados y salvados en una toma de partido metodológica: de cómo implicarse en una historia que nunca se estructura como un mundito polarizado de ángeles y demonios.
El documental Hombres, héroes y nazis gays y el corto Una vida en vano se exhiben hoy y mañana a las 22 en la Sala Leopoldo Lugones. Más información en www.docb sas.com.ar

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La fascinación por las botas y los uniformes está en el centro del film de Von Praunheim.
 
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