espectaculos

Viernes, 16 de noviembre de 2012

TELEVISION › GERMAN PAOLOSKI CONDUCIRA OPERACION TRIUNFO - LA BANDA

“Van a verme hasta en la sopa”

Arrancó como periodista deportivo, pero de a poco se convirtió en un conductor multifunción y con estilo descontracturado, capaz de ponerse al frente de un magazine como Pura química o del noticiero Diario de medianoche. Ahora estará en el prime time de Telefe.

 Por Emanuel Respighi

Sin hacer mucho bullicio, Germán Paoloski terminó por consolidarse entre los conductores de televisión. A fuerza de un carisma a prueba de formatos y cierta autenticidad barrial (dos característica siempre afines a la TV abierta), es hoy una de las figuras que mayor cantidad de horas diarias pasa en el aire de la pantalla chica local, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. De lunes a viernes, el periodista deportivo conduce dos horas diarias de Pura química, el magazine de ESPN (de 18 a 20), y cuando cambia el día se pone al frente de Diario de medianoche, el noticiero-magazine de cierre de Telefe. Ese estilo descontracturado y simpático, apto para conducir un magazine deportivo y un noticiero sin impostar absolutamente nada, llevó a que las autoridades de Telefe pensaran en Paoloski para catapultarlo definitivamente en su rol de “animador”: desde hoy a las 22.30, será el anfitrión de Operación Triunfo - La banda, el reality musical que ya va por su quinta temporada. Y así el conductor seguirá sumando más horas al aire.

Aunque surgió en los medios como periodista deportivo, Paoloski carga sobre sus hombros con una larga carrera como productor, editor y conductor de diferentes formatos, desde entrevistas y musicales hasta ciclos de noticias y deportes. Incluso, este año hizo alguna participación actoral en Graduados y Dulce amor. Hubo una formación y un aprendizaje que, dice, hoy le permiten asumir el rol de conductor de un formato “grande” del prime time del canal líder de audiencia. “En estos años fui aprendiendo al aire y hoy me siento capacitado para asumir el rol de conductor de un show de primer nivel como Operación Triunfo, en vivo y con público. Los que trabajamos en el medio sabemos que hay momentos y formatos en los que uno se expone más. Soy consciente de que van a verme hasta en la sopa”, reconoce el conductor.

En esta nueva edición del reality show, OT tiene como novedad que buscará formar una banda musical formada íntegramente por chicas de entre 17 y 25 años. Esa va a ser, señala, la principal diferencia de OT respecto de otros realities musicales que hoy inundan la TV local e internacional. “Le han puesto todo –explica en la entrevista con Página/12– para que al programa le vaya bien. Es un ciclo para toda la familia, sin golpes bajos y sin apelar a una falsa emotividad. La idea es disfrutarlo y hacer que sea disfrutable. Vamos a tratar de hacer realidad los sueños de un grupo de chicas, con alegría y con momentos emotivos que puedan surgir, pero sin forzarlos. La emotividad forzada no va a ser una búsqueda.”

–Usted tiene un estilo muy particular, que incluso impuso en Diario de medianoche. ¿Por qué cree que la TV acude con más asiduidad a periodistas deportivos para conducir noticieros?

–No es de ahora. Neustadt, Ibarra, Nelson Castro, Tinelli, Leuco, Fabbri... Hay un montón de periodistas que arrancaron en el deporte y que luego hicieron carrera en otros rubros. Y también sucede ahora. El periodista deportivo tiene una capacidad de adaptación que otros no tienen. Estamos acostumbrados a entrevistar a deportistas, hablar de policiales por el tema de las barras, tener que lidiar al aire con mucha gente y laburar muchas horas en vivo. Eso te da mucha gimnasia y te va preparando. El periodista deportivo tiene muchas horas en vivo de vuelo.

–No deja de resultar paradójico que un género considerado menor como el periodismo deportivo sea un lugar al que la TV acude para encontrar conductores de noticieros, representando a la línea editorial de un canal.

–Es un error menospreciar el laburo de otra persona por sus orígenes. Uno tiene que respetar y valorar a la gente por su trabajo, más allá de dónde proviene. No existen las tareas menores, aunque sé que a la deportiva así se la considera dentro del periodismo. Uno es periodista, antes que nada. Hoy uno puede trabajar en espectáculos, mañana en deportes y pasado en política. El tema es estar preparado para asumir cada compromiso. A los periodistas nos gusta comunicarle a la gente los hechos que ocurren, y eso no tiene rubro. La conducción es otra cosa: no todos los periodistas están en condiciones de hacerla. Para conducir hay algo natural que tenés que tener. La conducción me gustó siempre. De hecho, cuando me ofrecieron conducir Diario de medianoche, la primera vez dije que no. Recién al año siguiente acepté la propuesta.

–¿Por qué primero se negó?

–Porque tengo unas características que, en su momento, pensé que no encajaban dentro del noticiero. Sentía que no estaba preparado y que no me interesaba ocupar ese rol. Hasta que al año siguiente Paco Mármol (Gerente de noticias de Telefe) me dijo que no tenía que convertirme en algo que no era. “Vas a transformar el noticiero en algo que hoy no es”, me dijo. Recién cuando me dio esa confianza, acepté la propuesta. La TV tiene que ir aggiornándose a los tiempos actuales, incluso los noticieros. Y la medianoche es buen lugar para ensayar ese cambio. No hubiese podido hacer Diario de medianoche en la edición central.

–¿Y hasta qué punto esa transformación del noticiero entra en tensión con la lógica periodística-informativa?

–Descontracturar los noticieros no necesariamente entra en tensión con el aspecto informativo. Lo que trato de hacer es, además de informar, entretener. Le agrego cosas; no le quito nada. Sobre los temas que decidimos informar no hago chistes, no opino ni hago editoriales. Lo que hacemos es informar al televidente de las noticias más importantes del día, pero de manera amena, como una forma de que no se duerma con un nudo en la garganta. Por eso, el noticiero comienza con la información más pesada y va decantando con contenidos más light, con el deporte como bisagra. Tiene una primera parte más “informativa” y una segunda donde puedo jugar más. En la noticia seria no meto ni una sonrisa. No sé si mi estilo es mejor o peor, a mí me nace hacerlo así. No soy Santo Biasatti ni sé hacer de él. Empecé a ver que otros noticieros buscaron asemejarse a Diario de medianoche. Y es un error, porque hay presentadores que no son graciosos ni tienen por qué serlo. No hay que tirar chistes porque está de onda hacerlo en la TV. Yo no me la doy de presentador de noticias serio y adusto. Mi estilo es presentar un noticiero diferente, pero con rigurosidad periodística y respeto por el otro. No hay que forzar las cosas. Cada uno tiene que buscar su estilo.

–¿Le costó encontrar el equilibro como conductor?

–Aprendí que no podíamos pasar a lo más relajado y después volver a lo más serio, porque ahí sería poco creíble y hasta faltaría el respeto. Mientras uno encuentra el equilibrio, se va mandando sus patinadas. No es fácil encontrar ese equilibrio. Yo tengo libertad, pero acotada a lo que me marca la información. No voy a decir que alguna vez no me pasé de la raya. Ese es el riesgo. No soy tonto y me di cuenta cuando lo hice.

Compartir: 

Twitter

“La emotividad forzada no va a ser una búsqueda”, adelanta Paoloski sobre Operación Triunfo.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.