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Viernes, 28 de junio de 2013

TELEVISION › EL DEBUT DE FARSANTES, LA NUEVA FICCION DE EL TRECE

Comienzo más que prometedor

Con un elenco excepcional, buenos diálogos y el interés que produce la temática relacionada con la Justicia, la tira estrenada el miércoles ofreció un combo irresistible. Así lo entendió el público, que acompañó para totalizar 20,6 puntos de rating.

 Por Emanuel Respighi

Farsantes tiene una factura y un cuidado más propio de los tiempos del género unitario que de la tira diaria.

“Tengo un amigo que es abogado, que me dice que puedo ir preso por todo esto”, le comenta el cliente, preocupado, a Guillermo Graziani (Julio Chávez), su abogado. “Obvio, ¿pero para qué estoy yo? ¿Cree que estudié abogacía para usar corbata? Estudié para que usted esté libre”, le retruca el dueño del estudio al hombre que adulteró la firma de 23 cheques e incendió un galpón con diez litros de telueno, el mismo químico que se encontró en su casa. “Eso no se puede cambiar. Pero no se preocupe; son todos títulos. Lo que se puede cambiar son las circunstancias de por qué hizo lo que hizo”, lo tranquiliza el letrado de moral ambigua. Y le transmite la estrategia de la defensa. “En el hipotético caso de que a usted lo citen a declarar, cosa que no va a pasar porque me voy a ocupar de que eso no suceda, va a tener que mentir. Vamos a inventar una historia hoy, acá, y usted se la va a tener que aprender. Y a partir de ahora ésa es la verdad, ¿me entendió? Anote: usted usó cinco litros de nafta súper y tiene apraxia, que es una crisis motora parcial. Y estamos contentos, porque es mucho mejor estar enfermo que estar preso, ¿no?” Esa es una de las varias jugosas escenas que entregó el primer capítulo de Farsantes, la tira diaria que El Trece estrenó anteanoche (lunes a jueves a las 22.45).

En el debut de la flamante ficción producida por Pol-ka, Farsantes satisfizo todas las expectativas que su lanzamiento había generado. Amparándose en un elenco protagónico sobresaliente, conformado por Chávez, Benjamín Vicuña, Griselda Siciliani, Facundo Arana, Alfredo Casero y Leonor Manso, la ficción tuvo un estreno en el que pudo mostrar el talento de cada uno de sus componentes técnicos y artísticos. El comienzo de la historia de este grupo de abogados de personalidades disímiles alcanzó un nivel superlativo para una tira diaria, gracias a los ingeniosos diálogos escritos por Mario Segade, Carolina Aguirre y Jorge Maestro, más la siempre inquieta mirada de Daniel Barone en la dirección. Ese combo le imprimió a Farsantes una factura y un cuidado más propios de los tiempos del género unitario que de la tira diaria.

Más cercana a la picardía de Nueve reinas (2000), el film de Fabián Bielinsky protagonizado por Ricardo Darín y Gastón Pauls, que a la precisión de serie estadounidense de Los simuladores, la historia de Farsantes dialoga –involuntariamente– con la actualidad judicial en pleno debate mediático. Claro que lo hace sin pretensión alguna, ni siquiera desde un abordaje sobre la institución judicial, sino más bien partiendo de la premisa de que se trata de un sistema que se vuelve inevitablemente “fallado”, a partir de que no son otros que los mismos hombres (y sus múltiples éticas) quienes deben impartirla, ejercitarla y defenderla. Desde esta concepción, el programa construyó un capítulo estreno redondo, prometedor, plagado de picardía y complicidad con los televidentes.

La trama de Farsantes, si bien tiene múltiples aristas que fueron bien resueltas en el debut, está centrada en Guillermo Graziani (Chávez), un reconocido abogado que, tras una inhabilitación que lo mantuvo alejado de la profesión durante un tiempo, retorna a las leyes abriendo un estudio. A él se suman en el bufete Alberto (Arana), un ex preso del que sólo se sabe que Guillermo lo sacó de la cárcel, convirtiéndolo en su hombre de confianza, y con un pasado que amenaza su presente. Entre ellos también está Gabriela (Siciliani), una abogada recientemente recibida que carga sobre sus espaldas con la ingenuidad de quien da sus primeros pasos en la profesión, una madre (Manso) entrometida a la que le cuesta sacarse de encima y un novio no muy hábil para los negocios. El quinteto se completa con Marcos (Casero), un profesional de moral discutible y muy irónico, y Pedro (Vicuña), joven y ético penalista por el que Guillermo ya mostró intenciones de salir del closet.

A partir de las diferencias, profesionales y humanas, del quinteto, Farsantes parece tener material de sobra para encontrar atracción dramática durante los por lo menos 120 episodios que propone una tira diaria. La diversidad de casos judiciales, de todo tipo, que tendrán que resolver a lo largo de la trama parece –a priori– constituirse como el elemento diferencial mediante el cual la historia no se limite únicamente a los vínculos entre los personajes, pudiendo garantizar la atracción de los televidentes. En el debut, el capítulo presentación mantuvo el interés de la audiencia: el estreno promedió 20,6 puntos de rating, convirtiéndose en el programa más visto del día.

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