Como todo tejido orgánico, incluidos los que conforman el Sistema Nervioso Central, sobreviven por los nutrientes adquiridos con la ingesta de alimentos, Manuel y Víctor cuentan cómo es su dieta. En sus primeros años no hubo papilla, sino soberanos asados: “Nos formamos con Abuelo, Virus, Sumo, Manal, Invisible, Pappo, Pescado Rabioso, Charly”, enumera Manuel, que si algo hace bien en sus canciones es otorgarles ritmo a las enumeraciones, virtud que comparte con Calamaro tanto como con Serrano. Los tres tienen en común la facilidad para la descripción cotidiana.

Entre los platos más novedosos, degustan agradecidos a “Pez, Coqui y los Killer Burritos, Ella es Tan Cargosa y Paquidermos, unos amigos que mezclan New York Dolls con The Who y El Clú del Clan”, recomienda Manuel. Y Víctor señala que su postre preferido es Crema de Cielo.

Cinéfilo declarado, en sus días tranquilos el vocalista se ha deglutido completas las filmografías de Coppola, Visconti y Antonioni. En alguna tarde reciente reconoció la influencia de Almodóvar y Thelma & Louise en De quién es el portaligas, en la que a Fito “le permitieron poco margen” y con la que “los críticos fueron bastante crueles”.