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Miércoles, 7 de abril de 2010

MUSICA

Un baterista sensible

Christina Rosenvinge tiene dos bandas: una en Madrid y otra en Nueva York. “Aunque, en realidad, somos todos como una comunidad de músicos”, asegura. “Mi casa es grande, con muchos cuartos, entonces nos juntamos y grabamos en distintas formaciones. A la Argentina viene Steve Shelley porque en cuanto se enteró de que estaba la posibilidad, se apuntó. Me gusta muchísimo tocar con él porque, al contrario de lo que pasa con muchos baterías, es muy permeable a lo que está haciendo el cantante. Tenemos muy buena comunicación: cada vez que él nota que quiero ir hacia algún lugar, él ya está acompañándome. La mayoría de los baterías son autistas (risas), pero él es increíblemente sensible. Tiene una visión de la canción por encima de los músicos, que al fin y al cabo es lo que importa.” El batero de Sonic Youth ensayó durante una semana junto a Jeremy Wilms el repertorio de la gira. Eso, a la mañana, porque las tardes estuvieron dedicadas a que la cantante les pasara el material para el próximo álbum. “Es un momento muy divertido porque ellos empiezan a hacer lo suyo, a buscar ideas, a darle la vuelta, y tocamos de cien mil maneras distintas hasta quedarnos con la buena”, cierra la dama.

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