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Jueves, 6 de mayo de 2010

Textual

Padres. “Mi padre era el jefe de la escolta de motos de Franco, y el de Joaquín era policía y poeta aficionado. Hacía poemas para bodas, bautizos; Joaquín tiene en su casa las obras completas, encuadernadas, hasta con un prólogo. Son estupendas. ‘Tengo un canario, señores,/ que sí, que tengo un canario/ y en su género, yo pienso/ que es un ser extraordinario’. Esa es una de ellas (se ríe). Eso de ‘género’ es un hallazgo de primer nivel. Ahora se ha quitado la costumbre, pero antiguamente, muchas noches, las juergas acababan en la casa de Joaquín así, leyendo los poemas del padre poli.”

Garzón. “En realidad hay un poco de mentira en la situación de Garzón: no sé cómo se ve esto aquí, pero en clave de política interna, lo que le están haciendo no es por lo de la memoria histórica, porque a quién puede molestarle que alguien desentierre a su abuelo de una cuneta. En realidad quieren que Garzón no siga con sus investigaciones por las escuchas de la trama Gürtel, la corrupción del Partido Popular. Lo de la memoria histórica es una tapadera de la ruindad de los nuevos tiempos y les ha venido como dios para quitárselo del medio por ese lado, para desplazarlo de la Audiencia Nacional.”

Iglesia y silencio. “Estoy escribiendo ahora una novela que va en contra de la idea de que la transición española, famosa, que tanto exportó Felipe González a América, fue perfecta e hizo justicia absoluta. En cuanto tú quieres cuestionar algunos de sus aspectos, señalar que ha habido muchas personas que sufrieron los horrores del franquismo y sin embargo no han sido rehabilitados, te dicen que estás vulnerando el espíritu de la democracia española, o que eres guerracivilista, esas estupideces. Lo que no se puede hacer es la historia de este país a base de silencios, de instituciones o personas intocables. En España, por ejemplo, la Iglesia y el Estado hicieron muy de prisa unos pactos preconstitucionales, y eso importa mucho en los casos de niños robados: como los archivos de la Iglesia fueron declarados ‘inviolables’, se oculta cómo a muchos les alteraron las partidas de nacimiento para cambiarles el nombre y poder inscribirlos. Imagínate: ningún juez en España puede recurrir a esa documentación. Hay que cambiar cosas en la democracia española.”

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