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Jueves, 29 de marzo de 2012

CINE › DAVID CRONENBERG HABLA DE UN MéTODO PELIGROSO, SOBRE LA RELACIóN ENTRE JUNG Y FREUD

“El personaje de Sabina fue todo un descubrimiento”

El director de Una historia violenta pone el acento no sólo en las diferencias entre los padres del psicoanálisis, sino también en Sabina Spielrein, paciente y amante de Jung, que se recibiría más tarde de médica clínica y de psicoanalista.

 Por Benjamin Burrows

“Como Freud y Jung se llevaban bien con las palabras, mantuvieron una correspondencia enorme, hecha de cartas larguísimas”, dice David Cronenberg. “En esas cartas describían todo con lujo de detalles: los síntomas de cada paciente, sus sueños, los métodos terapéuticos utilizados en cada caso, pero también hasta el más mínimo detalle vestimentario o de mobiliario. Ese epistolario fue fundamental para nosotros, no sólo en la escritura del guión, sino también en cada uno de los rubros técnicos.” Presentada en la última edición del Festival de Venecia, Un método peligroso representa la tercera colaboración entre el realizador de La mosca y Viggo Mortensen, después de Una historia violenta y Promesas del este. Es también la tercera ocasión en que Cronenberg se asocia con el productor británico Jeremy Thomas. El legendario productor de Furyo y El último emperador había estado detrás de Almuerzo desnudo y Crash, y ahora vuelve a respaldar a un cineasta que, tal como hace saber en esta entrevista, parecería contar con un apoyo cada vez más limitado por parte de las grandes compañías estadounidenses.

Basada en una obra teatral de Christopher Hampton (Relaciones peligrosas, Carrington), Un método peligroso hace pie en la complicada relación entre Sigmund Freud (Mortensen, tras descartarse para el papel a Christoph Waltz, el temible nazi de Bastardos sin gloria) y Carl Jung (el cada vez más requerido Michael Fassbender, conocido también gracias al film de Tarantino), así como la de Jung con una de sus pacientes más famosas. Se trata de Sabina Spielrein, que además de ser una histérica de porte se recibiría más tarde de médica clínica y de... psicoanalista. Aunque Hampton escribió el papel con Julia Roberts en la cabeza, Keira Knightley es quien finalmente interpreta a Sabina. En la entrevista que sigue, Cronenberg cuenta qué fue lo que le interesó de la obra de Hampton, qué clase de cambios produjo sobre el guión original, qué relación encuentra (o no) con el resto de su obra, por qué se le hace cada vez más difícil venderle un proyecto a Hollywood y qué nuevos films tiene en este momento entre manos... además de recordar que el primer corto que filmó en su vida trataba el mismo tema que Un método peligroso.

–Un método peligroso se basa en una obra teatral escrita por Christopher Hampton...

–Antes que una obra teatral, Un método peligroso fue un guión de cine, lo cual es bastante infrecuente. Se llamaba Sabina, estaba centrado en el personaje de Sabina Spielrein y Hampton lo escribió especialmente para Julia Roberts. El guión estaba en poder de la Fox. Le estoy hablando de mediados de los años ’90. Recién después Hampton pidió autorización a la compañía para convertirla en obra de teatro. El título de la obra es The Talking Cure.

–¿En qué medida el guión de la película respeta el original?

–El guión es una fusión de varias fuentes. Básicamente, el guión original de Hampton, la obra de teatro y un libro de no ficción escrito por John Kerr, A Most Dangerous Method, del cual la película toma el nombre. Además de todo eso recurrimos, por supuesto, a variadas fuentes de documentación. Incluyendo el epistolario de Freud y Jung, que es sumamente vasto y detallado, y hasta entrevistas filmadas. Al menos en el caso de Jung, que murió a comienzos de los ’60 y siendo ya tan famoso como ahora (o tal vez más, porque después empezó a ser cuestionado por los freudianos más ortodoxos). Por lo cual, si usted entra en YouTube y escribe “Carl Jung”, va a encontrar allí cantidad de entrevistas que se le hicieron.

–¿Qué lo llevó a cambiar el título de la obra?

–The Talking Cure (La cura por la palabra) me sonaba bien para una obra de teatro, pero no tanto para una película. Puede haber espectadores que cuando oigan “palabra” les suene a algo aburrido, así como “cura” remite a enfermedad.

–Pero la enfermedad es uno de los temas centrales de muchas de sus películas.

–Una cosa es el tema y otra, el título.

–¿La idea de filmar el guión de Hampton surgió de usted o se trató de un ofrecimiento?

–Surgió de mí. Lo llamé a Christopher, a quien conozco de hace tiempo, y le manifesté mi interés. A él también le interesó, pero no terminaba de darme el OK. Mi suposición es que a él mismo le interesaba filmarla, por lo cual cerrar el trato llevó algunos años.

–¿Qué fue lo que le interesó de esta historia?

–La obra de teatro (que nunca vi, pero la leí) me parecía muy concisa y con personajes apasionantes. Nunca había oído hablar de Sabina, así que para mí su personaje resultó todo un descubrimiento. Pero la idea de filmar algo relacionado con Freud y los comienzos del psicoanálisis la tengo desde siempre.

–Tengo entendido que al comienzo de su carrera usted filmó un corto sobre el tema. ¿Es verdad?

–Sí, aunque ni yo mismo lo recordaba. Es lo primero que filmé en mi vida, un corto de siete minutos llamado Transfer, que hice en 1966. Era sobre un psiquiatra y su paciente, tal como aquí Jung y Sabina son dos de los protagonistas de la historia.

–¿Qué edad tenía usted en 1966?

–Veintitrés años.

–¿Filmó muchos cortos en esa época?

–Un montón. No recuerdo exactamente, pero habrá sido cerca de una decena. Algunos en súper 8, otros para la televisión.

–Y su primer largo fue...

–Stereo, de 1969. Después hice otra película llamada Crimes of the Future, algunos telefilms y series de TV, y más tarde Shivers (Parásitos mortales), que es mi primera película “conocida”.

–Shivers es de mediados de los ’70, ¿no?

–Sí, 1975, creo. Disculpe que no lo recuerde con exactitud, pero soy muy malo con las fechas.

–El tema de la sexualidad también es de larga data en su obra.

–Sin embargo, cuando me planteo una película no pienso qué relación puede tener con mis películas previas. Es como si nunca las hubiera filmado, empiezo siempre desde cero. Igual, le aclaro que no es sólo la cuestión de la sexualidad lo que me interesa en Freud, sino el modo en que él recordó, en tiempos en que Europa creía haber alcanzado el top de la civilización, que los más bajos instintos están ahí nomás, debajo de la piel más civilizada. Incluyendo la violencia, el salvajismo, lo que él llamaba “lo tribal”. El estallido de la Primera Guerra Mundial no tardó en darle la razón.

–Hablando de sexualidad, la relación que muestra la película, entre Jung y su paciente, despertó polémicas, en tanto viola uno de los principios básicos de la relación entre el psicoanalista y su paciente.

–Hay que tener en cuenta que estamos hablando de los comienzos del psicoanálisis, cuando esos principios todavía no estaban establecidos. Estaba todo por hacerse. Por eso incluimos las preguntas que Otto Gross se hace al respecto, pensando en voz alta que tal vez el hecho de tener relaciones sexuales con una paciente podría ser bueno para el tratamiento.

–Como viene sucediéndole desde hace un tiempo, Un método peligroso no fue financiada por un gran estudio de Hollywood, a diferencia de lo que ocurría en los años ’80 y ’90.

–Actualmente, en mi caso es cuestión de financiar la película fuera de los Estados Unidos, y recién entonces tratar de vendérsela a alguna compañía de Hollywood. Pero a su vez hay cada vez menos interesados. Tiempo atrás, si usted tenía un proyecto, las compañías ni se molestaban en leer el guión. Pero le aclaraban que si conseguía contratar a tal o tal otro actor, se la compraban. Ahora no. Ahora es: “Consiga quien se la financie, y cuando la tenga terminada la trae y si nos interesa, se la compramos”. Lo cual es muy riesgoso, porque si no la compran usted se queda sin el mercado estadounidense, y eso no es bueno.

–Desde hace un tiempo se lo vincula con una serie de proyectos. Me gustaría saber qué grado de concreción tiene cada uno. Por un lado está Cosmópolis, de la que se rumorea que iría a Cannes en mayo. Por otro, una remake de La mosca y una secuela de Promesas del este.

–Cosmópolis está terminada. Se basa en la novela homónima de Don de Lillo y la protagoniza Robert Pattinson. Si va o no a Cannes no puedo saberlo, me enteraré cuando la programación se dé a conocer. Sí puedo decirle que la película tiene fecha de estreno fijada en Francia y otros países europeos en los próximos meses. Lo de La mosca no es una remake, sino una especie de secuela. Escribí un guión, lo presenté a la Fox, veremos qué pasa. En cuanto a la secuela de Promesas del este, también tengo un guión que escribí junto a Steven Knight, autor del de la película original. Focus Films, que la produjo, mostró interés. Veremos.

Traducción, adaptación e introducción: Horacio Bernades.

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“Antes que una obra teatral, Un método peligroso fue un guión de cine, lo cual es bastante infrecuente”, dice Cronenberg.
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