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Miércoles, 13 de mayo de 2015

CINE › ARGENTINOS POR LA CROISETTE

Cortos y algo más

 Por Luciano Monteagudo

Desde Cannes

Como cada año, el cine argentino tiene una amplia presencia en el Festival de Cannes, pero en esta edición en secciones que no suelen ser las habituales. Hacía varias temporadas, por ejemplo, que no había un corto argentino en competencia por la Palma de Oro en este rubro (uno de los más exigentes en su preselección: quedan apenas ocho títulos de los cientos que se presentan), y ahora llega al Palais des Festivals Presente imperfecto, de Iair Said. Más conocido como actor que como director, Said (27 años) tiene un corto anterior, 9 vacunas, que ganó en el Bafici 2012. Protagonizado por el propio Said, Presente imperfecto narra el desconcierto y cierta crisis de identidad que le sobreviene a su personaje cuando recibe un inesperado regalo de cumpleaños.

Otros dos cortos argentinos estarán en Cannes: El ser magnético, de Mateo Bendesky (26 años, egresado de la Universidad del Cine) concursará por el premio de la Cinefondation, la competencia oficial de Cannes dedicada a escuelas de cine. Y en la Quincena de los Realizadores participará El pasado roto, un trabajo de codirección de dos experimentados cortometrajistas, Martín Morgenfeld (28 años) y Sebastián Schjaer (27), ambos egresados también de la FUC.

En la sección paralela Semana de la Crítica tendrá su estreno mundial La patota (foto), el esperado segundo largometraje de Santiago Mitre, después del éxito nacional e internacional que significó El estudiante (2011). Protagonizado por Dolores Fonzi en el mismo papel que fue de Mirtha Legrand, La patota es una versión libre del film homónimo de Daniel Tinayre, con guión del propio Mitre en colaboración con Mariano Llinás. “En épocas del estreno de El estudiante, Axel Kuschevatzky me contó que tenía la idea de hacer una nueva versión de la película de Tinayre”, contó el director a Página/12 en febrero pasado. “En principio, mi trabajo era el de un guionista profesional. Pero luego de escribir el tratamiento, sentí que era una película de la que podía apropiarme.” A esa apropiación del encargo original de Kuschevatzky –director de Telefónica Studios y productor asociado de El secreto de sus ojos y Relatos salvajes– contribuyó La Unión de los Ríos, la compañía productora que Mitre comparte, entre otros, con Agustina Llambí Campbell, quien se desempeñó como productora general del film, al que también se asociaron luego las empresas de Lita Stantic y el brasileño Walter Salles.

Si de coproducciones se trata, hay dos películas colombianas en Cannes que tienen socios argentinos: en la sección oficial Una cierta mirada compite Alias María, de José Luis Rugeles Gracia, con participación de la argentina Sudestada Cine, comandada por Ignacio Rey y Gastón Rothschild. Y en la Quincena de los Realizadores se presenta El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, con coproducción de Marcelo Céspedes para MC Producciones, de Buenos Aires.

Un dato a destacar es la presencia –por primera vez desde que se instauró, en 2004– del cine argentino en Cannes Classics, la sección dedicada a restauraciones de películas que dejaron su huella en la historia del cine mundial. Y en este caso será por partida doble: a treinta años de su estreno internacional aquí mismo, en la competencia de Cannes, donde Norma Aleandro ganó –ex aequo– el premio a la mejor actriz, se verá La historia oficial, de Luis Puenzo, en una restauración digital 4K supervisada por el propio realizador y por su director de fotografía, Félix Monti. El Chango Monti también fue el fotógrafo de Sur, otra película que vuelve remozada a la Croisette, después de que Fernando “Pino” Solanas ganara aquí el premio al mejor director en 1988. Ambas restauraciones contaron con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.

Hablando del Incaa... Además de su tradicional stand en el Marché du Film, donde la presidenta del organismo, Lucrecia Cardoso, mantendrá reuniones de difusión y coproducción, el equipo de Ventana Sur dirigido por Bernardo Bergeret organizó, siempre en el marco del mercado, una nueva edición del programa Blood Window, dedicado al cine de terror nacional, con la proyección de los siguientes largometrajes del género: Scherzo Diabólico, de Adrián García Bogliano; El cadáver de Ana Fritz, de Héctor Hernández; El expediente Santiso, de Brian Maya; El eslabón podrido, de Javier Diment; y Testigo íntimo, de Santiago Fernández.

Por su parte, el Buenos Aires Lab, del Bafici, presentará –también en el marco del mercado– su programa BAL Goes to Cannes, con los work in progress de cinco películas latinoamericanas: las argentinas Filosofía para princesas, de Gastón Solnicki, con producción de Paula Zyngierman y Marion Klotz; y La luz incidente, de Ariel Rotter, producida por Juan Pablo Miller; la coproducción ecuatoriano-mexicana Alba, de Ana Cristina Barragán; la colombiana Errantes, de Hermes Paralluelo y Camila Rodríguez Triana; y la chilena Las plantas, de Roberto Doveris. En el Marché du Film de Cannes, cada uno de estos proyectos podrá presentar hasta 15 minutos de material, en una proyección a la cual estarán invitados representantes de la industria y los festivales internacionales.

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