espectaculos

Viernes, 23 de febrero de 2007

La voz de los protagonistas

POR RUBEN JUAREZ *
“Es un deber cultural”

Un festival como éste es un deber de las autoridades de Cultura. Hacerlo, y hacerlo siempre, es un deber cultural. Debemos quedarnos tranquilos: esté el político que esté al frente, esto va a estar siempre, porque el tango tiene su plataforma propia, su fortaleza.

El tango es la única música que nos representa en el mundo. Junto con el jazz, la música clásica y la de Brasil, es la mejor posibilidad de desarrollar talento. El tango es como un potro: si te le subís, te la tenés que bancar, porque en cualquier momento te tira. Es una música muy fuerte, y no es para todos. Pero al tipo que sabe sostenerse en un hecho artístico, ese potro no lo voltea nunca.

Por ser una música superior, el tango es más importante que los intérpretes. Yo tuve la suerte de aprenderlo con gente como mi padrino, Aníbal Troilo, y también tuve la suerte de estar rodeado de otros grandes como Enrique Mario Francini o Atilio Stampone, que era el dueño de Caño 14 cuando empecé, a los 22 años. Hay una palabra mágica que en inglés es swing y en castellano, estilo. Eso tenía esa gente. Y también lo tienen los tipos con los que voy a tocar en este festival: Osvaldo Berlingeri, Gustavo Beytelmann, Celeste Carballo; a ella le busqué para que cante un potro a su medida. En el ensayo nos pusimos a tocar lo que sabíamos cada uno, para ver lo que iba a quedar después, y descubrí que estos personajes todavía se emocionan. ¡Y yo me muero cuando compruebo eso! Lloro con ellos. Así de grande es la fuerza del tango.

* Cantante y bandoneonista.

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POR LIDIA BORDA *
“Este es un buen momento”

Como todos los festivales y conciertos compartidos, este Festival de Tango es, ante todo, un gran ámbito cultural donde la gente puede reunirse. Esa función que cumple, que parece tan básica, es sumamente importante. Un festival al que el público pueda acceder gratuitamente es un acontecimiento necesario, y no sólo por su faceta artística.

Del otro lado, a los artistas nos da otra posibilidad básica: la de mostrar lo que hacemos. Por eso, cuantas más sedes y formas de que la gente circule y pueda ver diferentes propuestas, más bienvenido es. Es cierto que el tango está pasando un buen momento, pero eso no quiere decir que todos los artistas de este género tengan posibilidades de trabajo. Algunos tenemos la suerte de vivir de lo que hacemos; otros, no. En ese sentido el festival es, también, una importante posibilidad de difusión de los artistas y la música nacional.

Eso sí: un festival como éste no debería pasar en vano. Debería ser no sólo un espacio de diversión, sino también de reflexión sobre el lugar que ocupan hoy nuestra música y nuestra cultura. Por eso, el éxito del Festival de Tango no pasa sólo por el tipo de programación, sino por la posibilidad que brinda para hacer un balance sobre el estado actual de la cultura, a partir de lo que se va a ver y escuchar en estos días. Y ahí no sólo importamos los artistas programados: un festival público debería funcionar como un espejo que interrogue a todos los que participan. Un lugar donde el espectador va a mirar no sólo arriba del escenario, sino también a sí mismo.

* Cantante.

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