- “En 1947 entré en el servicio militar (...) Recuerdo que una vez estábamos en Campo de Mayo y cuando me bañé, como no teníamos toalla, agarré una bandera, con la que me empecé a secar delante de una ventana. En ese momento pasó el general Solari, que me vio. El tipo frenó y vino y me dijo: ‘Aspirante, ¿qué está haciendo?’. Le respondí: ‘Me estoy secando, mi general’. El me contestó: ‘¡Pero con la bandera, desgraciado!’. Yo le dije: ‘¡Uy, no me di cuenta, mi general!’. Entonces me gritó: ‘¡Ustedes, los estudiantes, son todos zurdos, son todos zurdos!’.”

- “A mí, muchos me han reprochado: ‘Vos no te fuiste por soberbia’. ¿Cómo lo pueden saber? No me fui por varias razones, así como los que se fueron habrán tenido sus propias razones. Entre mis propias razones hay una que tiene un peso enorme: si yo, con algunos de los libros que publiqué, tuve que ver con que hubiese gente que se decidiera a tomar el camino de la lucha armada, ¿cómo me iba a ir? ¿Qué, acaso alguien se imagina que uno podría mandarse a mudar y después mandar saludos desde París? Creo que quedarme era mi responsabilidad política y que no habría tenido derecho de irme. Una vez mi hija Andrea me dijo: ‘Qué suerte que no te fuiste’. Pero no me lo dijo por ella ni por su hermano, sino por mí.”

- “Una vez el ERP protagonizó un hecho armado muy tirado de los pelos, criticable y muy fuera de lugar políticamente hablando. Lo hice notar y un compañero me dijo: ‘Bueno, nosotros leemos a Gyap en los libros que editás’, a lo que respondí que si hubiera sabido que los libros de Gyap, que habla de la necesidad de la unidad con el pueblo, servían para justificar hechos injustificables, me hubiera dedicado a publicar libros eróticos.”

- “Cuando Lea (Fletcher) vino al barrio, ella, norteamericana, fue un éxito. Se asimiló enseguida, pero no faltó el que me reprochara: ‘Pero, ¿vos que te pasaste la vida gritando yankees, go home, ahora te casaste con una norteamericana?’. Y yo le contesté: ‘Cuando gritaba yankees, go home, me refería a los tipos, nunca a las mujeres’.”

(En Es rigurosamente cierto, Libros del Rojas).