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- Ariela es una rubia divina que habla finito, da el besito en la mejilla del profe, pregunta como lolita si puede faltar a la clase de danza jazz, se diferencia por el apretadito de la remera, la piel blanquísima aspiracional, la cosa tierna. “¡Tiene futuro!”, sentencia el profesor.

- Rodrigo es un mexicanote pelilargo muy delgado, pero con músculos, que se dejó el bigote, pero a la vez tiene una reminiscencia árabe que cotiza mucho. Aunque ahora le toque interpretar a Nico, un judío. La mezcla rinde.

- Itatí no es de las más agraciadas –dice el profe–, pero tiene gracia, hace chistes, es simpática y persevera. Los parámetros de belleza “no son tan estrictos como antes”, asegura el elenco estable.

- Patricio es la esperanza argenta en tierra mexicana, un galán con club de fans propio que sigue los pasos del consagrado Sebastián Rulli, aquel rubio pelilargo de Montaña rusa. ¿La tonada gusta? “No –sintetiza el profesor–, se la tienen que borrar.”