Dentro de lo que llamamos folklore, Los Tucu Tucu fueron un hito claro de la generación del ’60, que hasta entonces estaba regida por la impronta de los cantores cuyanos (Buenaventura Luna, Hilario Cuadros, Félix Dardo Palorma, entre otros). La forma en que abordaron el folklore terminó por dar lugar a una renovación, aunque hoy suene extraño porque los podemos ver como representantes de lo tradicional. Sin embargo, aquel frente de vanguardia folklórica que empezaron Los Chalchaleros y robustecieron Los Fronterizos, terminó de solidificarse con Los Tucu Tucu, y su obra debe ser analizada desde esa perspectiva.

Tuvieron la virtud y la capacidad de mantenerse como grupo no sólo porque lo que hacían le gustó mucho a la gente, sino también por el empecinamiento de Ricardo Romero. Héctor Bulacio tenía mucha importancia en el grupo desde el punto de vista armónico y musical, y desde su compañerismo, que también es necesario. Pero Romero era el que hacía todo en el grupo, el que peleaba contra todo, y su tarea tuvo mucho que ver con la supervivencia del grupo hasta esta noticia tan triste.

Supieron, además, nutrirse de un repertorio muy bueno para los ’60, ’70 y parte de los ’80: no faltaba nunca una canción de Guarany, ni de Yupanqui, además de las obras propias; con todo eso hicieron un frente muy interesante, que el público consumió con gran entusiasmo. Durante más de 40 años fueron imprescindibles en cualquier festival. Como ocurre en todos los ámbitos, el tiempo trajo otras experiencias, otros sonidos, otras maneras de entender la música folklórica. Mientras tanto, ellos pasaron a ser clásicos, algo que no todos alcanzan, en cualquier género.

* Periodista especializado en folklore.