futuro

Sábado, 23 de febrero de 2002

PáGINA 2

La ciudad perdida

Por Mariano Ribas

Pudo haber sido la primera ciudad de la historia. Y si no fuera por un episodio casi fortuito, habría quedado completamente sumergida en el olvido. Y sumergida en el mar, porque desde hace muchísimo tiempo sus restos están ocultos a cuarenta metros de profundidad en aguas del Mar Arábigo, frente a la costa nordoccidental de la India. Hace poco, un grupo de oceanógrafos y arqueólogos hindúes confirmaron el descubrimiento de esta enorme metrópolis perdida. Y las primeras estimaciones de su antigüedad han causado asombro entre los historiadores. E incluso, hay que decirlo, cierto escepticismo.

Las primeras pistas
Todo comenzó en mayo del año pasado, cuando un equipo de científicos del Instituto Nacional de Tecnología del Océano (NIOT) de la India navegaba en aguas del Golfo de Cambay, frente a las costas de la ciudad india de Gujarat, a bordo del “Sagar Paschimi”, un buque de porte más que respetable y repleto de sofisticados instrumentos. Al frente de la expedición estaba el profesor Muthukamatchi Ravindran, director del organismo. Ravindran y los suyos no estaban cumpliendo una misión arqueológica sino simplemente un estudio sobre contaminación de las aguas en esa región. Sin embargo, y casi sin darse cuenta, realizaron uno de los descubrimientos arqueológicos más sensacionales de los últimos tiempos. Durante varios días, la tripulación del “Sagar Paschimi” tomó montones de “imágenes acústicas” del fondo del mar con un moderno equipo de radar. Y cuando regresaron a los laboratorios del NIOT, notaron que algunas de ellas mostraban algo sumamente extraño: en el fondo del mar, a casi 40 metros de profundidad, había montones de cantos rodados desparramados por todas partes, piedras muy similares a los que uno podría encontrar en un río. Pero lo mejor todavía estaba por llegar.

Un descubrimiento accidental
Durante los meses siguientes, Ravindran y sus colegas descubrieron que las piedras coincidían con un estrecho de 9 kms de largo que surcaba el fondo marino. Daba toda la impresión de que se trataba de un antiguo río. Y las imágenes de radar mostraban que a los costados de ese río sumergido, y a lo largo de casi todo su recorrido, había una serie de grandes formaciones geométricas muy bien definidas, y casi completamente cubiertas por la arena. Aparentemente, se trataba de estructuras artificiales, probablemente antiguos edificios. Más aún: también se encontraron (y se extrajeron) piezas de cerámica, restos de collares, pedazos de esculturas, maderas talladas y huesos y dientes humanos. “Fue un descubrimiento accidental, porque nosotros sólo estábamos haciendo un chequeo de los niveles de contaminación para una compañía privada. Y de pronto nos encontramos con los restos de un importante asentamiento humano”, recuerda Ravindran. ¿Una antigua civilización ribereña perdida en el fondo del Golfo de Cambay? Pero... ¿qué civilización? ¿Y cuán antigua?
A medida que iban encontrando más y más pistas, Ravindran y su equipo del NIOT comenzaron a darse cuenta de que tenían algo grande entre manos. Y sin hacer mucho ruido, llamaron a varios arqueólogos hindúes -pertenecientes al Archaeological Survey de India (ASI)– para profundizarla investigación. Las nuevas imágenes obtenidas durante los últimos meses del año pasado no hicieron otra cosa que confirmar la sospecha inicial. La ciudad perdida de la India parece medir unos 9 o 10 kilómetros de largo por 3 de ancho. “Y toda el área está cubierta de estructuras que parecen los basamentos de casas y grandes edificios, parcialmente sepultados por la arena”, dijo Ravindran. Algunas de esas estructuras son realmente grandes: entre ellas, hay una construcción rectangular de 44 metros de largo y con algunos escalones que, según los arqueólogos del ASI, parece ser un templo con un estanque interior.
De entrada, los arqueólogos hindúes notaron una gran semejanza entre estas construcciones sumergidas en el Golfo de Cambay y otras, muy bien conocidas, pertenecientes a la cultura Harappan (que es la que se ve en la foto), una importante civilización que habitó el Valle del Indo (entre la India y Pakistán) hacia el año 2500 antes de Cristo. ¿Podría tratarse, acaso, de un malogrado asentamiento Harappan que, por alguna razón, quedó cubierto por el Mar Arábigo? La idea era razonable, pero la datación de algunos de los restos encontrados complicó el panorama: el análisis (mediante carbono 14) de una de las piezas de madera rescatadas reveló que data del año 7595 antes de Cristo. Y esto sugiere, al menos en primera instancia, que la ciudad perdida tiene casi 10 mil años de antigüedad. Una barbaridad, sin dudas. Tanto, que sería 5 mil años más vieja que las ruinas encontradas en el Valle del Indo, consideradas hasta ahora las muestras más antiguas de cualquier civilización de la región. De hecho, también dejaría en pañales a las primeras ciudades del Valle de Súmer, en el actual Irak, que florecieron hacia el 3500 a.C. Si las dataciones son correctas, y en principio así parece, podríamos estar ante la primera ciudad de la historia. O al menos, una de las primeras.

Epilogo
Hace poco, y ya pisando tierra bastante firme, los científicos del NIOT y del ASI hicieron el anuncio formal de su notable descubrimiento. “Nuestras imágenes acústicas revelaron la existencia de grandes ruinas, del tipo Harappan, en el fondo del Golfo de Cambay (...) y fueron datadas en torno al año 7500 antes de Cristo”, dijo Ravindran. Si así fuera, las raíces de la cultura Harappan podrían ser mucho más remotas de lo que suponían los historiadores y los arqueólogos. Pero hay quienes sospechan de la datación; por eso, el ministro de Ciencia y Tecnología de la India, Murli Manohar Joshi, está armando un equipo multidisciplinario para seguir estudiando los restos de esta civilización desaparecida. A propósito, y ésta es pregunta obligada: ¿por qué esta ciudad quedó sumergida en el Mar Arábigo? Entre las hipótesis más probables, se habla de un terrible terremoto que habría ocurrido, en esa región del planeta, entre el año 2500 y 2700 a.C.
Como se ha dicho más de una vez: las hipótesis espectaculares requieren pruebas espectaculares. En el caso de esta ciudad perdida de la India, una serie de dataciones masivas (y muy bien controladas) de sus ruinas podría ser la confirmación definitiva de un gran descubrimiento que obligaría a revisar la historia, nada menos.

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