futuro

Sábado, 6 de abril de 2002

PáGINA 2 › LAS INUNDACIONES EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Sobre llovido, escurrido

Por Eduardo J. Usunoff* y Marcelo Vénere**

La provincia de Buenos Aires, principal productora agrícola-ganadera del país, ve afectada su capacidad productiva por largos períodos en los que su territorio es cubierto por las aguas. A estos procesos naturales deben sumarse las acciones humanas que suelen empeorar las cosas. El crecimiento de los núcleos urbanos no suele respetar los cauces naturales del flujo hídrico. La especulación inmobiliaria incorpora al uso domiciliario zonas previsiblemente anegables; los puentes y alcantarillas suelen ser deficientes y la mayoría de las rutas y caminos, así como las vías férreas, son transversales al escurrimiento ya que no se utilizan criterios hidrológicos en su construcción. Estos elementos, más la inexistencia de buenos pasajes de agua y, a veces, la aparición de pequeñas irregularidades en el paisaje, suelen determinar el destino final de las aguas y, naturalmente, que una zona se inunde y otra no.

La importancia de los pequeños detalles
Las cartas topográficas argentinas, confeccionadas hace tiempo por el Instituto Geográfico Militar, detectan solamente desniveles mayores a dos metros y medio. En el caso concreto del Plan Maestro Integral Cuenca del Río Salado (cuyo estudio de prefactibilidad se hizo en 1997), los cálculos se realizaron sobre una escala cuya resolución es de cuatro metros. En consecuencia, la mayor parte de los elementos de la topografía que resultan determinantes en las inundaciones pasan inadvertidos. Por ejemplo, los terraplenes de las rutas y arroyos.
Investigaciones recientes realizadas en la Universidad Nacional del Centro en Tandil (lugar en el que trabajamos) han hecho manifiesta la necesidad de una buena base topográfica para la gestión de inundaciones, que a la hora de evaluar a dónde va el agua resultó ser el factor más importante.

Hacia una tecnologia de gestion de inundaciones
En 1985, a partir de un convenio tripartito entre la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen), la Municipalidad de Azul y la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), se creó el Instituto de Hidrología de Llanuras (Ihlla), cuyas investigaciones se orientan a la definición de las condicionantes que intervienen en la delimitación de la hidrología de llanuras.
Por otra parte, el Instituto de Sistemas Tandil (Isistan), de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen, alberga uno de los centros de simulación computacional aplicada más importantes de la Argentina. Entre sus productos se incluyen un simulador de navegación por radar para entrenamiento para la Escuela Nacional de Náutica, la simulación de la hemodinámica del cuerpo humano para diagnóstico de enfermedades arteriales, y simuladores de producción agropecuaria para la gestión agrícola-ganadera. Este año, el Ihlla y el Isistan han encarado un proyecto conjunto tendiente al desarrollo de un modelo de escurrimiento de aguas en llanura que contribuya a la resolución del problema de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires. La primera fase del proyecto es la construcción de un modelo de escurrimiento en la cuenca del arroyo Azul, con un grado de detalle como nunca se ha hecho hasta ahora en la Argentina.
La novedad de la propuesta es una metodología que permite capturar detalles topográficos de pequeña escala. En primer lugar se construye un sistema de elevación sobre la base de imágenes radar satelitales, que tienen una precisión de centímetros (en contraste con los metros de las cartas topográficas). Posteriormente, se recorre la zona en cuestión midiendo la altura exacta mediante GPS (equipos de triangulación satelital), con el objeto de realizar ajustes de perfeccionamiento. Con este sistema se pueden detectar hasta los pequeños bajos, característicos de los campos de la provincia, los cuales desempeñan un rol determinante en el escurrimiento y no son tenidos en cuenta en modelos como los utilizados en el Plan Maestro. Además, este nuevo modelo brinda los elementos para determinar, en el caso de una inundación, cuáles son las zonas que tienen más peligro de ser afectadas y cuáles convienen salvar, con un grado de precisión muy superior a cualquiera de los utilizados hasta el momento.
En definitiva, el proyecto apunta a que el modelo de la cuenca del Azul sea el primer paso en la concientización de las autoridades para la elaboración de un plan integral de gestión de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires.

* Director del Instituto de Hidrología de Llanuras (Ihlla), Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
** Investigador del Instituto de Sistemas Tandil (ISISTAN), Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Futuro mantiene este espacio abierto para que los científicos argentinos cuenten en qué están trabajando o brinden sus opiniones sobre este u otros temas.

Compartir: 

Twitter

 
FUTURO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.