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Sábado, 16 de noviembre de 2002

GRAN LLUVIA DE METEOROS EL PROXIMO MARTES

Leónidas 2002: episodio final

 Por Mariano Ribas

Las grandes lluvias de meteoros no son cosas de todos los días. Por eso la madrugada del próximo martes será sumamente especial: si todo marcha como está previsto (y las nubes no hacen de las suyas), las famosas “Leónidas” podrían convertirse en un inolvidable show de estrellas fugaces. Es cierto, esa noche la Luna molestará bastante, pero vale la pena salir a desafiar la noche: no habrá otra oportunidad de ver algo así por lo menos durante varias décadas.

Estrellas fugaces
¿Quién no ha visto una “estrella fugaz”? Es de noche y, de pronto, un rayo de luz cruza el cielo. Tan rápido que no tenemos tiempo de avisarle a nadie. En ese momento, nos parece que una estrella se hubiera caído. Sin embargo, no son estrellas sino meteoros: míseras partículas de polvo espacial (o pequeñas rocas) que llegan del espacio a altísima velocidad, incendiándose por fricción al entrar a la atmósfera terrestre. Normalmente, en noches despejadas y oscuras, podemos ver cuatro o cinco por hora. Pero de tanto en tanto las estrellas fugaces son mucho más abundantes: en esos casos, los astrónomos hablan de “lluvias de meteoros”. Y ocurren cada vez que la Tierra atraviesa los “ríos” de polvo dejados por algunos cometas que cruzan su órbita. La cuestión es que dentro de unas horas nuestro planeta comenzará a zambullirse en los difusos filamentos de polvo dejados por el cometa Tempel-Tuttle. Y entonces, las “Leónidas” volverán a rugir. Pero ¿por qué se llaman así? El nombre de cada lluvia de meteoros proviene de la constelación desde donde parece originarse. En realidad, la constelación es tan sólo un telón de fondo, porque el fenómeno es local. Y como en este caso las estrellas fugaces parecer salir de la constelación de Leo, se llaman Leónidas.

Leonidas en Argentina
La parte más fuerte del show ocurrirá durante las primeras horas del martes 19 (aunque algunas Leónidas sueltas ya aparecerán en las madrugadas del domingo y del lunes). Para Argentina, el momento clave será entre las 2 y las 5 de la mañana. Y las provincias del norte serán las más favorecidas. Ahora bien: ¿cómo y hacia dónde hay que mirar? Por empezar, hay que instalarse en un lugar oscuro y sin luces de frente. Y lo ideal es recostarse mirando hacia el Noreste, fijando la vista en la parte más alta del cielo. En ningún caso hay que mirar en dirección a la Luna (casi llena) que, dicho sea de paso, impedirá ver a las Leónidas más pálidas. ¿Cifras? Teniendo en cuenta las estimaciones de los más grandes expertos en la materia (como el finlandés Esko Lyytinen, el irlandés David Asher o el norteamericano Peter Jenniskens), y adaptándolas a nuestra posición geográfica, es muy probable que en el campo se vean, en promedio, 1 o 2 meteoros por minuto (especialmente entre las 2 y las 3 de la madrugada). En las ciudades, y por culpa de la contaminación luminosa, habría que conformarse con 1 cada cinco o diez minutos. Pero puede haber sorpresas. Los mismos expertos coinciden en un dato crucial: no habrá otra lluvia de meteoros tan importante, por lo menos, hasta 2033, aunque lo más probable es que la próxima recién ocurra en 2099. El martes no se pierda a las Leónidas: podría ser el último gran show de pirotecnia celeste de nuestras vidas.

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