futuro

Sábado, 30 de noviembre de 2013

CIENCIA Y COMUNICACIóN

En busca de la conversación nuclear

Piluca Núñez es una de las máximas expertas en comunicación nuclear. Visitó el país para participar del primer curso de capacitación a comunicadores de América latina de aplicaciones nucleares y comunicación estratégica, organizado por el Organismo Internacional de Energía Atómica.

 Por Ignacio Jawtuschenko

¿Quiere presentarse? Cuénteme el motivo de su visita a la Argentina.

–Participé como experta del primer curso de capacitación a comunicadores de América latina de aplicaciones nucleares y comunicación estratégica, en el marco del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América latina y el Caribe (Arcal). Es un programa de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). Desde hace más de 10 años trabajo en Foro Nuclear como responsable de comunicación. Soy licenciada en Periodismo en la Universidad Complutense, MBA por el Instituto de Empresa y diplomada en Comunidades Europeas en la Escuela Diplomática. Foro Nuclear es una asociación que representa al sector nuclear español, conformado por más de 50 empresas e instituciones.

¿Cómo ve el panorama del desarrollo nuclear en el mundo?

–Actualmente en el mundo hay 435 reactores nucleares que producen alrededor del 15 por ciento de la electricidad mundial y hay 72 más que están en construcción. Sin dudas, el tsunami y el accidente nuclear en Fukushima en 2011 tuvo un impacto en términos de percepción de la tecnología nuclear, pero a su vez está en pleno desarrollo en varios países, como por ejemplo en la Argentina. Y llevando adelante una comunicación nuclear cada vez más efectiva, se va logrando despejar dudas y prejuicios respecto de los riesgos del uso de la tecnología.

¿A qué llama comunicación nuclear?

–Nuestro objetivo es normalizar el debate sobre la contribución de las centrales nucleares en la generación eléctrica, tanto por lo que se refiere al parque actual como a nuevas unidades, en el marco de un modelo energético sostenible y coherente con la política energética europea. En España, las centrales nucleares producen el 20 por ciento de la energía eléctrica. Nuestra labor es de divulgación y apoyamos la comunicación proactiva que informa, educa y amplía la cultura nuclear. La comunicación nuclear tiene varias líneas argumentales comunes en la mayoría de los países donde hay centrales nucleares: informar con precisión, rigor y puntualidad sobre el funcionamiento de los reactores nucleares y de otras instalaciones radiactivas. Piense además que un incidente, sea de la índole que fuere, afecta al sector nuclear a nivel mundial, aunque no tenga consecuencias radiactivas.

¿Usted piensa que la circulación de más información redunda en más aceptación pública? ¿Es así de lineal? En la Argentina hay un 7 por ciento de nucleoelectricidad y aumentará con la puesta en marcha de Atucha II. Sin embargo, la energía nuclear despierta pasiones en su contra.

–En mi concepción el nivel de desconocimiento sobre el papel que juega la energía nuclear tiene consecuencias en los juicios sobre esta tecnología. Para mejorar la opinión pública sobre la energía nuclear, además del trabajo en medios, se deben establecer estrategias de formación que integren la enseñanza en las escuelas, institutos y universidades. En nuestros estudios de opinión pública vemos que la sociedad apoya el uso de la energía nuclear en la medida en que tiene mayor conocimiento de su uso y aplicaciones. A los que están absolutamente en contra de la energía nuclear es casi imposible de hacerlos cambiar de opinión, pero hay un gran tramo de indecisos a los que hay que ofrecer información para que se posicionen con mayor conocimiento. De cualquier manera, los tiempos de “energía nuclear sí” o “energía nuclear no” ya han pasado. Realmente hoy es preciso definir el modelo energético que deseamos para el futuro y el papel de las distintas tecnologías.

¿Cuál ha sido el impacto del accidente de Fukushima?

–Fuerte, se han producido manifestaciones en contra de la energía nuclear en todo el mundo, incluso en aquellos países que no cuentan con centrales nucleares. Dos años después, las reacciones de los países, como le decía anteriormente, han sido de lo más dispares: desde el precipitado anuncio alemán de apagón nuclear, hasta la defensa y decidida elección por un futuro con tecnología nuclear de diversos países como Argentina, Estados Unidos, China, India o Inglaterra. En España, el debate sobre el mix energético y el papel de la energía nuclear ya estaban en la agenda social antes de Fukushima. El Foro Nuclear facilitó en todo momento información. Los españoles necesitaban respuestas y nosotros se las dimos en la medida en que podíamos con la información que llegaba desde Japón. Fue un reto liderar esa gestión de la comunicación durante la crisis.

¿Se ha reforzado en España la seguridad de las centrales nucleares?

–Sí, como en otros países, se han hecho pruebas de resistencia y los resultados son que las centrales nucleares españolas están preparadas. Aun así, las centrales implican una inversión permanente en seguridad y cumplir con los estándares internacionales. Somos totalmente transparentes, por naturaleza y por legislación, dado que es una actividad completamente regulada.

¿Cuáles son los argumentos que podrían mejorar la percepción pública en materia nuclear?

–En primer lugar, estar dispuestos a debatir con argumentos, de una manera objetiva, rigurosa, para que las sociedades tomen sus decisiones pensando en la planificación y en el largo plazo. Se han venido dando pasos notables al respecto. El fenómeno del cambio climático supuso, en su momento, un importante argumento a favor de las energías que no emiten gases de efecto invernadero, entre ellas, la nuclear. A su vez, la garantía de suministro y la no dependencia de recursos naturales pasaron a ser los principales argumentos. El mundo tiene la necesidad de que la energía sea cada vez más barata, y con poca potencia instalada se produce mucha electricidad, garantiza el suministro de base, es decir, las 24 horas está generándose electricidad, no importa si hay viento o si no está soleado. Y también la independencia eléctrica.

¿Están nuestros países preparados para más tecnología nuclear?

–Las sociedades necesitan información para decidir. Es un tema demasiado importante para que sólo sea debatido en ámbitos científicos. En Italia, antes del referéndum, se hizo un ejercicio muy grande por comunicar, para que la sociedad decida si está a favor o en contra. Como decía, Alemania tomó una decisión muy veloz y difícil tras Fukushima, de cierre progresivo de sus centrales nucleares. Yo tengo confianza en que esa decisión pueda cambiar, porque lo cierto es que compran electricidad a sus países vecinos a un precio elevado. Pero el tema nuclear no está en la agenda del público, en general la comunicación nuclear es muy técnica, con muchos datos, que llega menos que las campañas de los grupos antinucleares. Los nucleares deben mejorar la empatía.

Digamos que el sector nuclear, tal vez por sus orígenes, tiene una larga tradición basada en el secreto y el silencio.

–Cierto. Creo incluso que el momento de informar ya pasó, ahora es tiempo de conversar. Y lo fundamental en toda conversación es escuchar al otro. El sector nuclear debe hacer un gran esfuerzo por escuchar las dudas e inquietudes que tiene la sociedad y a partir de allí conversar, y participar en las conversaciones que ya existen en torno de la calidad de vida, la economía, la salud, el desarrollo, el futuro. La confianza no se genera impartiendo un conocimiento, sino compartiéndolo, en un diálogo. Entendemos que la conversación no puede girar sólo en torno de la energía nuclear como tema científico, desvinculado de su dimensión social, económica y cultural. El desarrollo nuclear debe abordarse vinculado a temas marcados por la actualidad, como el precio de la electricidad, la competitividad industrial o la garantía de suministro eléctrico.

Humanizar la tecnología nuclear...

–Sí, nosotros en 2011 hemos armado un blog: www.yosoynuclear.org. Es una herramienta para articular un espacio donde todos pueden conversar sobre energía, no se trata de estar a favor o en contra. Participa gente interesada en el ambiente y la ciencia. Algunos son muy críticos, todos estamos aprendiendo de las cuestiones que se plantean en ese blog, es un termómetro acerca de la opinión pública. Fuimos pioneros y se mantiene muy activo. Es global, intervienen de todas partes del mundo. Las nuevas tecnologías permiten el diálogo y, por ejemplo, en la Argentina organismos como la CNEA o empresas como Nucleoeléctrica Argentina están haciendo un esfuerzo notorio y han emprendido excelentes campañas de comunicación pública, que contribuirán a cambiar la percepción y los miedos. Hasta hace poco no había comunicadores o sociólogos en los organismos nucleares. Hay un cambio. Hoy ninguna institución científica se puede dar el lujo de no estar en Twitter y apuntar a tener una comunicación más horizontal. El camino para mejorar la percepción sobre la energía nuclear es que las centrales funcionen con absoluta excelencia y que se comunique adecuadamente a la sociedad.

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Piluca Núñez
Imagen: Rafael Yohai
 
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