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Sábado, 8 de mayo de 2004

NOVEDADES EN CIENCIA

Novedades en ciencia

NewScientist
Mentiras no tan verdaderas
Una nueva investigación viene a decir lo que ya todo el mundo sabe: que la gente por teléfono, en cierto grado, miente. No resulta curioso que cuando uno se prende el tubo en la oreja se le escape alguno que otro desliz o, lo que para otros es lo mismo, una omisión. Lo que sí llama la atención, en cambio, son los resultados del copioso estudio realizado por un equipo de psicólogos de la Universidad de Cornell, Ithaca, Estados Unidos: aparentemente la gente miente menos cuando se comunica por correo electrónico que a través del invento patentado el 14 febrero de 1876 por Alexander Graham Bell. Para llegar a tal conclusión, el grupo del psicólogo Jeff Hancock calculó la media de mentiras vertidas en cada medio analizado (teléfono, e-mail, SMS –mensajería instantánea tipo MSN o ICQ– y comunicaciones cara a cara).
En el estudio participaron 30 estudiantes, a los que se les pidió que por un lapso de 30 días lleven registro en un diario personal de la cantidad de conversaciones que tuvieron y que confesasen cuántas mentiras dijeron. El resultado fue llamativo: el 14 por ciento de los datos que transmitieron por e-mail fueron mentiras, el 21 por ciento en el caso de los SMS, el 27 por ciento en las comunicaciones cara a cara y el 37 por ciento por medio de llamadas telefónicas.
Según Hancock, muchos habrían esperado que el correo electrónico fuera el canal preferido de los mentirosos y fabuladores. Pero no es así: al parecer, el miedo a que lo dicho quede documentado, la ausencia de inflexiones o movimientos corpóreos y la habitualidad de uso hacen propicia la mentira vía telefónica. Lo que no dijeron Hancock y compañía es si los “mentirosos del teléfono” eran hijas o hermanas menores a las que una vez que agarran el teléfono no hay fuerza de la naturaleza que se los saque.

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La tostada 10
A unos les gusta hacerlo con café y medialunas, a otros, con té y galletitas, mate o bizcochitos. Cualquiera sea el clima, el humor o la época del año, siempre es bienvenido un suculento desayuno, que si viene acompañado con jugo de naranja recién exprimido y tostadas embadurnadas con manteca es ya un manjar. Aparentemente, un puñado de investigadores de la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) concuerda con lo anteriormente dicho y puso manos a la obra para hacer aún más perfecta la “comida más importante del día”: luego de tres meses de arduo trabajo –con varias degustaciones en el medio– y diez mil euros de inversión, dieron con una fórmula para hacer la “tostada perfecta”.
Se trata de una ecuación que detalla que la cantidad de manteca de la tostada debe ser de un séptimo del grosor del pan y que debe untarse a una temperatura de sólo 5ºC. La fórmula, que contó con el auspicio de la marca de mantecas Lupark, fue desarrollada por el profesor Bronek Wedzicha, un experto en la ciencia de los alimentos, que no escatimó en hacer el papel de uno de los pobres y sometidos “ratones de estudio”. En la ecuación, H representa el espesor; Cp, el calor específico; P, la densidad; T, la temperatura inicial de la tostada; w, el peso; a y b la tostada y la manteca, respectivamente.
La receta es fácil: “Para producir los pedazos de manteca que la mayoría de la gente dijo que prefería, el pan tiene que estar a por lo menos 120ºC y la manteca debe ser usada directamente de la heladera y aplicada demanera pareja durante no más de dos minutos desde que la tostada sale de la tostadora”, comentó. Eso es lo que se llama “amor a la ciencia”.

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